Covid-19, las reuniones masivas y el relajamiento apuraron el desarrollo de la segunda ola

Los especialistas coinciden en que las conductas sociales y el poco apego a las normas sanitarias que rigen en pandemia han sido claves para el rebrote.

Covid-19, las reuniones masivas y el relajamiento apuraron el desarrollo de la segunda ola
Los especialistas coinciden en que las conductas sociales y el poco apego a las normas sanitarias que rigen en pandemia han sido claves para el rebrote.

Movilizaciones masivas y eventos que congregan a una gran cantidad de participantes -sin siquiera cuidar el distanciamiento- son algunos de los episodios que se convirtieron en postales preocupantes durante las últimas semanas.

Esto fue lo que motivó las más recientes restricciones que, entre otras cosas, prohíben la circulación en la vía pública entre las 0.30 y las 5.30 (en Mendoza). “No quiere decir que el virus se transmita más de noche que de día, o que no salga a la calle de 0 a 6, sino con las conductas sociales. Ya se conoce que un confinamiento estricto no es recomendado, pero sí es bueno disminuir riesgo en lugares cerrados. Y en invierno, a la noche es donde más probabilidades de transmisión hay”, sintetizó Andra Villalba, jefa de Infectología del Hospital Lencinas.

“Durante el día, cada uno tiene sus actividades, y suelen cumplirse las normas. Pero suelen ser las reuniones las que propician el aumento de los contagios si uno no genera la conciencia y la mayoría de los contagios se han producido en estas situaciones”, acotó a su turno Sergio Saracco, especialista en Emergentología y presidente de la Asociación Toxicológica Argentina.

Por otra parte, resaltó que el haber estado infectado ya o haber recibido alguna de las vacunas no eliminan el riesgo de contagio. “El vacunado se puede volver a contagiar. La diferencia es que tiene pero casi nulas probabilidades de llegar a una situación grave”, sintetizó.

La segunda ola

El miércoles último, Mendoza registró 1.020 contagiados de Covid-19 en un solo día, lo que representó el número más alto desde el inicio de la pandemia. Además, por primera vez en casi 13 meses, el reporte de infectados de coronavirus superó el millar de personas -el pico había sido el 21 de octubre de 2020 con 973 contagios. Los especialistas coinciden en que la segunda ola ya llegó y, tanto en el país como en Mendoza, se dispusieron restricciones que apuntan a frenar la circulación.

“Estamos viviendo la segunda ola, y es algo que se esperaba que se produjera para esta época, ya que empieza el frío y se pierden actividades al aire libre”, resaltó la infectóloga Noelia Linero, quien se desempeña en el Hospital El Carmen.

“Lo que se está viendo tiene que ver con cómo se da la transmisibilidad del virus. El problema no son las actividades en sí, sino con el comportamiento humano”, agregó Saracco.

En ese sentido, el profesional insistió con las cuestiones estacionales (calor en verano y frío a partir de otoño) y su vinculación con las conductas recomendadas para interrumpir la circulación del virus. “El comportamiento humano, que hace a la transmisibilidad del virus de forma directa, tiene cierta relación con la temperatura. Y mientras más cuida uno los elementos de seguridad, mejor. El año pasado se cumplía con las medidas y conductas recomendadas en exceso, y en el peor momento, el crecimiento de casos no fue tan vertical”, agregó Saracco.

En la misma sintonía se refirió infectóloga del Lencinas Andrea Villalba. “Ahora que viene la época invernal, las temperaturas son más bajas y hay más riesgo, porque la gente se junta en espacios cerrados y menos ventilados. A ello se suma que se han relajado las conductas, mientras que para el confinamiento estricto de 2020 se tomaban más recaudos. La gente se ha relajado, sobre todo en lo referido a reuniones”, destacó la infectóloga.

En cuanto al relajamiento en la ciudadanía, Saracco destacó que se trata de un comportamiento natural y que se vio en todo el mundo.

Recomendaciones

Los especialistas consultados resaltaron que a lo largo del 2020 la situación le permitió al mundo conocer el comportamiento del virus. “Se ha avanzado en lo referido a la transmisión del coronavirus, y se sabe que la más forma más importante tiene que ver gotitas de saliva; al hablar, toser o estornudar. El riesgo de transmisión de contacto es una vía de transmisión, y no hay que dejarla de lado. Pero la mayor vía son esas gotitas de saliva que se liberan. Y si eso ocurre en lugares cerrados, sin ventilación y sin barbijo; hay más probabilidades de transmisión”, acotó Villalba.

Por su parte, Linero destacó que lo que aumenta el riesgo de contagio en el caso del coronavirus es que radica en acciones de la vida diaria. “La principal transmisión es por medio de gotas. Cuando hablamos, cuando gritamos, cuando hacemos ejercicio; todas esas situaciones hacen que la cantidad de virus que liberamos sea mayor. Y en una persona que está encerrada, y sin las medidas de protección (como el tapabocas) es más riesgoso”, se explayó.

“En la medida en que se fue avanzando la pandemia, se sumaron recomendaciones; como que el barbijo lo usaran todas las personas, ya que se descubrió que el virus se transmite por el aire y con pequeñas gotitas de saliva. Y se comenzó a hablar de la importancia de mantener la distancia de dos metros y los ambientes ventilados”, enumeró Saracco, quien resaltó que hay que mantener tres barreras (distancia, barbijo y la ventilación) y que el principal elemento de seguridad debe ser alejarse de secreciones respiratorias.

El especialista, además, trazó un paralelismo entre el Covid-19 con el monóxido de carbono en base a la invisibilidad de los riesgos. “No se ve ni se toca, pero está ahí. Lo mismo que sucede con el virus. Y también se suma el hecho de que uno primero piensa que no le va a pasar, y se relaja. Al igual que ocurre con el monóxido, en verano el coronavirus también estuvo. Pero había más ventilación”, siguió.

Linero, a su turno, se detuvo en las tres patas preventivas del coronavirus: la cuarentena, el control de la fuente y la vacuna. “La cuarentena sola no es suficiente si no se acompaña con un testeo masivo; sirve buscar a quien no tiene síntomas”, sostuvo.

En cuanto a las conductas a fomentar, resaltó que es clave la ventilación de los ambientes, el uso de barbijos y que aquellas personas con síntomas y dudas se aíslen.

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