El 26 de abril de 2018, B.S.P.T. fue condenado a 3 años de prisión en suspenso y a 6 años de “inhabilitación especial” para conducir cualquier tipo de vehículo. Fue durante un juicio abreviado, donde él mismo reconoció ser culpable del delito de homicidio culposo agravado por la conducción imprudente y antirreglamentaria de un automóvil.
Poco más de dos años y medio antes de la condena, el 20 de septiembre de 2015, este hombre había sido artífice de una tragedia en la que, conduciendo su auto con 1,26 gramos de alcohol por litro de sangre (más del doble de lo permitido en Mendoza -0,5-), chocó de frente y tras cruzarse de carril contra otro automovilista.
La víctima fatal de este terrible choque fue Sergio Daniel Luna, un querido profesor y entrenador de futsal de Mendoza. Luna se dirigía a buscar a una de las hijas de su pareja a un cumpleaños de 15 y encontró la trágica muerte luego de que B.S.P.T. -que manejaba por calle Sáenz Peña de Luján en dirección contraria- se cruzara de carril, invadiera el que le correspondía a Luna y lo impactara de frente a, por lo menos, 135 km/h.
Y si bien el condenado cumplió el plazo de la inhabilitación el pasado viernes 26 de abril, por lo que desde entonces pudo volver a manejar sin que esto signifique ninguna infracción, una serie de videos filmados en agosto y noviembre del 2023 ya lo mostraban manejando una camioneta desde su casa y hasta un depósito que es de su propiedad.
La pareja de Luna, Gabriela Aguilera -a través de los abogados Leandro Rodríguez Pons y Juan Manuel Lavado- presentó ante la Justicia una denuncia con los videos y la constancia de una escribana donde se lo ve a B.S.P.T. subiéndose al vehículo y conduciéndolo por su cuenta hasta su lugar de trabajo. Los videos fueron grabados en abril y en noviembre del año pasado, por lo que aún estaba vigente la inhabilitación.
“A través de conocidos que viven en la zona donde vive esta persona, nos llegó el año pasado la información de que el tipo manejaba tranquilamente. Entonces, por mi cuenta, contraté una escribana que constatara que él estaba manejando y se filmaron los videos”, resumió Gabriela Aguilera, pareja de Daniel Luna, a Los Andes.
“Él se cagó de risa de la condena, nunca cumplió absolutamente nada. En la Justicia civil lo condenaron a pagar una suma de dinero, pero como se declaró insolvente -porque tiene todo a nombre de la mujer-, nunca pagó nada”, agregó. Y destacó que el condenado tiene un muy buen pasar económico.
“Mínimamente debería haber ido a prisión. Yo me daba por satisfecha con que hubiese ido al menos un mes a la cárcel. Pero él siguió con su vida como si nada, y a nosotros nos cambió la vida para siempre”, destacó.
La violación de la condena fue denunciada a principios de abril por los abogados Rodríguez Pons y Lavado ante el Tribunal Penal Colegiado 2, en el expediente P-99.124/15. Allí acompañaron la presentación con los videos y la constatación notarial.
A raíz de esa presentación, en la Justicia se abrió una compulsa para que se inicie la respectiva investigación del delito. No obstante, los abogados de la pareja de Luna no habían sido notificados -al menos hasta hoy- de esta decisión.
“Siento una impotencia y una sensación de ingratitud tremendas. A mí me cambió la vida para siempre, y él siguió con su vida como si nada. Se cagó de risa de la Justicia en la cara”, reforzó Gabriela ante esta situación.
LOS VIDEOS DEL CONDENADO MANEJANDO
Si bien en la denuncia se especifica que B.S.P.T. siguió manejando “todos los días” desde su casa en Chacras de Coria y hacia distintos lados -algo que relataron varios testigos-, los videos que se adjuntan -con constancia de una escribana- corresponden al 9 de agosto y al 24 de noviembre de 2023. En ambas ocasiones se lo ve yendo de su casa al depósito en el centro de Luján.
Si se tiene en cuenta que el plazo de la inhabilitación se cumplió el 26 de abril de este año, los videos datan entonces del momento en que aún -y por condena judicial- el hombre hoy nuevamente acusado no podía guiar vehículos automotores.
En los videos registrados esos dos días, según se explica en la denuncia, se ve a al condenado saliendo de su casa y manejando una camioneta marca Ford Maverick hasta su lugar de trabajo.
