Las defensas de la psiquiatra Agustina Cosachov y del psicólogo Carlos “Charly” Díaz, ambos imputados en la causa por muerte de Diego Armando Maradona, presentaron este viernes sus disidencias a las conclusiones de la junta de 22 peritos que responsabilizó al equipo médico por la muerte del exfutbolista, informaron hoy fuentes judiciales.
Los informes fueron presentados por los abogados de ambas defensas, Vadim Mischanchuk por Cosachov, y Diego Olmedo por Díaz, en la sede de la Fiscalía General y cumpliendo el último día del plazo que los fiscales les otorgaron para presentar las disidencias.
El de la defensa de Cosachov fue firmado por su peritos de parte, el psiquiatra Aníbal Areco y el cardiólogo Ricardo Iglesias, el primero de ellos bajo investigación penal luego de que los fiscales descubrieran que su copia de las conclusiones de la junta fue la que se filtró a la prensa el viernes pasado.
“Desde un primer momento sostenemos que la medicación indicada por mi clienta era la correcta para el cuadro a tratar y no estaba contraindicada”, dijo hoy a Télam el abogado Mischanchuk en referencia a las conclusiones presentadas por sus peritos Areco e Iglesias y que difieren de lo evaluado sobre este punto por los peritos oficiales, quienes no descartaron una influencia de las drogas psiquiátricas en el desenlace final.
El abogado resaltó que “esa medicación, la misma y en esas dosis, también era la que el paciente recibió en dos clínicas en las que estuvo internado bajo supervisión de otros médicos”.
“Esto no se trata de ninguna manera de atribuir responsabilidad penal en otros médicos sino de dejar en claro que la medicación que tomaba el paciente era conocida, aceptada y consensuada por más de 20 médicos según la lectura de las historias clínicas”, agregó.
En el caso de Díaz, su perito de parte, la psiquiatra Blanca Graciela Huggelmann, presentó un informe de 130 carillas al que tuvo acceso Télam-, en las que defendió el trabajo del psicólogo al destacar que el paciente no consumía alcohol ni drogas al momento del deceso, afirmó que su desempeño no tuvo incidencia en el fallecimiento del Diez e incluso avaló el criterio de no haber internado a Maradona en una clínica respetando su voluntad.
“Las conductas llevadas a cabo por el Lic. Díaz no han incidido directa ni indirectamente en el desenlace final de DAM” (sigla con la que identifica a Maradona), afirmó la perito en el informe donde aclaró que solo contestó los puntos de pericia vinculados a la salud mental.
Huggelmann sostuvo que las consecuencias de la labor de Díaz como psicólogo “se pueden reducir a que DAM no consumió más alcohol, ni drogas no recetadas médicamente, no tuvo acceso a ambos tóxicos y fue respetado y sostenido en sus deseos y voluntades”.
En ese sentido, la perito recordó, tal como surge de la autopsia y sus estudios complementarios, que “el dosaje de alcohol y drogas de uso lícito e ilícito resulta ser negativo en el cuerpo y fluidos de quien en vida fuera DAM”, por lo que afirmó que los resultados “son una verdad fáctica e irrebatible” y que “no hay interpretación válida sostenible en contrario”.
A diferencia de lo que concluyeron los peritos oficiales, Huggelmann afirmó que Maradona “sí, se encontraba en condiciones psíquicas de ser externado de la Clínica Olivos” y también “en condiciones de autovalidez y de ejercer el principio de autonomía al momento de disponerse su internación domiciliaria”.
En este aspecto, mencionó la Ley de Salud Mental 26.657, donde se prioriza la voluntad del paciente para todo tratamiento o internación.
“DAM no presentaba criterio para ser internado compulsivamente ni tampoco presentaba riesgo cierto e inminente para sí ni para terceros. Tenemos antecedentes de la negativa de DAM a las internaciones de instituciones de rehabilitación”, mencionó la psiquiatra.
También disintió con los peritos oficiales al afirmar que la casa del barrio San Andrés de Tigre donde Maradona falleció el 25 de noviembre último, al menos “según las necesidades de atención psicológica domiciliaria (?) cumplía con los requerimientos necesarios”.
La otra defensa que ya había presentado el lunes pasado un informe en disidencia fue la del neurocirujano Leopoldo Luque, cuyos peritos de parte, Antonio Martín Maya y Antonio José Maya, concluyeron que el ex DT de Gimnasia falleció de una “muerte súbita”.
La junta médica concluyó que Maradona era un paciente con pluripatologías que agonizó 12 horas antes de morir a los 60 años el 25 de noviembre, que “no estaba en pleno uso de sus facultades mentales”, que el operativo montado en la casa en un country de Tigre no era una internación domiciliaria y que pudo haber tenido “más chances de sobrevida” si hubiera estado en una clínica.
Además, calificó al equipo médico como “deficiente”, “temerario” e “indiferente” ante la posibilidad cierta de su muerte y que lo abandonaron “a la suerte”.
El equipo de investigadores coordinado por el fiscal general de San Isidro, John Broyad, e integrado por sus adjuntos Patricio Ferrari y Cosme Iribarren, y por la fiscal de Benavídez, Laura Capra, se tomará un par de semanas para analizar las conclusiones de la junta y formular las imputaciones para los llamados a indagatoria.
Según las fuentes, el equipo fiscal no sólo evalúa agravar la calificación penal, sino que también podría sumar nuevos imputados del entorno no médico de Maradona.
Aparte de Luque (39), Cosachov (35), Díaz (29), los otros cuatro profesionales de la salud imputados en la causa son los enfermeros Dahiana Gisela Madrid (36) y Ricardo Omar Almirón (37); la médica que coordinaba la internación domiciliaria para la prepaga Swiss Medical, Nancy Forlini (52); y el coordinador de los enfermeros, Mariano Perroni (40).