Con la llegada de la pandemia de coronavirus hizo su irrupción en el imaginario popular un producto antes desconocido para el común de las personas: el amonio cuaternario. Se hizo “famoso” cuando comenzó a rociarse para la desinfección en túneles de uso público que en Mendoza (y otras ciudades) instalaron algunas comunas.
Con el tiempo, creció otro mercado y comenzó a venderse para uso domiciliario. Pero ¿es efectivo para matar el coronavirus? ¿Tiene riesgos?¿Que hay que tener en cuenta?
Efectivo
Lo primero que hay que tener en cuenta es que el amonio cuaternario es efectivo para matar el coronavirus pero debe tenerse particular cuidado en la forma de uso y la concentración.
Fabio Salvi, socio gerente de la empresa MAG que lo fabrica en Mendoza explicó que lo trabajan desde que sus inicios, en 1985 y que sobre todo lo usaban para la desinfección de hospitales. Señaló que la materia prima es cloruro de benzalconio y que no se fabrica en el país.
En tanto, Sergio Saracco, director de Toxicología de la provincia, explicó que los compuestos del amonio cuaternario están presentes generalmente en productos para máquinas lavavajillas y traen advertencias sobre su corrosividad. Dijo que también pueden venir en bajas proporciones en productos para lavar la ropa y otros de limpieza e incluso se usa para higiene en la industria alimentaria.
Generalmente estos detergentes catiónicos son utilizados como antisépticos o desinfectantes, también se pueden usar en la industria alimentaria en bajas concentraciones por sus propiedades bactericidas y viricidas.
Con la pandemia se extendió su uso para desinfectar grandes superficies como instituciones y comercios.
“Es muy efectivo y puede reemplazar la lavandina: no tiene olor, no mancha la ropa, no es corrosivo”, dijo Salvi. Sin embargo, no puede usarse de cualquier manera.
Uso adecuado
Si bien se sostiene que puede usarse en los hogares, los especialistas aseguran que los desinfectantes habituales siguen siendo la opción más segura, en particular la solución de hipoclorito de sodio al 1% (lavandina, 10 ml en 1 litro de agua).
Uno de los problemas es que se vende suelto o sin etiquetas y no puede saberse con certeza la concentración. Por otra parte al estar en envases que no tiene etiquetas también hay riesgo de uso inadecuado e incluso de ingesta por parte de los niños.
Salvi dijo que es muy difícil analizar su concentración. En este marco dijo que muchos lo compran para venderlo ya preparado y diluido pero que es difícil saber en qué concentración se termina usando, ya sea por excesiva o insuficiente.
Remarcó que es recomendable para baños, almohadillas, pisos. Pero “hay que tener cuidado que no toque mesadas de cocina por ejemplo, por la posibilidad de ingesta porque puede matar los microorganismos del tracto gastrointestinal”, subrayó.
Informó que en el caso de su producto “puro” recomiendan una dilución al 1%, es decir 1 litro en 100 litros de agua.
El precio es de 4 dólares (oficial) más IVA el litro, por lo que recalcan que resulta económico para grandes superficies.
La Infectóloga Andrea Vila consideró: “no es riesgoso, su toxicidad no es elevada, sin embargo es muy caro e innecesario”. Por ello volvió a hacer hincapié en que para viviendas es suficiente la fricción con cualquier detergente, jabón, solución de lavandina o alcohol.
Riesgos
“Estos productos tienen como características es que son compuestos muy irritantes, dependiendo de la concentracions pueden ser corrosivos, es decir lesionar la piel y las mucosas y en caso de ser ingeridos pueden provocar lesiones en la boca y la garganta”, advirtió Saracco.
“Si la ingesta es importantes puede producir alteraciones a nivel sistémico como contracturas musculares que pueden llevar a una complicación severa del paciente incluso con riesgo de muerte, puede ocasionar pérdida de conciencia y hasta convulsiones”, continuó.
Aunque si se ingiere una pequeña cantidad de un producto muy diluido puede causar sólo un fenómeno irritativo, pero en concentraciones elevadas puede causar quemaduras e irritaciones graves en la piel.
Mencionó además que el uso excesivo de estos compuestos que se está realizando puede provocar daño al medio ambiente y la salud porque produce una alteración e incluso resistencia a nivel bacteriano haciendo que sea peor el remedio que la enfermedad.
“Por eso la recomendación es que sean usados bajo estrictos controles con indicaciones precisas, los que los manipulan tienen que usar equipos adecuados como guantes y vestimenta impermeable con cobertura a nivel respiratorio y ocular”, resaltó.
De todas formas, para uso domiciliario dijo que la concentración de amonio cuaternario que debería usarse es del de quinta generación al 10%. Sólo para superficies inertes como pisos y remarcó que siempre debe primero limpiarse y luego desinfectar.
Otras opciones
“Una investigación reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) no encontró pruebas concluyentes de que el nuevo coronavirus se pueda transmitir a través de superficies como picaporte en puertas o teclados. Sin embargo, para mayor tranquilidad de las personas y como precaución extra, no está mal continuar con los hábitos de desinfección. Con esto en mente, en espacios como los hogares no es necesario usar este tipo de químicos. Se recomienda continuar usando los desinfectantes comunes para pisos y superficies. Una alternativa eficaz, económica y accesible es la lavandina al 0.1%”, sintetizó Saracco.