La primera escapada que hizo Agustín Saez (28) y que le permitió salir de Argentina y conocer el extranjero fue para su viaje de egresados de la secundaria. “En un mismo año fui a Brasil y a Chile, con mis amigos”, recapitula este mendocino, quien precisamente hizo la secundaria en San Luis y se graduó en Administración de Empresas después. A poco más de una década de esas primeras experiencias internacionales, Agus ya ha visitado 79 países, la mayoría de ellos en los últimos 5 años
Logrando congeniar su trabajo y su rutina cotidiana con su amor por los viajes, este mendocino –quien vive en Francia- ya conoció países en cuatro continentes, y se ha propuesto llegar a las 100 naciones en los próximos meses.
Además de viajar y de disfrutar cada una de sus aventuras, Agustín suele compartir en su perfil de Instagram los principales tips y recomendaciones para disfrutar realmente cada uno de los destinos que uno pueda llegar a visitar. Estas recomendaciones incluyen desde lugares puntuales –que no siempre son los más populares, incluso en aquellos destinos populares de por sí para el turismo a nivel mundial- hasta consejos claves para que no resulte tan costoso.
“Lo que más influye al momento de viajar es el presupuesto. Por eso creo que lo más importante para viajar de forma económica es tener flexibilidad con las fechas y con los destinos. A veces lo más importante es conocer las rutas, escalas y opciones más baratas para viajar. Por ejemplo, yo generalmente voy a la playa época de invierno o a la montaña y zonas de esquí en verano. También intento evitar fechas populares”, cuenta el mendocino viajero.
La vida en viajes
Agus nació en Mendoza, donde pasó toda su infancia y se crió. Más cerca de la adolescencia se mudó a San Luis, donde pasó 7 años y –entre otras cosas- completó la escuela secundaria. Al momento de elegir su carrera universitaria, Saez se inclinó por Administración de Empresas en la UNCuyo. Y fue durante esa primera etapa facultativa (entre 2005 y 2006) fue que surgió la posibilidad de viajar a Francia. Desde entonces, comenzó una vida de viajes que jamás pudo (ni quiso) abandonar.
“El puntapié inicial fue una beca que me ofrecieron para continuar con mis estudios en Francia. Justo había ganado un concurso de innovación y de emprendedurismo organizado por la UNCuyo, por lo que una universidad de Francia me dio la posibilidad de seguir con la licenciatura allá”, destaca Agus. Concretamente, en ese momento, el mendocino viajó a Dijon y fue allí donde completó su carrera universitaria.
Ya estando allí, al joven le fue imposible pasar por alto aquellos consejos y recomendaciones que le daban sus amigos, familiares y conocidos para que aprovechara su estadía en Europa y viajara todo lo que pudiera. A ello se sumó, además, la personalidad inquieta de Agus, lo que le permitió al joven –en sus años de estudiante- recorrer la mayor cantidad de ciudades y países con un presupuesto, casualmente, de estudiante.
“Aprovechaba ese desfasaje que hay entre estación y estación, y como tenía algunos meses libres, los dedicaba a viajar. La primera vez estuve viajando entre 4 y 6 meses, visitando la mayor cantidad posible de ciudades. A ello le sumaba que, en la época de cursado, aprovechaba los fines de semana y me tomada un tren, un micro o compraba un vuelo low cost para conocer una ciudad o un país nuevo. Dijon está muy cerca de Suiza y Alemania, por lo que esos fueron los primeros destinos. Pero aprovechaba cualquier escapadita”, repasa.
Agustín pudo llevar la facultar al día, por lo que en 2018 se recibió. Ello le permitió, sin abandonar la búsqueda activa de trabajo ni tomar la decisión de recurrir a un año sabático, dedicarle más tiempo a su nueva forma de vida: los viajes.
“Empecé a viajar con la mochila, pero no en plan de hippie o de irme por muchos meses. De hecho, apenas regresé, empecé a buscar trabajo. Y la idea era aprovechar las vacaciones para seguir viajando y conocer”, resume.
