En el último tiempo ha habido un marcado incremento de personas que deciden arreglar sus celulares en lugar de comprar uno nuevo. Desde los locales de reparación aseguran que mucho tiene que ver el elevado valor de los equipos nuevos, la falta de variedad, la preferencia por ciertas marcas. Muchos acuden a arreglan los celulares para los menores o abuelos, ya que son los que les dan un uso básico o menor, mientras quienes trabajan con el teléfono suelen preferir un equipo nuevo para asegurarse un correcto funcionamiento.
Pero, por otra parte, la falta de financiación con tarjetas de créditos, las pocas cuotas, y los intereses elevados se suman a hacer que comprarse un celular se vuelva más complicado. En referencia a esta situación, Marcelo Pardo, dueño del local Al Mago y técnico en celulares, contó: “Desde que comenzó la pandemia ha aumentado muchísimo el arreglo de celulares. Por lo menos un 50% se incrementó. La gente manifiesta que es por el valor de los teléfonos nuevos y porque no hay la variedad que quisieran. Por ejemplo: si se les rompe la pantalla de un Motorola G9, el arreglo sale caro, pero si quisiera comprar nuevo ese modelo, no hay en el mercado. Entonces deciden arreglarlos. Faltan modelos, por eso se ven obligados a cambiar de marca o modelo y antes que eso, muchos optan por arreglar el celular roto”.
Y remarcó: “Después del Día del niño hubo una baja en la venta y reparación, y en estas últimas semanas ha vuelto aumentar, pero con clientes fijos, hay clientes de todo tipo, algunos arreglan y otros hasta se endeudan para comprar uno nuevo y tener la seguridad de que no les va a fallar”.
Por su parte, Lucas De Vega, dueño de Digishop y técnico en celulares, expresó: “La demanda en los arreglos depende del cliente. Sólo si el arreglo es muy caro a veces prefieren comprar uno nuevo. En la pandemia aumentó mucho la reparación de los celulares, pero junto con la cuestión económica se da que hay muchos niños que tienen teléfonos. La mayoría de mis clientes les arreglan los celulares a los chicos, o para los abuelos, que no le dan tanto uso para trabajar”.
Sobre los arreglos más frecuentes, Pardo enumeró: “Las pantallas son los arreglos más comunes, es impresionante cómo se rompen. También reparamos muchos pines de carga. Eso es lo que más común. Hay marcas más propensas que otras a dañarse. En cuanto a las marcas más conocidas, como Motorola, Samsung, o LG, se puede decir que las pantallas que más se rompen son las de Samsung, son bastante frágiles. Muchos teléfonos Motorola con pantalla rota siguen funcionando, cosa que no sucede con Samsung”.
De Vega coincidió: “Las reparaciones de pantallas y pin de carga son los que más frecuentan. En cuanto a las marcas, también es relativo al uso y el cuidado que se les dé, de marca LG he visto equipos morir súbitamente. Mucho depende del cuidado, el uso de la batería, la carga, etc. Los celulares tienen una vida útil y después depende de cada usuario. Y a la hora de reparar los celulares Motorola son más fáciles de arreglar, IPhone son los más complicados”.
Un desafío al que se enfrentan los técnicos como Marcelo es la complejidad tecnológica creciente. “Cada vez son más difíciles de desarmarlos, más delicados en cuanto al manejo de las piezas en el interior. Hace más de 15 años que arreglo celulares, en ese momento lo único que se les rompía eran los pines de carga, las pantallas eran duras. Después se redujo el tamaño de los celulares, y llegamos a los Nokia 1100, que también eran duros, ahí si se arreglaban algunas pantallas. Ya después con los cambios a pantallas táctiles, se rompen mucho y es por lo que la gente más viene”.
En referencia a esta situación, Micaela, una joven de San Martín, contó su experiencia: “Me pasó que dejé mi celular Samsung en un bolso y una amiga, sin querer, se sentó arriba. Como tenía ya un año y medio y me había salido bastante caro para su momento, lo primero que pensé es que era una buena opción para comprar uno nuevo. Pero la verdad es que están carísimos. Pocos modelos para comprar que fueran al menos del mismo nivel que el que yo tenía, pero se te va a mucho más si lo querés comprar en cuotas. La única forma de comprar uno que sea mejor es al contado, pero tenés que tener por lo menos 40 mil pesos en efectivo.
Y agregó: “Así que después de averiguar y pasarme 10 días sin teléfono, decidí arreglarlo. Me tuvieron que cambiar la pantalla y me salió más de 10 mil pesos. Caro, pero mucho menos que comprar uno nuevo. Tengo una opción, que es venderlo como usado, pero por ahora me lo quedaré porque anda bien”.