El Departamento General de Irrigación expuso los datos del pronóstico de caudales de los ríos de la provincia de Mendoza y el panorama no es muy alentador. “Sigue la situación de sequía”, indicó Sergio Marinelli, titular del organismo.
Hay cambios en la clasificación de sequías de acuerdo al Manual de Indicadores e Índices de Sequía que publicaron conjuntamente la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Asociación Mundial del Agua (Global Water Partnership, GWP). Así, se deja de hablar de año pobre o seco, para referirse a sequías moderadas, severas o extremas.
Para el río Mendoza, se pronostica un año con Sequía Moderada, para el río Grande se ha determinado un año con Sequía Extrema y para los ríos Tunuyán, Diamante, Atuel y Malargüe, el pronóstico es de Sequía Severa. La situación es mejor que en la peor temporada de los últimos años, como fue la del 2019/2020, pero si se la compara con la que finaliza este mes aumenta el derrame (caudal acumulado durante todo el año).
“Vamos a andar en el orden del 50% del año medio que es el promedio de 10 años, que cada vez va bajando. En 2019/20 fue del 43% y el año pasado fue el 62%, vamos a estar en problemas muy severos”, sostuvo Marinelli.
Uno de los factores tiene que ver con las nevadas. Esta temporada registró una nevada de intensidad media a fines de junio y otra, más grande a mediados de agosto. Este año fueron 50% mayores que las ocurridas en el invierno 2019, como promedio provincial.
Teniendo en cuenta los 5 ríos más importantes de la provincia (Mendoza, Tunuyán, Diamante, Atuel y Grande), en los últimos 11 años la disponibilidad media de agua se ha reducido en un 8%.
Durante la temporada 19/20, que ha sido la más baja en todos los ríos de la provincia (excepto el Mendoza), el derrame provincial fue del 43% de lo normal. El pronóstico para la próxima temporada 21/22 es que se tendrá un 50% del derrame histórico de los 5 ríos más importantes de la provincia.
“Ha nevado menos que el año pasado, estamos un poco mejor que en la temporada del 2019 que fue la peor de todas. Si nos comparamos con el peor, estamos mejor, pero nevó un poco menos de la mitad que el año pasado. O sea que tenemos menos agua que el año pasado”, sintetiza Rubén Villoda, director de Gestión Hídrica.
En el desglose de los números, la cuenca con índices más bajos es la del Río Grande que se califica con Sequía Extrema. Con una media histórica de 3224 hm3 y un derrame de 1290 hm3 (40%) registra un Índice de Derrame Estándar (IDE) de -2,05.
La cuenca del Río Mendoza reporta una media histórica de 1390 hm3 con un derrame de 890 hm3 (60%) y se pronostica con Sequía Moderada. En el medio, las cuencas restantes tienen pronosticadas Sequías Severas.
Las alertas en el Gran Mendoza
El dato a tener en cuenta con la cuenca del Gran Mendoza es la alta presión poblacional que registra, con casi 1,26 millones de habitantes, y ha sido observada por Irrigación. De los 830 hm3 pronosticados, 250 son prioritarios para el agua potable anual. Es decir que los 580 hm3 restantes son los que se destinan principalmente a las actividades agrícolas y “es muy poco” advierte Villoda.
“Tenemos un consumo de agua extremadamente grande, vos podría decir que en vez de darte 250 hm3 te doy la mitad y no alanza. Pero tenés un consumo alto cuando deberías tener la mitad. Se pierden litros porque las cañeras están rotas, por eso el convenio con Aysam”, rescató el ingeniero.
El Gobernador Rodolfo Suarez; el superintendente de Irrigación, Sergio Marinelli, y el intendente de Godoy Cruz, Tadeo García Zalazar, inauguraron la obra de impermeabilización, en un tramo de 350 metros, de la rama Sobremonte, en Godoy Cruz. Con los trabajos se busca rectificar la traza del cauce, disminuir los tiempos de llenado y fundamentalmente incrementar la eficiencia minimizando las pérdidas por infiltración. El proyecto se traduce en un beneficio directo para 710 usuarios.
El mandatario destacó que la obra “es clave para evitar filtraciones y que se pierda el agua. De este modo logramos hacer un uso muy eficiente del recurso hídrico”. Entre las acciones a llevar a cabo para la disminución de pérdidas, está la instalación progresiva de 20.000 medidores, la reducción y reutilización de agua en el proceso de producción de agua potable y la inversión en plantas de tratamiento de efluentes cloacales.
El Plan de Sequía para trabajar sobre indicadores
La nominación de Sequía Extrema, Severa y Moderada abre un abanico de posibilidades para hacerle frente a la falta de agua. El Plan de Sequía está en desarrollo y para Villota es fundamental acordar con los distintos actores las medidas a tomar cuando los indicadores lo precisen.
Aclaró que pese a que la cuenca del Río Grande está en rojo “no hay ningún sistema de riego que derive de ahí” pero al juntarse con el río Barrancas forman el río Colorado que riega una zona grande en Buenos Aires. “Ahí se planta sobre todo cebolla y han pedido emergencia hídrica especial para cultivos porque no van a tener agua. En vez de plantar 100 hectáreas, plantás 40, seguís sacando buena cebolla, pero te afecta los cultivos”.
En caso de las sequías Severas, una de las opciones que podría sugerirse, para adelantarte al problema extremo es “dar subsidios a los pozos de agua de riego o potable o si hay pozos que no están funcionando, Irrigación los toma para que echen agua a un canal o a los usos que no son prioritarios. En la recreación quizás otorgás menos porcentajes. Lo prioritario es lo potable y después el agro”, resaltó.
“Las medidas que queremos plasmar en el Plan de Sequía las queremos acordar con todos y después formalizás cómo abordar esa problemática. No son todas iguales para todas las cuencas, por eso es fundamental articular con todos”, sostuvo Villota.