Un ofrecimiento de posgrado en Escocia le abrió las puertas a una propuesta laboral estable en París, donde actualmente vive Agustín Sáez. Y es la combinación entre trabajo –articulando con la modalidad en remoto, de ser necesario- y tiempo disponible, siempre en su justo equilibrio, lo que le permite mantener esta vida.
También actúan como un plus en esta forma de vivir los 32 días hábiles de vacaciones que ofrece la ley laboral de Francia, lo que le brinda a Agus más de un mes y medio de vacaciones (sumando feriados, fines de semana y otros días no laborables).
En cuanto a su trabajo, el mendocino radicado en la “ciudad de las luces” –París- se desempeña en un puesto de consultor de software especializado en el nicho de empresas de lujo de moda Francia.
“Fui la oveja negra de la familia”, cuenta el joven, entre risas. Y es que todos los integrantes tienen un apego muy fuerte por Mendoza. “A mí me costó mucho el desarraigo, pero tuve en cuenta costo – oportunidad, y todo lo que me representó haberme podido ir”, continúa, pensando en voz alta.
Anécdotas en 79 países: de casi ser secuestrado en Haití a nadar con tiburones en las Maldivas
Agustín Saez tiene anotados los 79 países que ha conocido en estos años que lleva viajando. Y en el listado los hay de todo típico, desde exóticos y pocos conocidos, hasta populares y siempre abarrotados de visitantes.
“Le estoy intentando poner onda y dedicar tiempo a mi Instagram (@agustintravel), donde comparto cosas que me parecen importante de mis viajes. Trato de contar la historia tal cual es de la realidad de cada país, de la gente. Trato de hacer conexiones, de buscar historias, incluir relatos. Casi 80% de los viajes los hago solo, y también hay entre quienes interactúan personas que me invitan a conocer distintas regiones”, sigue Agus.
A lo largo de 79 países distintos recorridos y tantos años viajando, Agustín Saez tiene anécdotas de sobra. De hecho, el mes pasado estuvo en Bielorrusia, donde vi desfilar frente a su nariz a las tropas rusas que se encuentran en guerra con Ucrania.
Sin embargo, una de las que jamás olvidará –y no precisamente por tratarse de una experiencia soñada- fue la que vivió en Haití hace casi dos años.
“En agosto 2021 conseguí un pasaje económico (100 dólares) para viajar de Bélgica a República Dominicana, por lo que lo aproveché. Y estando en Dominicana, tuve la idea de visitar Haití, ya que son países que comparten la misma isla. Yo no lo sabía ni había leído nada, pero justo fue en una época en que el Gobierno de Haití se había disipado y habían matado al presidente. No había policía, no había prácticamente fuerzas de seguridad, era tierra de nadie y la gente estaba tomando las calles”, inicia Agustín su relato de aquella experiencia, que podría haber sido traumática, pero afortunadamente quedó en anécdota.
Totalmente ajeno y desinformado sobre la realidad en Haití, Saez decidió aprovechar uno de sus días de estadía en República Dominicana para cruzar a Haití, por lo que tomó el micro que completaba ese tramo.
“Cuando tomé el colectivo, me dijeron que era el último que iba a salir para Haití, ya que una semana antes habían tenido problemas. Pero yo me mandé igual. Cuando llegué a Haití, la realidad era súper contrastante a lo que había en Dominicana. Era una distopía, una sociedad viviendo 100 años atrás, cocinando en la calle, sin luz. No lo podía creer”, se explaya el mendocino aventurero.
Para la ocasión, Saez había reservado una habitación en el único hotel que recibe a turistas en el país azotado por tantas vulnerabilidades y crisis. Y, en medio de la guerra civil y del caos que imperaba, cualquier extranjero asomaba para convertirse en un imperdible botín.
“Me había ido a buscar un amigo que me había hecho, en su moto. Me acuerdo de que hice el Check Out y, ni bien pisé la calle, vi que había gente con cadenas esperando en la puerta. Es tan difícil la situación en Haití, que la propia gente del lugar suele asaltar a los turistas o, lo que es peor, los secuestra para luego pedir rescate a las familias. Por suerte pude subir rápido a la moto de mi amigo y pudimos escapar, pero fue una experiencia complicada”, recapitula sobre una de sus infinitas anécdotas.
