Desde vacunas hasta la previsión de la cantidad de agua que llegará a la zona metropolitana. O el registro de los seres más primitivos que habitaron estas tierras y el conocimiento de culturas y tradiciones que nos permiten entender cómo llegamos donde estamos. La ciencia está presente en todo. Y Argentina es cuna de importantes hallazgos científicos y tecnológicos, y de destacados investigadores.
Por ello en el sector científico las declaraciones del candidato a presidente más votado en las PASO, Javier Milei, generaron preocupación. El economista incluyó, dentro de su “plan motosierra”, al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Milei sostuvo que “el Conicet tiene 35.000 personas, mientras que la Nasa tiene 17.000″. Agregó que la NASA “produce más” que el Conicet, por lo que anunció que -de ser electo presidente- lo cerraría.
Desde el Conicet respondieron compartiendo las cifras y estadísticas del consejo, con especial foco en el recurso humano. Lo cierto es que la planta real del Conicet llega a 16.345 trabajadores en todo el país. De ellos, 73% son investigadores (11.854 personas), 18% es personal de apoyo (2.992 personas) y 9% restante es personal administrativo (1.499).
La planta del Conicet en la provincia, distribuida en 10 unidades ejecutoras, es de 990 trabajadores. De ellos, 411 son investigadores, 386 becarios, 140 es personal de apoyo y 53 son administrativos.
“El Conicet es una institución multidisciplinaria, que abarca a todos los organismos del Estado y es uno de los que más se preocupa por producir conocimientos que puedan ser ampliados para la resolución de problemas”, señaló la ex directora del CCT Conicet Mendoza, Elena Abraham, quien también dirigió el Iadiza y sigue colaborando ad honorem, ya jubilada.
“Es sorprendente que, a esta altura, un candidato a presidente no conozca la importancia de la generación de ciencia y tecnología para el desarrollo y la soberanía de un país. Argentina se puede dar el lujo de decir que tienen algunas de las universidades más importantes de América Latina, y una institución de ciencia y técnica como es Conicet, que siempre ha sobresalido”, agregó.
Cualquier proyecto del Conicet tiene la “obligación” de tener vinculación con la comunidad. En ese sentido, Abraham destacó que no es algo que cueste mucho percibir en las ciencias duras y exactas, aunque ocurre lo contrario en las humanas y sociales. “El Conicet tiene un aporte muy variado. Pero todo tiene su sentido en el ámbito de la ciencia donde se está generando”, agregó.
Cuánto ganan los investigadores
De acuerdo a los datos del Indec, en Argentina hay 28.539 personas que perciben un salario del Conicet. Según explicó Elena Abraham, en todo el país la remuneración es la misma.
De esta manera, los becarios iniciales perciben 360.350 pesos, al tiempo que becarios postdoctorales tienen un salario de 440.690 pesos.
De acuerdo a las estadísticas brindadas por el Consejo en su propia página, Argentina invierte 0,31% de su PBI en ciencia (incluye Conicet, INTA, INA, CONAE y universidades públicas).
Los aportes mendocinos en la ciencia y tecnología
Cuantificar la cifra de investigaciones de las 10 unidades del CCT Conicet Mendoza representaría una detallada investigación por sí sola. Sin embargo, en el día a día de la comunidad, los resultados de estos trabajos tienen una incidencia.
En Mendoza, por ejemplo y sólo por mencionar una de las unidades, se encuentra la sede del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla). Esta dependencia cuenta con cinco laboratorios y sus investigadores y colaboradores son los responsables de la realización monitoreo y actualización del censo nacional de glaciares, herramienta clave para conocer los recursos hídricos de la región, las proyecciones a futuro y las áreas que deberían mantenerse intangibles.
En un contexto de sequía y de ingreso a la era de la “ebullición global”, el trabajo del Ianigla en el pronóstico de escurrimiento en los ríos mendocinos y durante las temporadas de calor -en base a las mediciones de nieve precipitadas en la montaña- resultan claves para aprovechar el agua que llegará al llano.
Otro de los aportes fuertes del Ianigla tiene que ver con el cambio climático, así como la variación y adaptación de los lugares ante este fenómeno. Con sede central en el CCT Conicet Mendoza, cuenta con 142 trabajadores. La mayoría -62 de ellos- son investigadores, mientras que 38 son becarios y 33 personas se desempeñan como personal de apoyo, entre otros.
El Instituto Argentino de Investigaciones de Zonas Áridas (Iadiza) también realiza un importante aporte a la sociedad. “El Iadiza es un instituto de triple dependencia, por lo que depende del Conicet, del Gobierno de Mendoza y de la Universidad Nacional de Cuyo. Pasan por el instituto todos los dictámenes de áreas protegidas. Pero, además, se estudian todas las cuestiones ambientales referidas al cambio climático y la desertificación. Estamos hablando de que en el país, 70% de las tierras son secas”, resumió la ex directora del Conicet local y precisamente del Iadiza también, Elena Abraham.
