Año tras año, en Mendoza crece la cantidad de personas que se anotan para ingresar como agentes al Servicio Penitenciario Provincial y en la mayoría de los casos, el factor económico es que lo prima a la hora tomar la decisión de querer ser parte de este organismo. Desde que abrió la convocatoria este año, hasta este momento son 500 los anotados y las autoridades aspiran a llegar a 1000 en los próximos meses.
La oferta laboral no abunda y menos en tiempos de crisis económica como la que atraviesa nuestro país, por lo que muchos mendocinos deciden inscribirse para ser agente penitenciario y ese número de inscriptos ha ido en aumento en los últimos años.
La subdirectora general del Servicio Penitenciario provincial, Alejandra Llarena, confirmó esta tendencia de suba de inscriptos y reconoció que en su mayoría, por no decir la totalidad, lo hacen porque lo ven como una salida laboral segura en un lapso corto de tiempo.
“Hay mucho interés de los mendocinos cada vez que abrimos las inscripciones para ingresar como agentes al Servicio Penitenciario de la provincia, hasta el momento llevamos 500 personas anotadas y esperamos llegar a unos 1000 mil porque se abrirá otra convocatoria antes de mitad de año. En 2023 el total de inscriptos fue de 700 y este año nos indica que ese número será superado”, comentó la funcionaria.
Llarena expresó que para los aspirantes a estos puestos, que serán 250 en total divididos en dos etapas, “es una salida laboral importante, obviamente deben cumplir los requisitos excluyentes que solicitamos y la idea es hacer una selección, un filtro, para poder incorporar a los mejores perfiles que se adapten a las tareas a realizar en los penales, que no son para nada sencillas”.
Los mendocinos que se han inscriptos a esta convocatoria del Servicio Penitenciario ingresarán con el cargo de agente penitenciario, que es el más bajo dentro del escalafón de esta fuerza. El sueldo básico está estipulado en 346 mil pesos mensuales y luego, se puede ir haciendo “carrera” dentro del Servicio para aspirar a cargos superiores.
En otro orden de temas, Llarena habló del cupo femenino y señaló que el porcentaje a tomar como ingresantes al Servicio Penitenciario no tiene que ver con una cuestión discriminatoria ni mucho menos, sino con el hecho de que “hay tareas internas dentro de los penales que no pueden cumplir las mujeres, salvo en la unidad penal de El Borbollón. Para este año, seleccionaremos entre un 10 y 20% de mujeres dentro de esos 250 cargos a cumplir”.
Reos a “cuidar”
Alejandra Llarena indicó que actualmente la población carcelaria de Mendoza asciende a unos 6 mil presos, por lo que con estos 250 cargos a cubrir dentro del Servicio Penitenciario, “estaríamos bien, el recurso humano siempre es un factor importante dentro de nuestra tarea y vamos cubriendo cargos a medida de que se van jubilando o retirando muchos agentes, por ejemplo en 2023 tuvimos 160 personas que se retiraron y esos lugar tenemos que cubrirlos”.
Además, la funcionaria provincial reconoció que la incipiente habilitación de más módulos en el complejo denominado Almafuerte II, ubicado en el departamento Luján de Cuyo, hace que se deba contar con personal suficiente para trabajar con las personas privadas de la libertad.
En la actualidad, Mendoza cuenta con los complejos penitenciarios de San Felipe y Boulogne Sur Mer, la Estación Transitoria de Detenidos y Aprehendidos (donde estuvo el humorista Cacho Garay por ejemplo), la Alcaidía de Régimen de Semilibertad, la Alcaidía de Adultos Mayores, la Unidad de Jóvenes Adultos, Unidad Judicial, el complejo Almafuerte II que se ubica en Luján de Cuyo y la Unidad Penal de Mujeres que está en Las Heras.
En este caso hablamos de presos que cumplen condenas por delitos cometidos en nuestra provincia, ya que también existen los complejos carcelarios federales para otro tipo de delitos, como el narcotráfico por ejemplo.
El desafío de la reinserción
Siempre la cárcel o las unidades penales son motivo de polémica por las condiciones en las que se encuentran los presos o la posibilidad de una reinserción social luego de haber cumplido la condena por la que se llegó hasta ese lugar.
Para Llarena, quien lleva más de 30 años en el Servicio Penitenciaria, el desafío todos los años es renovar ese compromiso con los internos de brindarles herramientas para su salida de la cárcel.
“Hace tiempo que estoy en la gestión con el director Orellana y continuamos trabajando bajo la misma premisa, que es la de hacer foco en la educación y el trabajo para los privados de su libertad, no te puede precisar un número exacto pero si decirte que en su gran mayoría, hemos logrado que muchos presos se reinserten en la sociedad por lo que vemos cumplido nuestro propósito hacia la población carcelaria; de todos modos seguimos trabajando para mejorar esos porcentajes”, admitió la funcionaria mendocina.
A lo que apunta Llarena son a los diferentes métodos de estudio que tienen los detenidos dentro de los penales y a los trabajos u oficios que pueden aprender, como carpintería por ejemplo. Claro está que esto no todos lo cumplen, por lo que su reinserción no es tan sencilla.
La convocatoria
Desde este jueves y hasta el 9 de febrero está abierta la convocatoria para aspirantes a agentes penitenciarios en Mendoza. Según comentó Llarena, está primera etapa será de 125 cupos y del 15 de febrero hasta el 30 de abril, será la segunda etapa con otros 125 puestos a cubrir.
Entre los requisitos para los mendocinos, los excluyentes son la edad (mayor de 18 años), el título secundario legalizado y definitivo, no poseer antecedentes penales, certificado de aptitud física con una estatura mínima de 1,65 metros para el hombre y 1,55 metros para la mujer y no ser deudor de cuota alimentaria, entre otros. Además, se debe presentar DNI, constancia de CUIL, partida de nacimiento actualizada y constancia de juicios universales. Para mayor información hay que ingresar en la página web mendoza.gov.ar/penitenciaria
Una vez pasado el filtro de selecciones de las diferentes etapas, los aspirantes designados deberán cumplir una serie de cursos preparatorios que duran aproximadamente seis meses.
En relación a los requisitos, la subdirectora general Alejandra Llarena hizo hincapié en los test psicólogos que deben someterse los aspirantes: “Sin test individuales y grupales donde deben demostrar su aptitud psíquica para este puesto, en el cual deben interactuar con personas privadas de su libertad”.