En la Justicia civil también hubo un juicio contra este hombre y donde se lo condenó a pagar un resarcimiento que, a valores actualizados a esta fecha, rondaría los 15 millones de pesos, además de las costas de los abogados que intervinieron.
No obstante, B.S.P.T. se declaró insolvente luego de la sentencia, por lo que no cumplió con el pago al que había sido condenado civilmente.
“Él siguió con su vida, sin nada de remordimiento y le importa muy poco lo que pasó. Es una mala persona, y la Justica lo apoyó. ¡Cómo no va a andar chocho de la vida!”, agregó su pareja.
CHOQUE Y MUERTE
Durante la madrugada del 20 de septiembre de 2015, Sergio Daniel Luna (47) salió de su casa en Godoy Cruz -donde vivía con Gabriela Aguilera y las dos hijas de ella- para buscar a la mayor de ellas a un cumpleaños de 15 en un salón de Luján de Cuyo. Luna conducía un Fiat Palio Adventure.
Pero cuando el hombre circulaba por calle Sáenz Peña de Vistalba, respetando su carril y el sentido de circulación, fue chocado de frente por un Ford Focus que, intempestivamente, invadió el carril contrario y circuló en contramano.
A raíz de la violencia del impacto y del estado en que quedó el Palio, Daniel Luna debió se retirado del interior del auto chocado por personal de Bomberos Voluntarios de Luján.
Quien conducía el Focus era B.S.P.T., y luego se confirmó que él tenía 1,26 gramos de alcohol en sangre y que el auto que guiaba circulaba a -por lo menos- 135 km/h.
“Daniel iba a buscar a mi hija de 14 años a un cumple de 15. Fue a buscarla y lamentablemente no volvió más”, rememoró su pareja, Gabriela Aguilera, a Los Andes.
Luna salió de la casa cerca de las 5, mientras que en el salón la esperaban la hija mayor de Aguilera, y dos amigas más a las que iba a llevar a sus casas.
“Yo lo iba a acompañar, pero mi hija menor se había quedado dormida y él no quiso que la despertásemos, por eso se fue solo. Si no, hubiese ido con él, y tal vez ni estaría acá”, agregó Gabriela.
La adolescente que esperaba Daniel le llamó a su madre para preguntarle por qué no había llegado Daniel. Y allí Aguilera ya temió lo peor. Ella le preguntó a su cuñado si podía ir a buscar a las chicas, y en el camino este hombre se encontró con la calle cortada por un violento accidente, y todos los caminos ya iban conduciendo al trágico desenlace.
Minutos después, se confirmó aquello tan temido: Sergio Daniel Luján había sido chocado de frente por otro vehículo conducido por un hombre alcoholizado y quien se había cruzado bruscamente al carril contrario.
Luna fue trasladado de urgencia al Hospital Central, pero cuando su familia fue a verlo al centro asistencial, les comunicaron que lo habían trasladado al Hospital El Carmen. Y cuando llegaron allí, les confirmaron que Luna había fallecido como consecuencia de los graves politraumatismos sufridos y que derivaron en la provocación de un paro cardiorrespiratorio.
“Ahí empezó mi calvario y de toda la familia. Ahí me cambió la vida y la de mis hijas. Él no era el padre de ellas, pero las quería, y la relación era de padre. Era su papá del corazón y habíamos formado una familia hermosa”, recordó Gabriela, con la voz entrecortada por la angustia y las lágrimas ahogadas.
“Yo recuerdo haber visto el velocímetro del auto de este tipo, quien mató a mi pareja, clavado en 150 km/h”, resumió.
UN TIPO QUERIDO Y EL HOMENAJE DE UN CLUB DE FUTSAL
Sergio Daniel Luna tenía 47 años cuando falleció en septiembre de 2015, luego de que B.S.P.T. chocara de frente con su vehículo el auto en el que circulaba Luna. Y el fallecimiento de Daniel enlutó a su familia, sus amigos y gran parte de la comunidad de futsal en Mendoza.
“Medio Mendoza lamentó la perdida de Daniel. Era súper conocido, muy amiguero. Era la mejor pareja, yo le doy gracias a Dios por haberme dado la posibilidad de encontrarme con él”, destacó Gabriela Aguilera, pareja de la víctima fatal y con quien conformó una familia ensamblada en la que abundaba el amor y el cariño.
Daniel era entrenador de futsal y dejó una huella tan importante en sus jugadores que, tras su fallecimiento, se creó el Club Juventud Unida Sergio Luna.
“La huella que él dejó no la deja cualquier persona, solo una que es íntegra, buena y laburadora”, resumió Gabriela.