Un motociclista que circulaba en horas de la madrugada del miércoles pasado por la ruta 13 de Las Heras (de tierra), un control de rutina con encargados que ya saben con qué pueden llegar a encontrarse y quienes se encargaron de inspeccionar al conductor y su vehículo y una carga de más de 40 kilos de carne de guanaco oculta en alforjas fue apenas la punta del ovillo de lo que fue un espectacular hallazgo. Y es que la semana pasada, personal del departamento de Fauna de la Dirección de Recursos Naturales Renovables y de la Policía Rural -en conjunto con la Justicia- logró dar con un macabro depósito de trofeos de guerra y restos de especies protegidas autóctonas de Mendoza. Y todo comenzó con la detención de este hombre, aunque no se trata de un episodio aislado.
La caza furtiva (ilegal) de guanacos, pumas, choiques, pichis y otras especies de fauna protegida de Mendoza ya es una constante en las distintas zonas rurales de la provincia. Y la agreste ruta 13 que vincula Las Heras con la Alta Montaña (a la altura de Uspallata) es escenario de constantes episodios de esta problemática, y también de operativos que suelen incluir persecusiones protagonizadas por los cazadores, quienes muchas veces intentan escaparse “a los tiros”.
La punta del ovillo
Según reconstruyó uno de los participantes del más reciente operativo en la poco transitada ruta lasherina -donde pululan guanacos y alguno que otro puma, entre otras especies-, a raíz de la detención del motociclista con la carne de guanaco deshuesada -y sin documentación del vehículo-, se dio inicio a una detallada investigación. La misma llegó a su fin con el allanamiento de un puesto ubicado el la vera de la ruta 13, y donde encontraron carne, huesos, lana, cuero y cráneos de guanaco, además de piel encurtida de puma, el cráneo de un puma y más de diez trampas que se utilizan para la caza de estos ejemplarers.
Además, dieron con diferentes productos y subproductos de la fauna silvestre, como patas de aves rapaces, patas de choique, una pata de cóndor andino -especie amenazada y declarada Monumento Natural Protegido de la Provincia-. En el lugar se encontró, además, una carabina calibre 22 largo, miras telescópicas y municiones de diferentes calibres.
“Uno ya conoce cómo suelen actuar los cazadores furtivos. Por lo general, circulan en motos viejas y sin documentación, y esto es lo primero que salta a la luz cuando se los controla. De hecho, nosotros mismos ya estamos en los controles en la ruta 13 sabiendo con lo que podemos llegar a encontrarnos”, agregó uno de los actores involucrados en el más reciente de los controles.
La forma en que suelen transportar la carne de guanaco lleva a los investigadores a creer que este producto se destina no solo para el consumo personal, sino -incluso- para la comercialización clandestina (ambas posibilidades están prohibidas). En ese sentido, se cree que deshuesan los trozos como una estrategia para que en las alforjas de las motos (los portaequipajes que suelen cogarse en los costados del vehículo) pueda guardarse la mayor cantidad posible.
“Tras identificar y requisar a esta persona, se encontró que no tenía armas consigo; por lo que se inició toda la investigación. Generalmente, si son los cazadores los que bajan con la carne, lo hacen sin las armas; ya que suelen dejarlas escondidas en algún lado. Y como este era el caso, empezamos a manejar la posibilidad de que esta persona no estuviera trabajando sola”, destacaron.
El guanaco es considerado especie de la fauna silvestre protegida y “Monumento Natural de la Provincia”. A ello se sumó, además, que el conductor de la moto no contaba con documentación que acreditara el origen de la carne.
El escalofriante hallazgo
Mientras que el moticiclista fue trasladado a la oficina fiscal y quedó a disposición precisamente de la Justicia, personal de Fauna y de la Policía Rural siguió con el rastrillaje. Así fue como llegaron a un puesto ubicado al costado de la ruta 13, en las inmediaciones de donde había sido sorprendido el motociclista con la carga prohibida, y a 20 kilómetros al oeste del área urbana de Las Heras.
“Ese mismo miércoles, ya en horas de la mañana y con la orden de la Justicia para poder entrar, se requisó el puesto. Y allí encontramos todos los otros elementos, otras especies protegidas muertas, su cuero y piel y los huesos y cráneos”, continuó uno de los protagonistas del allanamiento.
Luego del procedimiento, el puestero también quedó aprehendido y a disposición de la Justicia provincial, al igual que el motociclista que transportaba la carne. Y, como suele suceder en la mayoría de estos episodios, desde el principio quedó despegado del hecho el propietario del terreno, ya que no suelen estar al tanto de las acciones de quienes se encargan del cuidado de las tierras.
“Este importante operativo conjunto entre el Ministerio de Ambiente y el de Seguridad se enfocó en el control preventivo y efectivo de una grave problemática que afecta el ambiente de Mendoza: la caza furtiva de fauna autóctona y el comercio ilegal. El mismo se dispuso tras una investigación desarrollada en coordinación con el departamento de Fauna Silvestre”, destacó por su parte el director de Recursos Naturales, Sebastián Melchor.
La captura, tenencia ilegal y comercialización de la fauna silvestre (como es el caso del guanaco o los pumas) se encuentra penada por ley. En ese sentido, cualquier infractor sorprendido en un episodio de este tipo queda a disposición de la Justicia, mientras que por estas infracciones se le pueden llegar a aplicar multas que alcanzan altos valores y, dependiendo de la gravedad del hecho, las sanciones pueden llegar hasta la prisión.