Desde que los casos de coronavirus comenzaron a aumentar en el mundo, inclusive antes de que el Covid-19 fuese declarado pandemia, comenzó a circular información que indicaba que el consumo de ciertas vitaminas y minerales ayudaba a prevenir el Covid-19.
Ante esta información, muchos optaron por adquirir las vitaminas y complejos nutricionales en forma independiente. Entre las más demandadas están las vitaminas C y D, aunque la A y el complejo de vitamina B, B6 y B12, no se quedan atrás. A este grupo se suma, además, el zinc.
Lucía Ruggieri, médica especialista en inmunología, jefa de la unidad de Inmuno-Reumatología y Alergia del Hospital Español de Mendoza, aconsejó “consultar al médico”, y evitar “autoadministrarse”.
Esto se debe a que el exceso de ciertas vitaminas, o hipervitaminosis, puede generar consecuencias en la salud. “En la mayoría están descritos trastornos de somnolencia, conciencia, náuseas y vómitos”, detalla la especialista.
Si bien algunos de estos nutrientes han sido incluidos en tratamientos contra el Covid-19, la vitamina D ha sido la más estudiada. En este sentido, Ruggieri reconoce que “sí se ha demostrado en ensayos de laboratorio que aumenta la inmunidad innata y la adquirida, es decir la que vamos a tener después de enfrentarnos a los patógenos”.
En cuanto a la vitamina C, se ha comprobado que previene el daño oxidativo y ciertas enfermedades, que aumenta la síntesis de colágeno y la absorción de otros nutrientes a nivel intestinal, y mejora la funcionalidad del sistema inmune.
“Todo esto hace que sea capaz de prevenir, en general, infecciones, pero con ninguna de las vitaminas se ha podido demostrar correlaciones directas”, detalló la inmunóloga.
Vitamina C, en falta
Inicialmente fue de esta última de la que más se habló. Incluso, en marzo del año pasado, en Mendoza se disparó el precio de los cítricos por el incremento de la demanda.
“El consumo de vitamina C aumentó exponencialmente en el inicio del año pasado”, precisó Mario Valestra, presidente del Colegio Farmacéutico de Mendoza (Cofarm).
Ante la incertidumbre de lo que ocurría, con menos información aún de la que se cuenta ahora respecto a la enfermedad, muchos optaron por comprar la vitamina en todas las presentaciones, inclusive en suplementos dietarios.
Tan así fue que “muchas empresas quebraron stock y todavía hoy no se recuperan, como Bayer”, ejemplificó Valestra, como para dar una referencia de lo universal que fue la situación.
Según él, la demanda de vitamina C ha ido disminuyendo pero como consecuencia de la falta de stock y no porque haya bajado el interés de los consumidores en adquirirla.
“Con otras vitaminas, como la D, hay mucho pedido, pero no hay problema de provisión. Lo mismo pasa con los suplementos dietarios que tienen un montón de vitaminas, pero en baja concentración. Pero las C y la D han sido el bum del consumo”, informó Valestra.
