La pandemia provocada por el Sars-Cov-2 generó una inconmensurable crisis a nivel mundial, pero en busca de soluciones y mejores tratamientos para los pacientes también motivó la creatividad y el desarrollo en tiempo récord de nuevos implementos médicos. Uno de ellos fue mencionado ayer por el gobernador Rodolfo Suárez. Se trata del casco de oxígeno, un sistema de ventilación no invasiva que reemplaza en muchos casos el uso de respiradores mecánicos, uno de los insumos más críticos a la hora de enfrentar la pandemia.
Los mismos, también conocidos como helmets por su nombre en inglés, son desarrollados por la empresa Ecleris y están siendo utilizados en 80 centros de salud de todo el país. En junio pasado su uso fue aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).
Tal como señalaron desde la compañía, el hospital Español de Mendoza, será el primero de la provincia en adquirir estos equipamientos, aunque el Suárez adelantó que se encuentran en proceso urgente de compra para dotar también a los hospitales públicos.
“Los cascos son similares a una escafandra, transparentes, y permiten inyectar el oxígeno con una presión superior, lo que genera un efecto benéfico en los alvéolos pulmonares, que en muchos casos colapsan por el efecto del Covid 19”, explicó Marcos Ledesma, médico y director de la empresa que desarrolló el equipamiento. Por otro lado, cuentan con un filtro viral y bacteriológico lo que evita la dispersión del virus a través del aire expirado por el paciente. “Con otros sistemas de oxigenación esa dispersión existe, y es causa de muchos casos de enfermedad en médicos y enfermeros”, remarcó.
Ledesma recordó que estos cascos comenzaron a usarse para el tratamiento de Covid-19 en Italia a principios de año. “Vimos esa experiencia y nos pusimos a trabajar para desarrollar el producto con nuestros ingenieros y profesionales de distintos hospitales públicos. Hoy los helmets se están usando en varios países de Europa y en los Estados Unidos, en casi toda América Latina y aún en la India y Oriente Medio”, manifestó.
Sobre su importante expansión en tan corto periodo el titular de la firma detalló. “Al principio de la pandemia se recomendaba la intubación quizás precoz, pero luego de ver la alta tasa de mortalidad y de complicaciones que tienen los pacientes después de 15 o más días de respirador, que es el promedio que está un paciente con esta enfermedad intubado, ahora se trata de evitarlo a toda costa. La ventilación no invasiva con helmets no fue incluida en los protocolos al comienzo de la pandemia porque no estaban estos cascos disponibles, pero ahora es la opción previa al respirador y por suerte se está generalizando su uso, ya que evita que un porcentaje muy alto de pacientes se salven de terminar en la terapia intensiva”.