Cuando los vaqueros bailan, lo hacen a ritmo del country line dance. Inspirado en terrenos áridos, carreteras interminables e impresionantes parajes rurales, cada una de sus notas transporta a la auténtica esencia del corazón de los Estados Unidos. El country line dance es el baile del nuevo sonido western.
Aunque existe una gran tradición por la cultura vaquera en toda Latinoamérica, normalmente países como México, Brasil, Chile, Perú, Colombia o Venezuela suelen ser más reconocidos fuera de sus fronteras.
Aún así, desde que el género se empezó a introducir en la década de los ‘70, la popularización del line dance y la moda cowboy en Argentina se ha disparado y enamora cada vez a más gente.
“Aconcagua” se denomina el grupo mendocino que desde 2019 comenzó una aventura que tiene como objetivo reunir la diversión, la danza y la amistad.
Al no haber ningún precedente de enseñanza de esta danza en la provincia, surgió la idea de la creación del grupo y, de inmediato, fue sumando adeptos.
De un pequeño grupo de seis personas apasionadas, ya pasaron más de 100 bailarines por las clases que semanalmente reúne a esta comunidad con ganas de bailar, juntarse, divertirse y aprender.
“Las ganas de compartir el baile, la música y la alegría nos movió a comenzar a hacer presentaciones y workshops que nos permiten mostrar lo que aprendemos y desarrollamos de manera grupal”, sostuvo César Varettoni, uno de los integrantes y pionero del grupo.
Sumó: “Compartimos lo que sabemos con la gente que tiene ganas de divertirse. Es una actividad fácil, familiar y entretenida para realizar en distintos momentos y en todos lados”.
Expresó, además, que las actividades pueden organizarse como únicas o con continuidad, aunque el deseo de esta suerte de academia es continuar armando un grupo estable.
“Al no requerir espacios especiales ni equipamiento sofisticado, es una actividad muy dúctil y adaptable a todo el mundo, sin distinción de edad”, remarcó Varettoni, para agregar: “Nuestra idea es animar y conformar grillas en festivales, ferias y otros eventos donde el factor artístico, la música y la diversión sean un complemento”.
Los inicios, allá por 2019
Allá por 2019, César y su mujer, Marcela Palpacelli, quedaron cautivados con la música country luego de ver una película en su casa.
“Los dos dijimos que sería hermoso aprender a bailar, pero averiguamos por todos lados y no había un solo lugar donde poder acudir”, recordó, para relatar que, decididos a hacerlo, comenzaron de manera autodidacta a probar con algunas coreografías.
“A partir de allí nos dieron ganas de formar un grupo, lo lindo de esta danza es eso, que se baila en grupo, algo que lo hace muy entretenido. Por supuesto comenzamos convocando a nuestros amigos y allegados, es decir, al círculo más cercano”, recordó.
Ninguno de los integrantes de grupo tiene origen americano, aunque todos son cultores y amantes de esta música que califica como alegre y pegadiza.
“Eso hizo que todo fluyera de manera rápida, que la conexión se diera inmediata. Claro que las redes sociales ayudaron muchísimo a mostrar lo que hacemos y a sumar gente”, manifestó.
Hoy, indicó, la repercusión es amplia y lograron emplazar dos talleres: uno de ellos en el teatro Leonardo Favio de Chacras de Coria, donde los encuentros son los viernes a las 20; mientras que el restante se realiza en Godoy Cruz los lunes a la tarde.
“No soy docente, pero de alguna manera oficio como tal junto a Marcela en Chacras de Coria mientras que en Godoy Cruz los encuentros están a cargo nuestros compañeros Diego Lahorca y Martina Friedrich.
Desde un inicio, el concepto fue compartir lo que cada uno sabe y va aprendiendo. Y así, sin prisa ni pausa, el grupo realizó varias presentaciones donde se ganaron el aplauso del público.
Una de ellas fue en el Teatro Imperial y a partir de allí se sucedieron otras, como en la Nave Cultural y más tarde en el Mendoza Country Fest.
“Participamos activamente de los festivales de San Pedro en Buenos Aires, donde todas las escuelas llevan una delegación. La última vez pudimos viajar once integrantes de Mendoza”, sostuvo.
Destacó, además, que el grupo continúa recibiendo gente. “Es un proceso permanente porque no es una dinámica pedagógica, sino más bien un grupo que ama esta música, baila, se divierte y comparte. Una vez cada tanto realizamos una clase desde cero para alentar y entusiasmar a aquellas personas que se acercan y que jamás bailaron una danza de esta naturaleza”, advirtió.
Uno de los atractivos de esta música, según apuntó, es que no tiene limitación de edad. El público bailarín que se acerca a “Aconcagua” tiene entre 15 y 75 años.
“Si bien se baila solo, se hace en grupo y eso es genial porque uno no depende de tener su pareja como sucede con otras danzas. Las habilidades y destrezas se van aprendiendo y practicando clase por clase y luego bailamos y nos presentamos en forma grupal”, manifestó Varettoni.
Destacó además que la música country facilita la sociabilización y estimula el estado físico.
“Si bien no requiere gran estado, tiene su parte de mucho movimiento, así como coordinación y memoria para no desentonar en las coreografías”, aclaró.
“Todos estos son valores que se tienen en cuenta a la hora de iniciar pertenecer al grupo, sobre todo por la gente mayor. Estamos abiertos a que se acerquen y prueben”, insistió, para concluir: “Uno de nuestros asistentes está feliz porque su neurólogo le aconsejó no abandonar jamás este grupo. Es decir, de manera impensada, la música country está prescripta por los médicos”, concluyó.
Dónde informarse
Contactos: César (261) 5788980 / Diego (261) 5253958
Facebook: Aconcagua Country Line Dance Mendoza
Instagram: aconcaguacountry.
