La escuela San Martín de Porres, situada en Lavalle, donde concurre una matrícula de 91 niños de escasos recursos, necesita de la colaboración de la comunidad: muchos chicos no tienen guardapolvo y piden donaciones.
“La situación económica de las familias es muy complicada y son muy poquitas las familias que han podido comprar. Somos nosotras las que hacemos malabares para los actos. Estamos pidiendo colaboración, pueden ser de cualquier color e incluso usados. No somos pretenciosos, solo deseamos que se sientan parte de la institución asistiendo con un uniforme y que, además, las diferencias sociales no sean tan notables”, señaló Vanesa Querio, maestra de tercer grado.
La escuela está ubicada entre Nueva California y Gustavo André, en una zona desértica de familias carenciadas dedicadas al trabajo rural. Algunos son desocupados y otros puesteros.
Sin embargo, no solo se necesitan guardapolvos. Debido a la crítica situación que viven muchos padres, no pueden comprar útiles escolares, ropa ni calzado adecuado. Muchos niños caminan varios kilómetros hasta la parada del colectivo que los conduce al establecimiento.
“Por eso toda donación es bienvenida, incluso alimentos no perecederos para la merienda”, dijo la directora, Mónica Cardozo.
“Estamos en el medio del campo, con todo lo que eso implica. Los días de lluvias los chicos faltan. Las campañas y colectas las iniciamos nosotras, es algo común todos los años”, agregó Querio.
Para poder ayudar
Quienes deseen contribuir con esta humilde escuela, Susana Basilotta es una voluntaria de capital que suele viajar a Lavalle a llevar donaciones. Su contacto es 2615 86-8650. El teléfono de la docente Norma Zabala, que también viaja diariamente a Lavalle, es 2616 53-2419.