Es ya conocida la anécdota de que Isaac Newton (1643-1727) se inspiró en la caída de una manzana para llegar a formular en el siglo XVII la ley de gravitación universal. El célebre manzano estaba situado en el jardín de la finca Woolsthorpe Manor, propiedad de la madre del científico. En la actualidad, existe un retoño del famoso árbol, ubicado en el Instituto Balseiro, en el Centro Atómico Bariloche.
Si bien al frutal situado en el Instituto Balseiro se lo llama comúnmente “retoño” del manzano que inspiró a Newton, los especialistas explican que en realidad se trata de un clon que tiene el mismo ADN del manzano original; e injertado sobre un pie para generar las raíces. Lo cierto, es que a raíz de un proyecto de preservación en conjunto con Balseiro, un equipo de la Facultad de Ciencias Agrarias ha logrado reproducir el mencionado clon, lo que derivó en cuatro nuevos retoños.
Una propuesta de 2005
En septiembre de 2021, una comitiva de la Facultad de Ciencias Agrarias visitó el Balseiro. En esa oportunidad, la decana María Flavia Filippini -acompañada por el secretario de Investigación, Internacionales y Posgrados, Rodrigo López Plantey; y el docente de la cátedra de Fruticultura, Miguel Ojer- contó que la idea de generar un proyecto de preservación del manzano había surgido en 2005, a partir de la propuesta de un ex decano de esta unidad académica, Luis Marti.
“Con la nueva gestión del Balseiro y la gestión actual de la Facultad de Ciencias Agrarias pensamos que era hora de armar un proyecto juntos. Es un manzano que tiene muchísima importancia para Argentina. Entiendo que hay tres en el país y significa nada menos que parte de nuestra historia en ciencia”, comentó Filippini, durante esa visita.
Así fue como el director del Instituto Balseiro, Mariano Cantero, realizó las gestiones durante 2021 para proponer que se declarase a este manzano como “patrimonio histórico” por parte de las dos instituciones de las cuales depende el Instituto Balseiro: la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la UNCUYO. Esa declaración está en proceso de aprobación en la actualidad.
Sobre la poda
El proyecto que vincula a ambas instituciones incluyó la selección de ramas para realizar nuevos retoños. Se trata de un trabajo conjunto con un fin para las generaciones venideras y con el fuerte interés de salvaguardar el patrimonio cultural y científico que representa el árbol en sí.
Como resultado, se obtuvieron los cuatro nuevos manzanos, todos realizados mediante injerto tipo inglés simple lengüeta sobre pie MM111, que es un pie vigorizante para que el árbol pueda crecer con fuerza. El primero, fue entregado como obsequio institucional hace pocos días al parque del CONICET, en Buenos Aires, dónde ya fue plantado.
La poda, además de reproducir el árbol, tuvo la importante finalidad de rejuvenecer la planta, ya que había estado varios años sin podar y la propia carga de manzanas estaba haciendo un arqueado en la parte superior. Por lo tanto, el proyecto no sólo generó cuatro nuevos retoños, sino que además contrarrestó el envejecimiento del clon que produce el paso del tiempo a medida que la planta va dando fruta.
Más clones
En Argentina existen, además del situado en el Balseiro, dos manzanos más. “Clones” del mismo árbol, uno está plantado en el Laboratorio TANDAR de la CNEA y el otro en la Sede Central de la CNEA en Buenos Aires. A su vez, en diferentes partes del mundo hay réplicas del árbol original, como en Estados Unidos, Canadá y Nueva Zelanda.
“Gracias a la reproducción de la planta, nos encontramos ante la posibilidad de que manzanas con la misma genética que la que inspiró al científico, iluminen desde la naturaleza a las nuevas generaciones de profesionales de la ciencia y la tecnología”, argumentaron desde Agrarias.