La imprudencia al volante de camiones de carga es un arma mortal en cualquier ruta del mundo, y Mendoza lo sufre en carne propia como tierra de paso entre destinos internacionales. Como parte del Corredor Bioceánico y con el paso fronterizo a Chile, más de 1.500 camiones nacionales y extranjeros recorren la provincia cada día, sumado a vecinos y turistas con quienes comparten calles, avenidas, rutas y paradas.
“Nunca más me voy a olvidar de esa noche siniestra”, manifiesta la turista Patricia Colugio, oriunda de Buenos Aires, mientras se dispone a contar una historia que bien podría llamarse “relato salvaje”. Como se suele decir, la realidad supera a la ficción, y así lo comprobaron ella y su amiga Marisa Benítez –mendocina–, que el 4 de enero de este año fueron a escalar una parte del Aconcagua y en su regreso sufrieron la peor cara de la imprudencia al volante.
Durante más de 20 kilómetros de camino, entre curvas y montañas desde Uspallata hacia la ciudad, un camión las amedrentó violentamente al punto de poner en riesgo sus vidas. Para colmo, al avisar a Gendarmería en Potrerillos, la situación se tornó más violenta. “Venía a oscuras y prendió las luces atrás nuestro, nos comenzó a acorralar y a tocar bocina. Así estuvimos 20 minutos, que para mí fueron 50 horas”, narró la mujer.
“En una curva, nos tiró el camión encima tirándonos contra la montaña, mientras bajó el vidrio y nos insultó. El auto se nos paró, quedamos acorraladas porque el camión estaba interrumpiendo el carril contrario, y nosotras contra la banquina. Si hubiera venido alguien de la otra mano, hubiera sido una catástrofe”.
Ignacio Loyarte, mendocino radicado en Chile, vivió la imprudencia al volante “durante los últimos dos años cuando viajé por el camino internacional de Alta Montaña”. En una de esas ocasiones, viajando con su familia, iban en fila detrás de 6 camiones. “Uno de ellos se tiró a pasar a los otros cinco, hizo un tramo a contramano y de frente venían tres autos que se tuvieron que tirar a la banquina”, contó Ignacio. Uno de los vehículos no pudo mantener el control y dio varios tumbos, según su relato.
¿Es una problemática o son hechos aislados?
El episodio que vivieron Patricia y Marisa, lamentablemente, es moneda corriente en las rutas de Mendoza. Basta con hablar con conocidos, plantear la problemática y escuchar relatos semejantes. De hecho, la mayor tragedia vial de la provincia la ocasionó un camionero brasilero que circulaba borracho por el carril contrario de la ruta N7 y a la altura de San Martín chocó de frente a un micro. Diecisiete personas murieron aquel 7 de febrero de 2014.
Sebastián Villegas, de San Martín, tiene familiares en Chile y va al menos tres veces al año al país trasandino. Con decenas de viajes en auto en su espalda, opinó que “la mayoría de los camioneros maneja con precaución porque es un camino complicado y muy sinuoso”; aunque advirtió que “hay muchos con experiencia y otros que van en sus primeras veces y hacen maniobras peligrosas, y ahí es cuando surgen los problemas”.
En el mismo sentido, director de la Escuela de Conductores de Aprocam (Asociación Propietarios de Camiones de Mendoza), Sergio Quinzano, sostuvo que, según estadísticas, “es muy baja la muestra de accidentes”, y que los mismos ocurren “con camiones que vienen de afuera, que no conocen el corredor y no tienen la experiencia para ir a Chile”. “Está a la vista, los grandes accidentes que han ocurrido en Mendoza no han sido generados por profesionales de la conducción de la provincia”.
Asimismo, Quinzano respondió que “no es un problema generalizado”, sino que “hay que dividir, por un lado, el transporte internacional que hacen las empresas de Mendoza; y por el otro que somos un país de paso”, en clara referencia a conductores y camiones extranjeros que circulan por la provincia. Según su apreciación, esto se da “por la cantidad de horas de viaje que llevan y porque no tienen restricciones como los camioneros de acá”.
“Todo lo que viene de afuera podemos controlarlo mediante la fiscalización de las instituciones que están a cargo, pero no podemos decir que está generalizado porque el personal que viaja de Mendoza a Chile no ha tenido una demanda de denuncias que nos diga que hay un problema”, completó el referente de Aprocam.
Ante la consulta de una diferencia sustancial en el manejo y la prudencia entre conductores locales y extranjeros, Sebastián reconoció no haberse dado cuenta de tal contraste. Ignacio, en cambio, dijo que “no son siempre extranjeros los imprudentes, la mayoría de los argentinos también lo son, todos por igual”.
“Yo creo que el 70% maneja bien y el otro 30% es imprudente, porque por tener un camión se cruzan y hacen lo que quieren”, agregó Sebastián. Ignacio, en tanto, coincidió en que “al tener un vehículo tan grande manejan una imprudencia que genera un montón de accidentes”; y aseguró que “hay muchos conductores a los que les da miedo manejar cerca de camiones”. Más allá de que su agresor resultó ser oriundo de Chile, Patricia cree que “es algo generalizado”: “He visto antes que los camiones intentan pasarte hasta por el techo”.
Poca respuesta institucional
Tras poder escapar de la embestida del camionero, Patricia logró sacar fotos de la patente y llamó a la Policía, a la que calificó de “nefasta”, ya que los reiterados avisos no impidieron que el conductor imprudente siguiera su camino haciendo lo mismo contra otros autos, ni que las espere a la orilla de la ruta en más de una oportunidad. Al finalizar la noche, tampoco les tomaron la denuncia en dos comisarías, una de Luján de Cuyo y otra de Godoy Cruz.
He aquí uno de los aspectos que resaltó Marisa, su compañera: “Nos la tuvimos que arreglar nosotras y dar con el transportista nosotras. Gendarmería no actuó como corresponde, la Policía nos puenteó a pesar de los dos llamados de esa noche, y nunca detuvieron al camionero, que cruzó a Chile como si nada”. “Por eso son los accidentes que después tenemos en la montaña”, concluyó quien conducía el auto.
Entre otras aristas, Quinzano mencionó justamente la necesidad de hacer controles más exhaustivos para los extranjeros, que “las sanciones tendrían que ser muchas más duras” y que debería renovarse la infraestructura del corredor internacional. Por otro lado, el referente de Aprocam reveló que, internamente, la asociación cuenta con un protocolo para actuar en caso de que les lleguen denuncias por imprudencia o faltas de tránsito, pero que las instituciones gubernamentales son las primeras responsables en intervenir.