La última semana presentó en Mendoza la mayor proporción de casos positivos de Covid-19 respecto del total notificado. Así, hubo un incremento de 2,5 veces lo que se había informado la semana anterior, cuando se registraron 28 casos, entre el 25 de junio y el 1 de julio.
Con datos hasta el 8 de julio, los siete días anteriores los contagios se incrementaron 72% sobre el acumulado: entre el 2 de julio y esa fecha se detectaron 69 casos sobre un total de 239.
El porcentaje de aumento que registró Mendoza sólo fue superado por Salta (322%) y Córdoba (165%). Son datos oficiales elaborados y publicados por Martín Barrionuevo, un legislador correntino que se ha vuelto fuente de información a partir de los gráficos que divulga.
“El de la última semana es un incremento importante, que hay que seguir muy de cerca y actuar rápido y fuerte. Eso nos enseñó este virus: que si se actúa pronto se es más eficaz; si esto se dispara mucho más, la capacidad de tomar medidas disminuye”, consideró Javier Farina, médico infectólogo referente de la Sociedad Argentina de Infectología y asesor del Gobierno nacional, en diálogo con Los Andes.
Consultado sobre si esto puede ser la antesala de la transmisión comunitaria señaló: “La transmisión comunitaria es difícil de contener mucho tiempo en las ciudades urbanizadas, pero puede mantenerse en forma de meseta baja si se hace un buen seguimiento de contactos”.
Para Sergio Saracco, director del Observatorio de Salud Pública de la Universidad Nacional de Cuyo, mucho tiene que ver la relajación sobre los cuidados para atenuar el contagio. “Tenemos que entender que es un virus pandémico y está circulando en el mundo. Hay que reforzar el concepto de que está circulando; ha pasado en el hemisferio Norte, donde bajaron la guardia porque llegó el verano y comenzaron a tener brotes”, consideró. Explicó que podía suponerse si se tiene en cuenta que es un virus nuevo (7 meses) con altísima transmisibilidad y por lo que la población no tiene inmunidad .
Respecto del aumento, el especialista dijo que es lo esperable en toda situación de pandemia y que está favorecido por el número de asintomáticos o con síntomas leves. “El tema es para ocuparse como ciudadanos, no para preocuparse”, subrayó Saracco. Y recalcó la importancia de sostener las medidas preventivas.
Puede controlarse
Para Javier Farina, lo que se ve es la dinámica habitual de esta pandemia; es cómo se disemina. Advirtió que cuando se disparan los casos en una urbe crecen exponencialmente y es difícil frenarlos. Aunque, para él, en las condiciones actuales aún puede controlarse.
Mendoza venía bastante tranquila respecto de lo que ocurría en otras ciudades, incluso con mesetas de hasta 10 días sin notificaciones de nuevos positivos y con seguimiento de nexos epidemiológicos. Esto permitía detectar la fuente de contagio y el aislamiento de los contactos estrechos para romper con la cadena.
En junio hubo un repunte: se detectaron 68 casos en todo el mes, pero en lo que va de julio este número ya se superó. Hasta el 8 de julio ya sumaban 77.
El 12 de junio marcó un punto de inflexión a partir del caso 98, del que se desprendieron otros contagios mientras que no ha podido identificarse exactamente con quiénes estuvo. En paralelo, surgieron otros conglomerados y varios casos cuyo nexo epidemiológico quedó en investigación ya que no pudo encontrarse.
Hoy se cumplen cuatro semanas desde entonces y el escenario local cambió: todos los días hubo nuevos positivos. El Gobierno no ha podido dar certezas sobre si hay circulación comunitaria del virus, pero se sostiene que ya no se trata de casos aislados sino que la transmisión es por conglomerados.
Por mencionar algunos, se cuentan el de la comerciante de Luzuriaga, Maipú (de donde también es el caso 98), el ginecólogo del hospital Español, algunos en torno al hospital Perrupato de San Martín y allegados de un trabajador del Jumbo de Luján. Recientemente se sumó otro foco en Guaymallén y trabajadores del hospital Lagomaggiore.
“Los conglomerados son grandes oportunidades de abordaje ya que ahí se puede identificar bien a quién hay que aislar”, dijo el infectólogo Farina. Y opinó: “Incluso cuando hay brotes en pequeñas poblaciones, se puede actuar más rápido que en las grandes urbes; hay que frenarlo rápido”.
Afirmó que las medidas que se tomen para lograrlo son una decisión dirigencial, lo que implica evaluar si amerita un cierre más contundente de actividades, restringir de modo intermedio o continuar de la misma manera. No descartó la posibilidad de volver al aislamiento social. “Hay que identificar contactos rápidamente, aislar gente y, en los casos sin nexo, hacer una buena evaluación, aislar rápidamente a contactos estrechos y hacer seguimiento de síntomas”, cerró.
Ahora se duplican casos cada menos días
Hasta 6 de julio la duplicación de casos en Mendoza se producía cada 29 días. Pero con el drástico incremento, este indicador pasó a ser cada 21 días el 8 de julio.
De acuerdo a las Fases de Administración del Aislamiento del Ministerio de Salud de la Nación, la reapertura progresiva, fase en la que está Mendoza, implica que haya duplicación de casos cada 25 días o más. Implica una movilidad de 75% de la población. La fase anterior, de segmentación geográfica, supone una duplicación cada 15 a 25 días con movilidad de la población de 50%.
Desde el 9 de junio, Nación había autorizado a la provincia a dejar el aislamiento para pasar al distanciamiento social, lo que implicó mayor apertura de actividades. El Gobierno mendocino se tomó unos días para autorizarlo pero tras el caso 98 y la detección de más infectados, el lunes pasado volvieron a implementar algunas restricciones: reuniones familiares sólo los domingos de 11 a 19 y prohibición de circulación entre las 23.30 y las 5.30, con excepciones.