El Gobierno de Mendoza confirmó ayer que se detectaron dos personas con la variante de Manaos, una mutación del virus Sars CoV-2 surgida en Brasil y que llevó al colapso a esa zona. Es el modo coloquial con que se denomina la variante P1, que junto con otras que también preocupan, ya circulaba en otras provincias argentinas, pero es la primera de ellas que se detecta aquí.
”La cepa Manaos, igual que la de Gran Bretaña, pasan rápidamente de ser actores de reparto a un papel protagónico, se vuelven rápidamente la cepa prioritaria, copan la parada, con el consiguiente riesgo”, ilustró la doctora Elena Obieta, referente de la Sociedad Argentina de Infectología. Agregó que el escenario es un “combo” complicado en el que confluyen la mayor circulación de gente, la del virus, el relajamiento de todas las medidas de prevención desde lo individual y un insuficiente ritmo de vacunación.
La Manaos mendocina fue detectada en dos trabajadores de la salud que tienen vinculación entre sí y en el marco de la vigilancia epidemiológica que hace la Provincia.
Circulación comunitaria
”Seguimos estudiando y veremos cómo avanza la existencia de esta cepa en la provincia. Dos casos no significan que tengamos transmisión en Mendoza”, explicó la ministra de Salud, Ana María Nadal. Pero lo cierto es que la vigilancia es acotada: se envían para análisis sólo algunas muestras de determinados grupos.
La directora de Epidemiología, Andrea Falaschi, detalló que se toman muestras a viajeros internacionales que llegan a la provincia y a quienes han sido vacunados con dos dosis de la vacuna (esquema completo) y que después de 14 a 21 días posteriores a la segunda dosis presentan la infección. Para ese entonces ya deberían tener anticuerpos y esto implicaría que quizás se trate de una nueva variante ante la cual la vacuna podría ser menos eficaz.
”La detección se hace a través del análisis filogenético o de secuenciación genética, a través de dos lugares: con el envío al centro de secuenciación del Proyecto País o al Instituto Malbrán”, dijo. Desde este último informaron el hallazgo.
Por lo tanto ¿cómo saber lo que está ocurriendo en el resto de la comunidad? El desmejoramiento de las condiciones sanitarias respecto de la pandemia ha sido abrupto las últimas semanas, mucho más que durante la primera ola. Y si bien esto tiene una marcada influencia de la alta circulación social -que no fue tal el año pasado- y de la relajación de la prevención, también da que pensar que la cantidad de casos y los indicadores ya sean equivalentes a los del pico de 2020. Incluso peor: el martes se registró un número récord de nuevos notificados,1.129 y el ritmo de contagio cuadruplica al de la primera ola.
Si algo caracteriza a la variante de Manaos es su alta contagiosidad por lo que los especialistas advierten que de no mediar cambios es de esperarse un número alto de casos con el consiguiente impacto en el sistema de salud. “Es más transmisible que la cepa salvaje, 50% más”, afirma la infectóloga Noelia Linero.
Características
Algunas nuevas variantes son consideradas “de preocupación” por los cambios que implican en el virus y las consecuencias epidemiológicas que pueden tener. Justamente entre estas últimas se encuentra la “recién llegada” junto a otras como las de Reino Unido y Sudáfrica. Se les atribuye, entre otras cosas, mayor capacidad de contagio e, incluso, a la de Sudáfrica y Manaos, la capacidad de evadir la respuesta del sistema inmunológico. Es lo que se llama “escape inmunológico”, señala Obieta.
He allí parte del problema. Hay quienes sostienen que la variante de Manaos ha generado un número importante de reinfecciones pero, tal cual menciona Obieta, hay que considerar que si ya se tuvo una infección, tras unos meses, se pierden anticuerpos. También se perderá la capacidad de respuesta si se trata de una mutación desconocida. De todas formas no se ha logrado aún evidencia de que sea más letal o produzca cuadros más graves.
Muchos infectados, a la vez, encarnan otros riesgos: se estima que alrededor de 15% de quienes presentan Covid-19 pueden requerir internación mientras que la letalidad es de alrededor de 2%. Al ser más los casos serán más en números netos los fallecidos mientras que además habrá una mayor demanda de atención al sistema de salud, de requerimiento de camas y de recursos (trabajadores de la salud e insumos). El temor al colapso del sistema sanitario está siempre latente.
Pero hay algo más: “Estamos viendo gente más joven”, sostuvo Obieta, que trabaja en Buenos Aires donde ya circula. En Mendoza se asegura que ha bajado 10 años la edad promedio de los internados y lo mismo ven allá. Y con otra particularidad: la estadía en la internación crítica ha pasado de un promedio de 15 días a 25 y hasta 30. Claro, los organismos jóvenes le dan más batalla al virus y eso implica que las camas permanecen más tiempo ocupadas.
La eficacia de las vacunas es otro tema en cuestión: no fueron ideadas para esta variante ni otras nuevas. Sin embargo, las profesionales consultadas destacaron que las que se usan en el país (la rusa Sputnik V, la china de Sinopharm y la británica de AstraZéneca) siguen siendo efectivas para evitar formas graves. Además se advierte que pueden adaptarse.