Después de una semana de acefalía en el Centro de Fronteras Cristo Redentor, ayer se confirmó que el ex senador Daniel Edgardo Galdeano, se hará cargo de toda la logística, designado por el Ministerio del Interior, desde mayo, cuando todavía Báscolo (anterior coordinador) estaba en funciones. A la vez en un comunicado oficial se aclaró que también el coordinador del Paso Pehuenche, Pablo Cabrera, tendrá injerencia en el Cristo Redentor. De hecho, el lunes por la tarde se produjo una reunión para terminar de definir nuevas medidas operativas como la del refuerzo de personal los jueves, que es cuando empieza la llegada de los chilenos a Mendoza.
Es que el aluvión de chilenos a Mendoza los fines de semana generó un colapso de demoras y de varias horas de espera para cruzar a Chile o viceversa que provocó la renuncia del coordinador del Paso a Chile, Justo José Báscolo. Esto se produjo durante el último fin de semana largo por el 1 de mayo.
El delegado de Migraciones en Mendoza, Juan Manuel Serrano, confirmó a Los Andes que hasta unas 7.000 personas ingresan por día “casi como en una temporada alta para que se den una idea, es muy contundente por eso hemos dispuesto afectar a más personal en todas las dependencias para agilizar la atención”.
Y subrayó: “Es una gran cantidad de personas, si lo dimensionamos con el cambio de temporada, que teníamos unos 8.000. Son números importantes”.
“Se va a tener en cuenta los feriados de Chile, que es cuando se espera que se multiplique lo que estamos viendo cada fin de semana. Sobre todo los jueves y los viernes y ya el domingo, tenemos el éxodo para la vuelta a su país”, detalló.
La foto de este fin de semana, que no fue turístico, marca que el jueves entraron 6.686 chilenos; el viernes 5.329 turistas ingresaron a Mendoza; el sábado 4.655 y el domingo ya puede apreciarse un número muy menor 2.345. Casi 20.000 personas en 4 días.
Mientras que la salida es la inversa: el jueves es mínimo el retorno 2563; el viernes va creciendo con 3.615 personas y el sábado 4.964 y domingo 6.180.
Por esta razón, desde hace algunos fines de semana se incorporó más personal para asistir tal magnitud de demanda, que se asemeja a la temporada alta de verano, por ejemplo. “El cambio funciona y ya está programado”, enfatizó Serrano, con respecto al papeleo de Migraciones.
El malestar que hizo renunciar al coordinador de fronteras
Báscolo pegó el portazo de la coordinación de fronteras la semana pasada, dejando una dura carta de renuncia en la que explicó que “no están dadas las condiciones adecuadas para continuar con el Gobierno y administración de los Centros de Fronteras, como así para la toma de decisiones en el marco de los acuerdos y tratados celebrados con la República de Chile”.
“La falta de avances y consensos en los acuerdos necesarios sobre la identificación de los problemas y las propuestas de soluciones planteadas no han alcanzado la fuerza necesaria para su instrumentación, circunstancias más que suficientes para hacer insostenible mi continuidad”.
La última semana que le tocó comandar esta delicada área fue la del fin de semana largo del 1 de mayo, cuando se decidió cerrar el paso por malas condiciones del tiempo y eso le trajo duras críticas.
Góndolas vacías y sin carritos en los mayoristas
Beneficiados por el cambio y la devaluación del peso argentino, familias enteras de ciudadanos chilenos llegan a Mendoza a hacer compras en los mayoristas, donde pueden surtirse sin límite de víveres como harina, aceite, jabón para lavar la ropa y que en su país cuesta el doble.
El panorama de los fines de semana en los pasillos de los mayoristas son las góndolas vacías y sin reposición.
“No hay aceite y habrá que esperar hasta el lunes que haya una reposición”, se quejó una mendocina que buscaba este producto y se había recorrido el mayorista de calle Rodríguez Peña.
Largas colas de trasandinos podían verse en los distintos híper, donde no hay tope, ya que en los supermercados de consumo familiar, sólo pueden consumir hasta dos litros de aceite por familia.
“De acá salen medios enojados. Porque no se pueden llevar todo lo que quieren. Pero recorren varios supermercados y todos los mayoristas”, dijo la cajera de una cadena de supermercados.
“Ni carritos hay”, dijo otra ama de casa que buscaba que los visitantes carguen las camionetas con cajas y cajas de mercadería para poder tomar un chango e ingresar a comprar.
Hace algunos días, el dueño del mayorista Oscar David, Rubén David, dijo que la gran demanda de chilenos le genera un sabor agridulce. Por un lado, las ventas son buenos, pero los turistas se llevan lo que los clientes locales no pueden comprar como productos para el cuidado personal, por ejemplo.
“Está bueno que vengan desde el exterior a dejar plata acá, pero el sabor amargo es que lo que ellos se llevan es lo que nosotros no consumimos, los lujos. Es como si nosotros no pudiéramos comprar más pasta de dientes y nos vamos a un país vecino a comprarlo, porque su salario en dólares es mucho más bajo”, analizó David al referirse en medios locales al impacto de la marea roja.