Claro que, casi en el acto –y como si una escena de otra estuviera separada por unos escasos metros-, Agustín también reconstruye la ocasión en que pudo nadar con tiburones y prácticamente sin ningún elemento de seguridad en las Islas Maldivas (Asia). De la misma manera en que, en cuestión de segundos, sus recuerdos lo vuelven a trasladar a Tailandia y a la vez en que se metió a una jaula junto a un tigre de 250 kilos.
En otra de sus tantas aventuras, Agustín Saez viajó a Normandía (Francia), a las mismas playas donde se produjo el desembarco de las tropas que marcó el comienzo del fin de la Segunda Guerra Mundial. Y, como el último bus partió y él no se percató de la situación, debió dormir en una estructura que en 1944 funcionó como un búnker de las tropas nazis.
“En cada país tengo alguna anécdota, un momento. Hace dos meses pude hacer un viaje maravilloso, que fue el de las Maldivas. Yo pensé que era algo para ricachones, con playas paradisíacas. Y es cierto que tenés playas paradisíacas, pero podés viajar económico también. Logré sacar un muy buen presupuesto, y conseguí cabañas en zonas de playa que suelen cotizar en 1.500 dólares a solo 30 dólares”, sigue Agus.
Próximo destino: los 100 países
Por estos días, Agustín Saez se encuentra de visita en Mendoza. Una vez al año trata de venir a visitar a su familia, o también ellos intentan ir a verlo cuando pueden.
“Me voy a quedar en Mendoza un par de semanas más, conociendo y visitando a la familia. Aprovecho para ir a la montaña, hacer cabalgatas, esquiar, todas esas cosas que uno no hace cuando vive acá y ahora hace como turista”, explica el joven, quien aclara –además- que el asado, los alfajores y el dulce de leche son otros placeres que aprovecha durante su estadía.
Una vez que deje Mendoza, la idea del viajero es adentrarse en los otros países de América del Sur, Centroamérica y llegar al Norte continental.
“Ahora quiero arrancar desde Colombia a México, seguir conociendo un poco más de lo que me resta. Ya cumplí el sueño de visitar Asia, las Maldivas, Tailandia, Singapur, ya estoy un poco más tranqui con viajes largos. Ahora me he propuesto una meta un poco más divertida que es la de llegar a los 100 países. Es casi la mitad, ya que en el mundo casi 200″, cierra.
Los 79 países que Agustín Saez ha visitado a lo largo de su vida
- Albania
- Alemania
- Andorra
- Argentina
- Armenia
- Argelia
- Austria
- Azerbaiyán
- Bahréin
- Bielorrusia
- Bélgica
- Bolivia
- Bosnia y Herzegovina
- Brasil
- Bulgaria
- Cabo Verde
- Chile
- Croacia,
- Chipre
- Dinamarca
- Egipto
- Emiratos Árabes Unidos
- Escocia
- Eslovaquia
- Eslovenia
- Estonia
- España
- Finlandia
- Francia
- Gales
- Georgia
- Gibraltar
- Grecia
- Haití
- Hungría
- Inglaterra
- Islandia
- Irlanda
- Irlanda del Norte
- Israel
- Italia
- Jordania
- Kosovo
- Letonia
- Líbano
- Liechtenstein
- Lituania
- Luxemburgo
- Macedonia
- Malasia
- Maldivas
- Malta
- Marruecos
- Moldavia
- Mónaco
- Montenegro
- Noruega
- Omán
- Países Bajos
- Palestina
- Paraguay
- Perú
- Polonia
- Portugal
- República Checa
- República Dominicana
- Rumania
- Rusia
- San Marino
- Serbia
- Singapur
- Suecia
- Suiza
- Tailandia
- Turquía
- Ucrania
- Uruguay
- Uzbekistán
- Vaticano