“No hay que dejar de hacer cirugías programadas”, lanza contundente la secretaria general de Ampros, Isabel Del Pópolo, y agrega: “un buen sistema de salud no suspende” las operaciones previstas.
Como alternativa a esta medida, que la cartera que preside Ana María Nadal está analizando implementar, propone “tomar un lugar en el que puedan trabajar los cirujanos y todo el equipo, sectores que estén libres de Covid”.
Fuentes consultadas tanto en el sector público como en el privado, entre las opciones que baraja el Gobierno está la suspensión total o bajar el número de intervenciones programadas, para descomprimir la demanda de camas, sin dejar de atender otras patologías.
“Necesitamos que haya cirugías, no podemos jugar a ser el dedo de Dios y decidir nosotros qué programada hacer y cuál no”, reclamó del Pópolo.
Más allá de la postura de Ampros, muchos actores del sector sanitario están pidiendo que se implemente la medida. Por ejemplo, Martín Sevilla, director ejecutivo de PAMI Mendoza, confirmó que la semana pasada hubo una reunión intersectorial en la que “se recomendó y solicitó que se suspendan las cirugías programadas en Mendoza”. Asimismo, el funcionario calificó la situación de “delicada y crítica”, basándose en los datos difundidos por la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Mendoza (Aclisa), desde donde informaron que la semana pasada la ocupación de camas críticas era del 92 por ciento.
Las empresas de ambulancias se ven afectadas para responder correctamente la demanda de llamados para trasladar pacientes con Covid-19._Es que una vez retirado el paciente, les cuesta conseguir cama y deben recorrer varias instituciones hasta lograr ubicarlo. A ello hay que agregarle el tiempo que lleva desinfectar la unidad. Desde que buscan al paciente hasta que la ambulancia queda lista para continuar en servicio, pueden pasar 3 horas. Esto condiciona la cantidad de traslados diarios