Al igual que los establecimientos educativos primarios y secundarios de la provincia, los colegios dependientes de la Universidad Nacional de Cuyo comenzarán las clases el 1 de marzo. La diferencia es que, según precisaron de esa casa de estudios, ya está definido el cómo: los estudiantes cursarán con un sistema de enseñanza mixto y bajo estrictos protocolos sanitarios.
En este sentido, la casa de estudios decidió que el dictado de clases se dé adoptando el sistema de “burbujas”, y que los días de asistencia sean diferenciados, evitando así que se crucen los otros grupos.
El retorno a las aulas será acorde a lo que anunció en diciembre el rector de la UNCuyo, Daniel Pizzi, cuando precisó que será un regreso “progresivo”. Así, siguiendo lo previsto en el sistema mixto, los estudiantes alternarán las clases virtuales con las presenciales. Al igual que en otros establecimientos educativos.
En cuanto a los protocolos, los mismos se elaboraron a partir de las directivas del Comité Epidemiológico de la UNCuyo. Respecto a las mencionadas “burbujas”, serán por grupos de cursado, con ingresos, y egresos en horarios “escalonados” y respetando una ocupación de no más del 50% de los edificios. Lo mismo se aplicará para los recreos.
Además, habrá una alternancia de alumnos en los días de la semana, con una permanencia en cada jornada reducida, con una extensión aproximada de tres horas.
La idea es que el personal docente utilice las clases virtuales para incorporar saberes generales de cada materia, y la presencialidad permitirá desarrollar saberes “transversales” a través de distintas metodologías, para Educación Física y para las eventuales prácticas que puedan requerirse, teniendo en cuenta las modalidades de cada escuela.
El modo de regreso a las aulas se basa en la resolución 2.100/20 ad referendum del Consejo Superior de la Universidad, mediante el cual se confirmó que, a partir del 17 de febrero, la UNCuyo iniciará el proceso “parcial, gradual y progresivo” de vuelta a la presencialidad.
En dicha normativa queda en manos de las Unidades Académicas y de las escuelas la adecuación de los protocolos que aprobó el Comité Epidemiológico universitario, teniendo en cuenta sus características particulares y sus propias modalidades de cursado.