Cómo se trabaja para preservar la fauna en Villavicencio

Desde hace 20 años es la primera área protegida de carácter privado en Mendoza. Cuenta con 72 mil hectáreas, más de 150 especies de animales y un plan de gestión que ha brindado la posibilidad de generar un ecosistema equilibrado en el lugar.

Cómo se trabaja para preservar la fauna en Villavicencio
Gracias a la Reserva Natural Villavicencio que realiza un trabajo de conservación, protección y prevención del impacto antrópico, varias especies de animales que habitan la montaña mendocina han recuperado su población. Fotos: Ignacio Blanco / Los Andes

Este año la Reserva Natural Villavicencio cumple 20 años, y aún continúa siendo la primera y única reserva protegida de carácter privado en Mendoza, cuenta con 72.000 hectáreas que abrazan la ruta provincial N° 52 en las que reinan más de 150 especies de animales, los cuales se encuentran protegidos gracias a la ayuda de Guardaparques y la Policía Rural, con quienes se ha gestionado un plan de trabajo que busca proteger tanto a la fauna como a la flora del lugar disminuyendo el impacto antrópico.

Cuando se habla de “impacto antrópico”, se hace referencia a todo lo que vaya contra la naturaleza y la afecte, como es el caso de las cacerías furtivas, tirar basura en espacios abiertos, los incendios y las aventuras en campo traviesa. En la reserva de Villavicencio se batalla contra estas problemáticas desde hace años, para poder brindarles a los animales un ecosistema sano y libre de contaminación.

Quienes más se encargan de estos cuidados son los Guardaparques, ellos están a cargo del control y monitoreo del patrimonio natural y cultural de la Reserva, evitando así incendios y cacería, entre otras actividades. Además, generan y mantienen la infraestructura, como cartelería informativa y preventiva. Gracias al trabajo en equipo brindan soporte a todas las áreas, pero principalmente al Área Técnica en el monitoreo de control y vigilancia para proteger la fauna.

Además, la Reserva ofrece diferentes programas que ayudan a disminuir con la peligrosidad del ser humano en la zona. Desde limpieza profunda, charlas con niños y adultos sobre cómo cuidar el medio ambiente, entrega de bolsas para que quienes vayan a la Reserva se lleven la basura y las tiren en sus casas evitando contaminar, cartelería con explicaciones para no generar daños y la prohibición de fuegos. Quienes quieran realizar picnics deben llevar alimentos que no requieran de utilizar cocción a la llama o con brasas.

El cuerpo de Guardaparques de la Reserva Natural Villavicencio realiza trabajos de conservación y prevención de la cacería ilegal. Gracias a esto se comenzó a recuperar la población de las distintas especies que habitan la montaña mendocina.
El cuerpo de Guardaparques de la Reserva Natural Villavicencio realiza trabajos de conservación y prevención de la cacería ilegal. Gracias a esto se comenzó a recuperar la población de las distintas especies que habitan la montaña mendocina.

Gracias a todo ese plan se ha logrado bajar el 80 por ciento de basura en la Reserva y desde hace 11 años que no cuentan con incendios forestales.

Sin embargo, uno de los problemas que más atraviesa la Reserva es la existencia de cacería furtiva relacionada principalmente con el cuatrerismo y con la caza de aves para luego ser vendidas en el mercado negro. “Se trabaja arduamente en conjunto con los Guardaparques, la Policía Rural, Gendarmería y la Dirección de Recursos Naturales de la provincia, a quienes se les da aviso cuando en los monitoreos de control y vigilancia encontramos signos de que han estado cazando”, explicó Silvina Giudici, responsable de la Reserva Natural Villavicencio, a Los Andes.

El zorro colorado es uno de los protagonistas a la hora de visitar la Reserva. Su imperiosa imagen enamora a los visitantes.
El zorro colorado es uno de los protagonistas a la hora de visitar la Reserva. Su imperiosa imagen enamora a los visitantes.

Los animales que más se pueden encontrar cuando se visitan las hectáreas de Villavicencio son los diferentes tipos de aves, como los siete cuchillos, cóndores, águila coronada y águila mora, también hay choiques, guanacos, zorros colorados y zorros grises, pumas, gato andino, guanaco albino, liebre mara y chinchillones, entre otros.

El ñandu petizo o choique, es uno de los animales que más cazan los cazadores furtivos. Gracias a la Reserva se ha podido proteger su población.
El ñandu petizo o choique, es uno de los animales que más cazan los cazadores furtivos. Gracias a la Reserva se ha podido proteger su población.

Giudici detalló que gracias a esos monitoreos que se realizan con frecuencia se puede prevenir futuras cacerías, así como también los trampeos que se utilizan para cazar aves.

Además aseguró que gracias a todo el trabajo que se lleva en la Reserva desde hace años se ha logrado que el ecosistema se mantenga equilibrado: “En 15 años ha crecido un 35 % la fauna, sobre todo de guanacos quienes han dejado de mostrarse alertas y con miedo cuando ven humanos, es decir que poco a poco han perdido el miedo a relacionarse con nosotros”.

Gracias al trabajo que se realiza en la Reserva se puede conservar, proteger y estudiar diferentes especies de flora autóctona.
Los Mudaderos, antiguo asentamiento indígena.
Gracias al trabajo que se realiza en la Reserva se puede conservar, proteger y estudiar diferentes especies de flora autóctona. Los Mudaderos, antiguo asentamiento indígena.

Otra de las grandes cualidades a destacar es que en la Reserva también les dan lugar a biólogos e historiadores para que lleven adelante investigaciones científicas. Así como también trabajan en programas de investigación como las “exóticas”, nombre con el que denominan a los animales o plantas que no son autóctonos del lugar y llegaron por medio de alguien que los introdujo pero que su presencia genera daño al ecosistema natural.

La población de los guanacos creció un 35 % en los últimos 15 años gracias a los cuidados ambientales de la Reserva.
La población de los guanacos creció un 35 % en los últimos 15 años gracias a los cuidados ambientales de la Reserva.

La Reserva Natural Villavicencio, ubicada en la Ruta Provincial N° 52, del departamento de Las Heras, es privada desde el año 2000 por resolución de la Dirección de Recursos Naturales de la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial del Gobierno de Mendoza. Tiene como objetivo cuidar, conservar, proteger y preservar la fauna y la flora que pertenece a ese espacio único junto con su riqueza natural autóctona.

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