Chilenos y extranjeros residentes en el país trasandino podrán viajar al extranjero si cuentan con la pauta completa de vacunación, así lo decidió el gobierno de Sebastián Piñeira.
Esta medida entró en vigor desde este lunes 26 de julio y permitirá la salida del país únicamente a través del aeropuerto Arturo Merino Benítez, de Santiago de Chile. Los viajeros deberán presentar el llamado pase de movilidad, el cual se obtiene una vez que una persona ha recibido las dos dosis de la vacuna contra la COVID-19.
La medida no incluye a menores de edad y quienes no cuentan con su pase, deberán solicitar el permiso correspondiente en Comisaría Virtual.
Las autoridades chilenas resaltaron que los viajeros con pase de movilidad también tendrán que someterse a una cuarentena de diez días a su llegada a Chile, con todos los habitantes del domicilio. “Nadie puede entrar ni salir”, ha resumido. El viajero tendrá que llegar a su hogar a través de transporte privado en un máximo de cinco horas tras llegar al país.
Cabe resaltar que las autoridades de Chile mantienen la prohibición de ingreso a los extranjeros no residentes. Por su parte, los chilenos y extranjeros residentes podrán entrar al país, como hasta ahora, además de las excepciones previstas para aquellos que cuenten con un salvoconducto emitido en consulados de origen.
Estos lineamientos se llevan a cabo por la Unidad Nacional de Control Fronterizo y vigilancia de viajeros, la que depende de la Subsecretaría de Salud Pública, y coordina a las instituciones que hoy realizan control, testeo y fiscalización de nuevos casos en las fronteras.
“Permite controlar el ingreso de nuevos casos y variantes en un contexto de reforzamiento de medidas sanitarias”, dijo la subsecretaria de Salud Pública de Chile, Paula Daza.
Las autoridades chilenas han insistido en la necesidad de conocer las normativas vigentes en los países de destino. Entre otros, se menciona conocer acerca de las vacunas registradas, sobre todo en Europa, donde aún no se autorizan vacunas aplicadas en Chile, situación similar a la que sucede con las aplicadas en Argentina.
Para entrar a Chile, las autoridades requieren una declaración jurada, contar con una PCR con no más de 72 horas de antigüedad y someterse a una prueba diagnóstica a la llegada al país. Asimismo, el viajero debe someterse a una estricta cuarentena de diez días y las autoridades realizarán un seguimiento de 14 días gracias a información de síntomas, entre otros, facilitada por el interesado.
El incumplimiento de estas normas pueden significar multas de hasta 50 millones de pesos chilenos (lo que equivale a más de seis millones de pesos argentinos) y el bloqueo del pase de movilidad.
En Mendoza este tipo de noticias automáticamente generan interrogantes al respecto de una futura apertura y autorización del ingreso a turistas chilenos. Se trata de uno de los pedidos más recurrentes por parte del gobierno de Rodolfo Suárez al gobierno nacional. Hasta ahora, y no pareciera cambiar en un futuro cercano, la resolución ha sido negativa.
“Lo cierto es que tanto en Chile como Argentina hay medidas restrictivas y las fronteras no se han abierto”, expresó Eduardo Schott, cónsul de Chile. “Ambos países han mirado más hacia el interior al tomar las medidas que han tomado y que han permitido que se sigan realizando los viajes internos necesarios y liberar ese tipo de turismo también”, explicó.
Al respecto de solicitudes entre estos países, Schott aseguró que el gobierno chileno no ha realizado ningún pedido de apertura por el momento. “Hacia afuera, Chile lo ve con calma. Los países que dejen entrar a los chilenos si cumplen las condiciones, que los dejen entrar y los que no, no. Punto”, mencionó.
“El tema de Argentina para Chile no ha estado en el primer plano. Pero lo que sí estuvo fue asegurar el transporte de carga como se ha hecho hasta ahora por común acuerdo entre ambos países”, señaló.
A diferencia de lo que sucede en Mendoza, Schott comentó que en el país vecino “recién ahora estamos en la puerta de una mayor liberalización” respecto del turismo interno. Debido a las disparidades de la situación epidemiológica de cada región ese tipo de circulación ha permanecido restringida.