Con la multiplicación de los tours de compra, cruzar desde Chile se ha vuelto una odisea

Demoras de hasta 12 horas y colas kilométricas en la aduana argentina son parte del malestar de choferes y pasajeros. Mientras las autoridades intentan agilizar los trámites, la infraestructura deficiente y el desborde en los controles generan cada vez más frustración.

Con la multiplicación de los tours de compra, cruzar desde Chile se ha vuelto una odisea
Demoras de hasta 12 horas y colas kilométricas en la aduana argentina son parte del malestar de choferes y pasajeros

Viajar a Chile durante esta temporada parece una excelente oportunidad para los mendocinos. Entre los paisajes majestuosos de la cordillera de los Andes y la posibilidad de disfrutar del mar y los precios significativamente más bajos en distintos productos, el periplo promete ser placentero.

Sin embargo, la realidad puede tornarse muy distinta debido a las largas demoras en el complejo Roque Carranza, especialmente a causa de los particulares que organizan escapadas en colectivo de “tour de compras”. Pueden ser hasta más de 20 buses no registrados en simultáneo que provocan colas de vehículos que se extienden por varios kilómetros.

A eso, se le suma el reclamo de choferes de línea regulares que afirman tener demoras de hasta 12 horas “porque no existen carriles independientes y atención diferenciada por parte de las autoridades para quienes realizan estas escapadas en búsqueda de ofertas (como sí las hubo del lado chileno cuando a los que le convino el cambio fue a los trasandinos) ni se agiliza demasiado los procedimientos”.

Las esperas en la frontera, que antes solían ser más comunes en cambios de quincena o fines de semana largos, ahora ocurren prácticamente a diario. Según un chofer de colectivo que prefirió mantenerse en el anonimato “hay momentos en los que las filas de autos superan los 3 kilómetros, y los buses de compras pueden llegar a sumar más de 25 unidades, con 50 pasajeros cada uno, en los días más críticos. La mayoría sin habilitación para el transporte de pasajeros”. Las demoras llegan a alcanzar de 8 hasta 12 horas en la aduana argentina, lo que ha generado malestar entre los viajeros, especialmente los que no realizan “tours de compra”.

Miles de mendocinos y chilenos cruzan para comprar alimentos y artículos de bazar y tecnológicos
Miles de mendocinos y chilenos cruzan para comprar alimentos y artículos de bazar y tecnológicos

Algunos conductores, como Juan Medina (55) relatan la desesperante experiencia de pasar largas horas esperando en condiciones precarias. “Este fin de semana estuvimos 12 horas en la aduana por las fiestas patrias en Chile porque solo funcionaba un scanner. Los baños que andan están en condiciones deplorables y otros cerrados por reparación. Además, no colocaron baños químicos a pesar de la cantidad de gente. Es una vergüenza”, manifestó con indignación.

En concordancia, un chofer de línea mencionó que las demoras se ven agravadas por la falta de personal en la aduana. “Esto se ha vuelto tierra de nadie. Dependiendo del día, los tiempos de supervisión varían, y es común escuchar rumores y dudas sobre si el mismo procedimiento se aplica en todos los casos”, remarcó. Entre los consultados deslizan que el problema es que si se controlase exhaustivamente a todos los que compran en estos “tours” probablemente el tiempo de espera sería aún mayor y la situación aún más insostenible.

Los pasajeros tampoco han ocultado su frustración. Mariela Gauna, quien vive en Chile y regresaba a Mendoza para visitar a su familia, expresó: “Es una vergüenza. Llevamos 3 horas esperando en la aduana argentina, y aún nos quedan al menos 2 horas más. Apenas hay cinco casillas atendiendo en pleno cambio de quincena. La organización es un desastre”. Otro pasajero añadió: “La gente duerme en los autos, con niños pequeños, en medio del frío”

El fenómeno del tour de compras

El aumento de los tours de compras ha sido impulsado por la diferencia de precios entre Argentina y Chile, que puede llegar a ser de entre un 50% y un 75% en ciertos productos. Esto ha llevado a muchos mendocinos a cruzar la frontera con la intención de vender alimentos en el país vecino y regresar con productos más baratos, especialmente en sectores como la indumentaria y la tecnología.

Julieta M., una mendocina que se dedica a esta actividad, relató su experiencia: “Hace dos años me quedé sin trabajo y empecé a vivir de esto. Compro alimentos de primera necesidad aquí y los revendo en Chile, donde el cambio me favorece. Puedo duplicar el valor de lo que invierto, y eso me permite mantener a mis dos hijos”.

A eso, se le suma que el boleto al país trasandino es mucho más barato si lo realiza en un tour. “La diferencia es abismal, un viaje de línea me cuesta unos 70 a 85 mil pesos dependiendo la empresa, pero si me voy en uno de compra -no registrado-, en ocasiones, me ha costado la mitad. Con ellos te podes traer de todo y la gente de aduana no te jode tanto”, manifestó.

También se suma el hecho de que comerciantes argentinos utilizan los tours y pasajeros para ingresar mercadería y venderla en diferentes provincias.

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