Pasó un año exactamente de una noticia que causó una profunda pena en el ambiente del folclore mendocino, cuyos detalles fueron publicados por Los Andes en forma exclusiva. La noticia estaba relacionada con la situación calamitosa que atravesaba el contautor cuyano Fabiano Navarro, quien, tras haber regresado de España donde estuvo radicado 22 años y formó su familia, regresó a Mendoza en la ruina y en un estado de abandono tal que lo llevó a vivir y deambular en la calle.
Alguien “descubrió” a Navarro durmiendo en un banco de la plaza Independencia y la historia tomó gran repercusión pública. Fue el 13 de mayo de 2023 y los medios nacionales se hicieron eco de la triste situación.
Lo cierto es que, pese a la ayuda encarada por varios de sus amigos y las campañas que se llevaron a cabo para mejorar su presente, poco y nada se logró. Al menos así lo indicó, en diálogo con Los Andes, su amigo Pedro Olguín, quien no se da por vencido y continúa buscando alguna alternativa para colaborar con la situación del cantante que supo componer, en sus épocas de gloria, más de 1.500 canciones de folclore ligado a esta zona y hoy deambula sin rumbo por las calles mendocinas.
En realidad, entre todos habían encontrado una solución alternativa, pero el estado de Navarro no permitió que pudiera vivir solo en un lugar que se había conseguido momentáneamente el año pasado.
Fue así que, por distintas circunstancias, dijo Olguín, terminó pasando sus días en casa de una prima, aunque muy frecuentemente suele “escaparse” y caer nuevamente en la calle, a la intemperie, en el mismo banco de la misma plaza y refugiado en el alcohol.
“Siento mucha pena por él porque no se ha podido resolver el tema de fondo. Es por eso que pido ayuda para poder ubicarlo donde realmente debe estar, en un hogar de personas sin recursos. En eso estoy, intentando averiguar en el organismo correspondiente. Tarde o temprano se le debe dar una respuesta”, indicó a este diario Pedro Olguín.
Y agregó otro detalle desolador producto de la vida en situación de calle: “Fabiano participó de una pelea callejera y perdió un ojo”.
“Fabiano no puede esperar más y no tiene a nadie que se acuerde de él. Estoy gestionando un tratamiento pero soy una persona cualquiera, un simple amigo que no tiene contactos ni conocidos en los ámbitos de poder”, amplió Olguín. Añadió que, según la información que le llegó, su familia bajó los brazos, se agotó de intentar ayudarlo sin éxito. “No sé si será exactamente así, yo sólo toco de afuera. Sólo sé que perdió un ojo y que su situación es, incluso, más crítica que la que se expuso el año pasado, porque su adicción al alcohol es cada vez mayor y eso genera numerosas consecuencias”, advirtió.
“Hay mucha gente que conoce a Fabiano y que tiene contactos en el Gobierno como para que pueda ser asistido como corresponde. Sé que existe un hogar para personas que, como él, quedaron solos y sin recursos, sin trabajo, con problemas de adicciones y en la ruina. Esas personas deberían hacer algo. Soy un ciudadano común que golpea puertas donde puede, pero no tengo poder de decisión”, agregó Olguín.
“Duermo en esta plaza, en un banco o en el suelo”
Como se informó en mayo último, Navarro expresó algunas palabras cuando se lo entrevistó en la plaza Independencia, donde se lo encontró junto a algunas pertenencias y sin rumbo. “Duermo en esta plaza, en un banco o en el suelo. Da igual ¿Qué me pasó? Viví en Madrid, abrí restaurantes allá y me fue mal, por eso volví”, había dicho.
Desmejorado y con altibajos emocionales, este personaje que supo brillar en los escenarios, décadas atrás, está irreconocible, pidiendo monedas para poder comer y regresando, de vez en cuando, a la casa de una prima.
“Es un embajador de nuestra música. No cualquiera tiene su talento y el pueblo mendocino debería comprometerse. Nadie está exento de que le suceda algo así”, lo definió Pedro Olguín en aquella oportunidad.
Otro amigo entrañable de Fabiano, Guillermo Ferri, lamentablemente falleció en febrero. Ferri había sido uno de los que, en forma inmediata, se contactó con la familia apenas se enteró de lo sucedido e incluso había anticipado que denunciaría en la Fiscalía de Delitos Económicos “ya que sería bueno saber quién está cobrando las regalías por derecho de autor de sus más de 700 canciones”.
Del firmamento del folclore al olvido
Nacido en Las Catitas, Santa Rosa, las letras de Fabiano, quien supo codearse con grandes estrellas del mundo del folclore como Mercedes Sosa y Horacio Guarany, han sido interpretadas por la mayoría de los cantantes de nuestro país.
Gran difusor del folclore cuyano, Navarro supo llevar sus melodías por todos los festivales del país. Recibió el premio Trovador de Plata, adjudicado en reconocimiento a la trayectoria como escritor, poeta y cancionero de Cuyo, además de un reconocimiento por la proyección de su poesía en España, Alemania, Holanda, Colombia, Chile y Uruguay. Tiene en su haber más de 35 discos grabados y 1.600 temas musicales.
Si bien vivía en España desde los últimos 22 años, una de sus últimas apariciones en esta provincia había sido en 2011, donde fue reconocido por sus pares locales en el teatro Plaza de Godoy Cruz. Aquella noche fue homenajeado por artistas como Jorge Sosa, Pocho Sosa, Lisandro Bertín, Los Navarros, Fabiana Cacace, Pamela Castro y Yolanda Navarro, su propia hermana, entre otros.
“Estoy feliz de estar en mi tierra y de reencontrarme con mis amigos de la vida”, había asegurado Navarro en 2011.
Pudo saberse que en España vivía junto a su esposa e hijo, ambos profesores de música. Según él mismo contó, supo tener restaurantes, aunque no le fue bien. También tuvo una peña que era muy concurrida en sus inicios por grandes estrellas del folclore que llegaban a esa tierra.
Lo cierto es que Fabiano no pudo cambiar el rumbo y suele seguir pidiendo dinero a los transeúntes de la Peatonal, al igual que en 2023.
De poco sirvió que una de las personas que se acercó al lugar donde Fabiano transcurría su vida el año pasado alquilara una vivienda. “Fabiano no pudo. Simplemente no pudo”, remató Pedro Olguín.