El martes pasado, se llevó a cabo el rescate de cientos de delfines que habían quedado varados en las costas del Puerto San Antonio, también conocido como el Caribe de la Patagonia Argentina, ubicado a unos 65 kilómetros de Las Grutas. Los delfines se encontraban en esa situación luego de que hayan escapado de un ataque por parte de un grupo de orcas, y gracias a una “cadena humana” pudieron ser rescatados.
La Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de la provincia de Río Negro (SAyCC) lideró la operación de salvamento tras recibir una advertencia sobre la posibilidad de que un gran grupo de delfines quedara varado en la zona de Punta Perdices.
Agustín Sánchez, uno de los responsables de los paradores, fue de los primeros en advertir la situación: “Volvíamos de un paseo con algunos turistas y veo a un grupo grande delfines que se metía en un piletón que se forma cuando baja la marea entre el muelle del puerto y la playa conocida como el caribe de la Patagonia” contó a Diario Río Negro.
“Con el semirrígido intenté guiarlos hasta el canal para que volvieran al mar, pero no se movían, algo pasaba” describió Agustín.
Luego del intento fallido, informó a las autoridades y gracias al trabajo coordinado entre los equipos de la cartera ambiental provincial, la Municipalidad de San Antonio Oeste, personal de Prefectura Naval Argentina y los vecinos del Puerto del Este, lograron acordonar la zona y asistir a los animales. “El operativo fue exitoso y no se tuvo que lamentar la pérdida de ningún ejemplar” informaron fuentes oficiales.
La Secretaría de Río Negro explicó que la fuga de los delfines fue un “evento natural” en el que, según los especialistas, es posible que hayan sido atacados por un depredador que los desconcertó y los llevó a escapar hacia la costa.
“Fue un poco desprolijo todo, podemos aprender todos para que se coordine mejor el trabajo, pero miremos lo bueno: logramos que pasaran por el canal”, dijo Sánchez.
La “cadena humana” para rescatar a los delfines duró varias horas y terminó al anochecer, cuando subió la marea y ya no se avistaba ningún animal en el piletón de Punta Perdices. “Hay una imagen que me quedó grabada: los delfines que lograban pasar no se iban, se quedaban esperando al resto del grupo. Era impresionante ver eso. Había muchas madres con sus crías. Saltaban de felicidad cuando volvían a estar juntos. No me lo olvido más”, agregó Agustín en diálogo con el citado medio.