Un empleado municipal de la localidad chubutense de Trevelin, fue víctima de cyberdelincuentes que le hicieron vivir un calvario. Lo extorsionaron, le inventaron una causa por pedofilia, tuvo problemas con su familia y quedó separado de su trabajo. Nadie le creía, hasta que la Justicia logró determinar que estaba siendo víctima de una estafa.
Todo comenzó cuando un numero desconocido le mandó capturas de pantalla de una conversación de WhatsApp. Al abrir el mensaje no podía creer lo que estaba viendo. Era un chat entre una persona con su foto de perfil y una joven, donde se intercambiaban fotos desnudas. Se trataba de una charla falsa que nunca había sucedido.
Luego de eso, el municipal, de 35 años, recibió el llamado de un hombre presentándose como fiscal de la provincia y allí comenzó una sextorsión que terminó con el propio empleado en una causa que la Justicia chubutense consideró como grooming.
Amenazas y extorsión de “fiscales”
Según informaron en Infobae, uno de los audios que le enviaban los delincuentes decía: “Buenas tardes caballero, lo llama el fiscal Alexis Williams de Chubut. Lo contactamos porque sabemos que usted estuvo hablando con una menor y eso es un delito que lo puede llevar a la cárcel por muchos años. Tenemos que iniciar un expediente. La única forma de evitarlo es que nos deposite $50 mil”.
Tras escuchar ese audio, el empleado municipal les dijo que ese chat era falso y que esa charla con la supuesta joven desnuda nunca había sucedido. A lo que los delincuentes respondieron con una amenaza. “Si no deposita la plata, además de iniciarle la causa, vamos a enviar las capturas a su trabajo y le vamos a arruinar la vida”.
Los llamados siguieron por varios días y la víctima ya no sabía qué hacer, pensó en contarle a su mujer, pero los chats tenían su foto de perfil e iba a ser difícil explicarlo y que le creyera. Tampoco quería acudir a la justicia por miedo a que se difunda la situación, más pensando que vive en un pueblo chico.
Ante la desesperación eligió el peor camino en estos casos y accedió a pagar $50 mil para que dejen de molestarlo. Incluso recibió una falsa nota membretada por el Ministerio Publico Fiscal, donde se dejaba constancia del pago.
Comienzo de un calvario
Aunque pensó que todo se iba a terminar, se equivocó, porque esa transferencia abrió la puerta a un tormento. Envió la plata y a los días, los estafadores se comunicaron nuevamente porque querían más plata. Seguían haciéndose pasar por un supuesto fiscal. Esta vez la comunicación fue por audio de WhatsApp y quedó registrado.
“Lo que demanda este Ministerio Público Fiscal, por daño psíquico y psicológico causado a la menor moral de la menor, es un monto de $220 mil. Esto se pide que se adecue con el 50% para darle inicio al sistema de mediación y darle intervención al tratamiento de la menor. Esto por un lado, después el resto lo puede realizar en cuotas o en dos veces. Sería cuestión de hablarlo, yo necesitaba hablar con usted para que me confirme qué desea hacer y, en efecto que así fuere, dejarlo asentado en el sistema”, se escucha en el audio que está en el expediente, según Infobae.
Aunque parece ridículo los delincuentes hasta le ofrecieron un plan de pago a la víctima. Pero, esta vez Gabriel no accedió a pagar y amenazó denunciar la situación ante el procurador provincial. Se lo dijo al falso fiscal. No le creyeron y lo volvieron a apretar por audio.
La víctima se mantuvo firme en su posición de no pagar más. Si después de cuenta los chats eran falsos, ni siquiera había una denuncia en su contra.
Dos días después lo llamaron las autoridades del municipio donde trabajaba porque se había iniciado el protocolo ante denuncias contra empleados. “El padre de una menor de edad nos envió capturas de una charla tuya con la nena”, le dijeron.
Gabriel intentó explicar, pero desde el municipio le mostraron las capturas y respondieron que debían seguir los pasos estipulados ante estas situaciones. Lo sancionaron y lo denunciaron en la Justicia penal, donde se le inició una causa por grooming.
Denuncia por grooming e investigación
El expediente quedó en manos del fiscal Carlos Richeri quien comenzó a investigar al empleado. Luego, en el expediente, se verificó que los chats eran truchos y que el empleado municipal pasó de ser acusado de pedófilo a ser víctima de una estafa.
“Cuando uno repasa la historia completa, por supuesto que encuentra huecos en la historia que armaron los estafadores. Visto con tranquilidad, sería fácil darse cuenta del engaño. Pero hay que ponerse en el lugar del hombre y entender su desesperación”, aclaran desde la Justicia chubutense a Infobae.
Y agregaron que en cuanto a la investigación para dar con los estafadores, aun no hay novedades. “Descartamos que se trate de una banda compuesta por presos, como suele suceder en estos casos. El líder está cercado y creemos que será atrapado en cualquier momento”, anticipa el fiscal.
