Silvia Alejandra Romero tiene dos pasiones que supo combinar a la perfección en su vida: a la carrera deportiva -con la que brilló en su juventud- la acompañó siempre de una gran cuota de solidaridad.
Subcampeona nacional de mountain bike cuando tenía apenas 16, esta sanrafaelina de 45 años y madre de tres hijos vivió una etapa de gloria gracias a su popularidad, que supo aprovecharla al máximo, tiempo después, para ayudar al prójimo.
Porque cada vez que había alguna competencia o exposición, asistía con su familia al autódromo ASA de San Rafael y aprovechaba la ocasión para llevar a cabo distintas campañas.
Así, recaudaba mercadería, juguetes, ropa de abrigo, calzado, materiales para la construcción y todo lo que el público pudiera donar en esos encuentros multitudinarios. Y por eso nació Fierritos Solidarios, el 10 de septiembre de 2016, en el barrio El Sosneado 6 de esa localidad. Ni más ni menos que su propia casa.
No obstante, pese al trabajo intenso que realiza Silvia junto a su familia, no logra oficializar la ONG que tanto anhela. En parte, debido a los elevados costos que implica.
Por ello, entre las muchas alegrías y también sinsabores que cosecha, la semana pasada Silvia disfrutó de una de las tantas y merecidas gratificaciones. Logró ser el nexo para posibilitarle a dos hermanos -discapacitados y de bajos recursos- sus flamantes sillas de ruedas posturales, para que empiecen a tener una mejor calidad de vida.
“Sin embargo, todo resulta escaso y seguimos necesitando muchísimas cosas. Por eso le pedimos a la gente que no afloje, que se sume a donar, porque las carencias en medio de esta pandemia son innumerables”, reflexionó.
Más allá de valorar el apoyo de la maderera de Edgardo Zamarbide y de la comunidad, Silvia enfatiza la necesidad de lograr más empresas y particulares que acompañen. “Estamos en todas las redes, es fácil contactarnos y la ayuda es fundamental”, insistió, para valorar el apoyo de los medios de comunicación que también ofician de “puente”.
Desde su propio domicilio, esta familia y otros colaboradores ponen el cuerpo para recoger frazadas, ropa de abrigo, muebles, materiales de construcción, prendas de vestir, colchones, pañales, leche en polvo, zapatillas y mercadería.
Todos estos elementos son distribuidos en merenderos, comedores, instituciones públicas y gente común que necesita sobrellevar el invierno.
Los barrios más afectados, dice, son Costa Esperanza, La Isla, El Molino, Cuadro Nacional, Pobre Diablo y otros aledaños. “Desde que empezó la pandemia la demanda ha crecido muchísimo y estamos al pie del cañón cuando se nos llama”, dijo.
A Silvia no le sobra nada, pero su misión es más fuerte. Se dedica al reparto de pollos y su esposo es techista. Y, en forma paralela, acondiciona la ropa, organizan la mercadería y distribuyen a quien la necesita.
“Nuestra labor es asistir cuando el municipio no puede llegar por el mismo motivo. Es muy grande la pobreza que se observa”, amplió.
Fierritos Solidarios sacó su nombre del fanatismo que toda la familia tiene por los autos. No obstante, Silvia pide dejar en claro sus orígenes en dos ruedas, que tantas satisfacciones le ha dado.
“En el tiempo que me inicié en las carreras tuve el apoyo de empresas, como el diario Los Andes, bicicletería Escandolera y municipalidad de San Rafael”, enumera, y agrega: “Sin esa ayuda se me hubiese hecho imposible salir a correr a nivel nacional”.
También tuvo palabras de agradecimiento con quienes fueron sus mentores, Amalia y Raúl Radys, conocidos en esta disciplina y quienes le enseñaron a practicarla. “En definitiva –concluye Silvia- si todo esto me sirvió para conocer gente y transformar aquel éxito en ayuda, bienvenido sea”.
Cómo colaborar. La sede de “Fierritos Solidarios” se encuentra en Agustín Alvarez 3289 Barrio Sosneado, San Rafael, tel. 2604022700. Quienes estén fuera de esa localidad pueden contactarse para gestionar el traslado de donaciones.