Colocaron el nombre de la niña Tania Farías, una “guerrera” de La Pintada, a un salón de Cáritas

Fue en homenaje a su lucha y a su alegría de vivir. La nena murió de cáncer el 22 de marzo último. El lugar pasó a denominarse “Salón de la esperanza Tania Farías”.

Colocaron el nombre de la niña Tania Farías, una “guerrera” de La Pintada, a un salón de Cáritas
Los padres de la niña, en el salón que lleva su nombre y le rinde homenaje.

Tania Farías, la pequeña niña “guerrera” fallecida el pasado 22 de marzo a causa de una leucemia, quedará por siempre grabada en el corazón de La Pintada y de todo el departamento de Tunuyán.

No solo por su lucha incansable sino por su sonrisa, su bondad, su lucha. Por eso, Cáritas Parroquial de Vista Flores decidió ponerle su nombre a un salón recientemente inaugurado que lleva el siguiente cartel: “Salón de la esperanza Tania Farías”.

Natalia y Gabriel, los padres de la chiquita que sobrellevó la enfermedad con gran dignidad en el Hospital Dr. Humberto Notti, se mostraron agradecidos más allá del dolor infinito que les causó la partida de su única hija.

Gracias por dejarme la enseñanza de luchar; gracias por enseñarme a tener esperanza”, escribió Natalia a su hija en sus redes sociales en estos días, cuando se dio a conocer el nombre del salón.

También agradeció a las muchísimas personas solidarias que encontró en el proceso y camino de Tania. “Por eso me anoté para colaborar con Cáritas. Mi deseo es devolver lo mucho que han hecho por nosotros y especialmente por mi hija. Es un grupo hermoso y siento que debo integrarlo”, sostuvo la mamá a Los Andes.

La pequeña de 12 años padecía Leucemia Mieloblástica Aguda. El diagnóstico resonó en la cabeza de Natalia Quiroga el 27 de enero de 2020 y el mundo se le vino encima. Tania sufría un tipo de cáncer en la sangre. Una leucemia muy poco frecuente.

En una sala aislada del Hospital de Niños Dr. Humberto Notti y luego de peregrinar entre varios consultorios y especialistas, empezaban a vivir una pesadilla.

En la Casa Ronald Mc Donald, en el predio del propio sanatorio, un lugar que cobija a las familias de niños enfermos, ella y su hija transcurrieron largos meses de aislamiento obligatorio y también lograron vínculos inimaginables.

Por eso revive con emoción aquellos días de incertidumbre que sólo se vieron atenuados, en parte, gracias al amor y la contención que recibió en esa institución situada a metros del hospital.

Natalia y Gabriel volcaron toda su esperanza y lucharon hasta el final. En una entrevista con Los Andes, casi tres años atrás, su mamá decía: “Tania es la nena más valiente y guerrera que conozco. Sabe lo que padece porque se lo hemos contado paso a paso y jamás se dio por vencida. Pelea de la mano de Dios con toda la fe del mundo y nos enseñó muchísimo. Por ejemplo, no hacernos problemas por tonterías”.

Y agradecía al personal del Hospital y de Casa Ronald por todo el apoyo recibido. En esta última institución Tania aprendió exquisitas recetas de cocina y hasta se convirtió en costurera y bordadora. Como si fuera poco, salió electa Virreina de Casa Ronald en un certamen interno.

El 22 de marzo próximo se cumplirá un año de su desaparición física, pero Natalia y Gabriel la tienen presente en su memoria y en su corazón todos los días de su vida. Y Cáritas de Vista Flores se encargó de inmortalizarla con una hermosa imagen de la niña, sonriente y feliz, como fue siempre.

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