De la mano de una maternidad planificada y una mayor elección de las mujeres de priorizar sus proyectos personales, profesionales y laborales, la decisión de tener un hijo se toma cada vez más tarde. Pero la biología no cambia en función de los tiempos sociales y, por ello, son cada vez más quienes deciden conservar sus óvulos para fecundarlos a mayor edad.
Es así que los especialistas estiman que en los últimos cinco años los procedimientos de criopreservación de óvulos se han incrementado alrededor de 50% en Mendoza.
Este procedimiento permite conservar ovocitos de una mujer con un congelamiento rápido a través de una técnica llamada “vitrificación”. De este modo se conservan sin daños para ser utilizados con posterioridad.
Advierten que, en general, quienes se inclinan por esta alternativa son mujeres de alrededor de 35 años aunque, por otra parte, esa es una edad bisagra a partir de la cual, si bien pueden aprovecharse los óvulos, es menos recomendable porque hay menos chances.
Especialistas locales consultados señalaron que hay un aumento lento pero sostenido en la demanda, sobre todo los últimos cuatro o cinco años. Esto, en parte, se asocia a que se instalan ciertos patrones culturales y a que la técnica va ganando popularidad.
El doctor Antonio Martínez, especialista en el tema y director del Instituto de Medicina Reproductiva, aceptó que se observa un aumento de alrededor de 10% anual y más también. Advirtió que sigue creciendo por encima de los 35 años, cuando lo ideal es hacerlo antes de esa edad en términos de pronóstico de esos óvulos.
“Hay factores que hacen que se atrase esa consulta. Todos tienen la esperanza de que a los 35 van a estar buscando el embarazo, creen que con 34 años aún se es joven pero la fertilidad de los óvulos no es la misma y la cantidad tampoco”, explicó. Luego de esa edad disminuyen las chances de que de esos óvulos pueda lograrse un embarazo.
Martínez marcó la diferencia entre la indicación médica y la denominada “indicación social”, que refiere a esta elección de conservación para utilizarlos luego sin que medie alguna dificultad en la salud.
El director del Instituto Tersoglio, el doctor Alberto Tersoglio, también observa un incremento de entre 5 y 8% anual. “Es un fenómeno mundial de hace 15 a 20 años: el desplazamiento de la decisión de conformar una familia por parte de la mujer tiene que ver con el nivel cultural y todas las obligaciones que implica en general. Entonces buscan estar más afianzadas laboralmente primero”, consideró.
La edad
Martínez explicó que, desde el punto de vista de probabilidades, son dos las variables que se consideran: la edad, ya que los 35 años marcan una bisagra en términos de pronóstico, y la cantidad de óvulos, ya que no es lo mismo luego de esa edad. “Después de los 35 años la persona va a tener menos óvulos y/o menos fertilidad de esos óvulos”, destacó.
En ese sentido, dijo que tampoco serán iguales las chances de quien tiene 10 óvulos preservados respecto de quienes tienen 20 a 25.
Por eso, el especialista señaló que se recomienda a las mujeres que se anticipen a esa edad para tener más certezas: “Quizás esto más adelante pueda cambiar y con 30 años lo decidan”, confió.
Y dio una recomendación que suele dar a sus pacientes: explicó que con el análisis de una hormona pueden enterarse que tienen poca reserva ovárica. “Si con 32 o 33 años descubre esto esperar a los 35 va a disminuir las chances”, resaltó Martínez. Es algo que se hace como cualquier estudio de diagnóstico, puede solicitarse al ginecólogo y cuesta lo mismo que una extracción de sangre.
Es que el experto advirtió que a veces llegan demasiado tarde y tienen baja reserva ovárica. “El gameto femenino es una célula que tiene la edad que tiene el paciente, está sujeto a una serie de cambios y a medida que transcurre el tiempo hay cambios en su comportamiento biológico”, coincidió Tersoglio.
Por eso, advirtió que es un procedimiento que hay que hacer a conciencia porque si no el paciente cree que con sólo conservarlo es suficiente.
Causas
Buscar el momento ideal, optar establecerse antes desde lo personal, laboral y económico o elegir seguir antes los deseos como viajar, se cuentan entre las principales causas de la decisión de postergar la maternidad.
“Hay diferentes tiempos que las mujeres están transitando hoy. Vemos que hay dos tiempos: el biológico y el social”, explicó a Los Andes Violeta Navas, licenciada en Psicología y diplomada en Medicina Reproductiva.
“Hay un tiempo social que tiene más que ver con su historia de vida y que varía de mujer a mujer. Vemos una estadística en la que se posterga la maternidad para poder dar curso a otros proyectos de vida”, comentó la especialista a partir de los relatos de sus pacientes. “Por ejemplo -continuó- la mujer estudia o busca diferentes tipos de trabajos y experiencias, elige viajar, vivir experiencias con amigos y amigas, desarrollar su profesión u oficio”.
“Vemos que la maternidad no siempre va de la mano de una pareja, entonces necesitan tener cierta estabilidad”, señaló la psicóloga.
Martínez, en tanto, mencionó que las parejas son menos estables y tardan más en consolidarse con un proyecto de vida común. Pero además, sumó otras situaciones: “La pareja a veces está conformada pero quieren terminar la casa, la habitación para el bebé, que tengan un buen auto, haber hecho un viaje que tenían ganas”.
Otra alternativa que se presenta es que hay mujeres que no tienen pareja y llegaron a esa edad quizás luego de una separación. Pero advirtió: “El tiempo se pasa muy rápido en esas ocupaciones y la biología está preparada para otras cosas”.
Costos
De todas formas, hay que decirlo, no es para cualquier bolsillo. Si bien el costo de conservación anual no es elevado y suele pagarse cada 12 meses, el procedimiento sí lo es.
Martinez dijo que, en general, la mayoría no ha utilizado aún sus óvulos, es escasa la cantidad que lo ha hecho. Estimó que sea quizás porque no es muy largo el periodo transcurrido.
Refirió que el procedimiento requiere realizar una estimulación ovárica y para ello se requiere medicación que es costosa. No lo cubren las obras sociales, como en la mayoría de los países, como sí sucede cuando hay problemas de fertilidad.