El Iadiza cuenta con 13 comisiones y comités, donde se desempeñan 133 personas. De ellas, 48 son investigadores, 43 son becarios y 31 forman parte del personal de apoyo, entre otros. Sus aportes son fundamentales, no sólo para conocer las características de las tierras áridas y de la desertificación, sino para lograr producir y sacar provecho aún en estas condiciones.
Ciencias sociales en Mendoza
De las 990 personas que se desempeñan en el CCT Conicet Mendoza, 411 son investigadores. Las dependencias con mayor concentración de investigadores son el Ianigla (62 científicos), el Incihusa (61 investigadores) y el Iadiza (49 investigadores).
Incihusa es la sigla de Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales. Es la única unidad ejecutora con foco en este escenario.
“Sin humanidades y ciencias sociales es difícil entender el mundo que cada uno vive. Además, la producción de conocimiento realizada en trabajo de campo, archivos, bibliotecas y gabinete es difundida por varios medios. Trabajamos de manera conjunta para comunicar conocimiento producido entre expertos, y comunicamos para la ciudadanía”, destacó la directora e investigadora principal del Incihusa, Beatriz Bragoni.
Este instituto cuenta con 130 agentes en Mendoza, de los cuales 63 son investigadores científicos, 56 becarios y los 10 restantes son profesionales y técnicos de apoyo (CPA).
Desde sus orígenes, el Incihusa congregó a un grupo de investigadores con diferentes especialidades vinculadas al campo de las humanidades, las ciencias sociales y los estudios ambientales.
A lo largo de 2022, el Incihusa trabajó en más de 100 proyectos de investigación científica y tecnológica. Además, participaron en más de 250 publicaciones científicas.
Desde 2017, uno de los fuertes del Incihusa está relacionado a proyectos de patrimonio cultural de Mendoza, que permite estudiar, repasar y reconstruir momentos claves de la historia local.
El año pasado, a través de un convenio con la Legislatura de Mendoza, esta dependencia del Conicet Mendoza realizó trabajos de preservación digital de libros de actas de la Legislatura (del período comprendido entre 1893 y 1928) y de los libros de registros de todo el siglo XX.
También en 2022, junto a Los Andes el Incihusa elaboró y difundió contenidos científicos relacionados al impacto económico, social y cultural del Covid-19 en Mendoza.
Todos los institutos del Conicet Mendoza
El Instituto de Histología y Embiología de Mendoza (IHEM) cuenta con 40 investigadores y se dedica a la investigación en ciencias biomédicas desde 1957.
El Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (Imbecu), en tanto, nació focalizado en hallazgos relacionados a la reproducción, la lactancia, la neuroquímica, la farmacología del comportamiento y la fisiología cardíaca y renal.
Posteriormente, se incorporó como línea de investigación la oncología y sus múltiples aristas, mientras que en la actualidad su competencia es multi y transdisciplinaria e incluye la investigación sobre ecología, medioambiente, nutrición, fisiopatología, biología molecular, bioquímica, farmacología y fitomedicina. El Imbecu cuenta con 40 investigadores.
El Instituto Interdisciplinario de Ciencias Básicas (ICB) tiene en la actualidad 25 investigadores. Su foco de trabajo se centra en fomentar y realizar estudios en los campos de las ciencias básicas, incluyendo los de las disciplinas exactas, naturales y sociales.
La séptima unidad ejecutora en cuanto a cantidad de investigadores en Mendoza es el Instituto de Biología Agrícola de Mendoza (IBAM). Son 21 los investigadores en el lugar y trabajan en la generación de conocimiento en aspectos básicos y aplicados de la agricultura de regadío. Busca desarrollar herramientas con el fin de mejorar la producción y reducir factores de impacto negativos.
El Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía (Inahe), por su parte, estudia las variaciones de los ambientes socionaturales a distintas escalas espacio-temporales y desde enfoques multidisciplinarios. Al igual que el IBAM, cuenta con 21 de los 411 investigadores que cumplen sus funciones en el Conicet Mendoza.
El Instituto de Evolución, Ecología Histórica y Ambiente (Idevea) impulsa investigaciones referidas a procesos evolutivos y ecológicos, poniendo énfasis en el estudio de los registros paleontológicos, arqueológicos y ambientales.
Cuenta con 11 investigadores y sus acciones se canalizan en programas de investigación, educación, protección y gestión del patrimonio natural y cultural, promoviendo el desarrollo de tecnologías innovadoras para el desarrollo territorial.
Las becas del Conicet en Mendoza
De los 386 becarios que se desempeñan en las unidades ejecutoras, 75% (289 becas) son doctorales, mientras que las otras 97 son postdoctorales.
