Las nuevas generaciones de jóvenes ponen en valor sus proyectos personales y por eso, son muchos los que ya no siguen el camino tradicional de formar una familia y tener hijos sino que, por el contrario, toman la decisión de no tenerlos. Es por eso que en los consultorios médicos se ve que son cada vez más los menores de 30 años que se realizan la anticoncepción quirúrgica, tanto la ligadura de trompas, en el caso de las mujeres, como la vasectomía en el caso de los varones.
Hasta hace varios años, este tipo de procedimientos eran habituales mayormente en mujeres que ya tenían hijos y no deseaban más. Aunque con mucha menor demanda, algunos varones en la misma situación se realizaban la vasectomía.
Sin embargo, aunque hoy siguen siendo ellas las que mayormente se someten a estas intervenciones, la vasectomía se ha instalado más en el imaginario y son más los varones que la eligen. Y ya no se trata de no querer tener más hijos, sino que incluso muy jóvenes, están tomando la decisión de evitarlo de cuajo, para ir por la vida más livianos, viajar, estudiar y poder generar cambios con mayor facilidad.
Según estimó el doctor Diego Santoni, ginecólogo, oncólogo y mastólogo, los últimos 5 años se han incrementado entre 60 y 70% los procedimientos que se realizan en menores de esta edad. Incluso la paciente más joven que ha tenido tenía 20 años. Otros consultados que se desempeñan en diversas áreas coincidieron en este nivel de aumento mencionaron varones de 21 o 22 años que se vasectomizan.
“Cada vez son más los jóvenes que se acercan para asesoramiento para anticoncepción quirúrgica. Esto se debe a que no tienen proyectos de ser padres en su vida a corto y mediano plazo, lo ven como un obstáculo para realizar su vida y sus proyectos”, explicó el médico.
Pero hay otro factor: “También les molesta usar métodos anticonceptivos de barrera o de corto plazo” y en ese sentido alertó: “Eso ha llevado a un aumento de la incidencia de las enfermedades de transmisión sexual”.
Efectivamente, sucede que por sentirse seguros para evitar un embarazo tras la intervención, se relajan en cuanto a otros cuidados sobre los que esta no ofrece protección.
Una alta proporción incluso son personas sin pareja que ya han decidido que su proyección de vida no incluye hijos.
La ligadura de trompas de Falopio y la ligadura de conductos deferentes o vasectomía son operaciones quirúrgicas para evitar embarazos. La primera, que se realiza en las mujeres, evita la unión del óvulo con el espermatozoide. La segunda, en los varones, implica que se impida el tránsito por los conductos que transportan los espermatozoides.
Evangelina Castro, es licenciada en Trabajo Social y es la referente de Salud Sexual y Reproductiva del departamento de Maipú. Trabaja en el hospital Paroissien y da cuenta del incremento. Cuando comenzó a trabajar allí en 2012 recibían 3 consultas de pacientes varones por año, hoy, reciben 6 en un día de atención y realizan 2 vasectomías los jueves. Entre agosto de 2022 y septiembre de 2023 recibieron 120 consultas y se operaron 100 varones. Es una muestra de que la mayoría de los interesados terminan por decidirse, lo que atribuyó a que se les hace una consulta profunda, con escucha activa de su situación de vida y en la que se le brindan información accesible y clara. En 2019 habían sido 74 consultas, otra muestra de la tendencia en ascenso. El varón más joven que se operó tenía 21 años y no tenía hijos.
“La ligadura de trompas sigue siendo más o menos la misma cantidad pero el aumento en vasectomías es mucho más marcado, por una cuestión sociocultural antes era muy difícil”, apuntó.
“La mejor decisión”
LG (prefirió resguardar su identidad) tiene 25 años y se realizó la ligadura de trompas a los 21 años. “No me arrepiento ni un segundo, fue la mejor decisión de mi vida”, asegura reconfirmando su decisión.
Es estudiante universitaria y tener hijos por lo pronto no está en sus planes: “No quería tener ninguna carga para viajar y estudiar, me olvidaba de tomar las pastillas y el preservativo me da alergia”, argumentó. Fue una decisión que tomó sola y dijo que después de consultar al profesional y recibir asesoramiento, tomó más convencida la decisión.
Pero agregó que si bien le explicaron que debe seguir usando preservativo ya que la intervención solo evita el embarazo, no las enfermedades de transmisión sexual, reconoció que no siempre lo hace. " La ligadura me da tranquilidad para tener relaciones sabiendo que no voy a quedar embarazada”, sostuvo. Justamente sobre lo que alertó Santoni en relación al aumento de estas patologías.
En tanto, si bien por ahora sigue totalmente convencida de que fue una buena apuesta, la chica se mostró confiada en tener una solución en caso de cambiar de idea: “Si en un futuro se me da por ser madre haré un procedimiento de fertilización asistida, que también por ley me lo cubre al 100 %, pero por ahora no quiero saber nada”, subrayó.
La decisión de no tener hijos va de la mano de una tendencia a la reducción en la natalidad. Llegó tarde al país, en relación a otros como los europeos, pero llegó. En Mendoza, en 5 años los nacimientos bajaron 32,29%. Los últimos datos procesados a año cerrado por el gobierno local muestran que pasaron de 31.454 en 2017 a 21.296 en 2022. Una baja que ya había empezado a ser notoria en 2016 pero muy lejos del máximo registrado desde 2011, que fue en 2014 con 36.131 nacimientos.
Motivaciones
Además de no querer hijos, o no querer más, hay varios factores que influyen en esta situación. Hay una tendencia hacia una mayor planificación familiar junto con políticas que apoyan la salud sexual y reproductiva, permitiendo un mejor acceso a asesoramiento, la anticoncepción y la planificación.
Se suma la cobertura por parte del sistema de salud a estos procedimientos. Pero no se puede ignorar la influencia de las circunstancias y el contexto socioeconómico.
Valentina Albornoz, responsable del programa de Salud Sexual y Reproductiva de Mendoza, comentó que se trata de situaciones multicausales.
“Esa tendencia se ha visto en todos los consultorios de la provincia, por lo menos por consejería, lo que no quiere decir que termine efectivamente en cirugías”, sostuvo.
“Se ve la tendencia y que se superponen diferentes factores, más que nada el no querer tener hijos por proyecto de vida y por el contexto socioeconómico”, agregó.
Castro contó que muchos varones llegan porque se enteraron por allegados de los beneficios que implicó para ellos.
“Son personas que deciden no tener hijos y que tienen mucho que ver con historias familiares; hace un tiempo vino un chico que me dijo que venía de una familia con antecedentes psiquiátricos y dijo ‘quiero cortar con eso”, relató.
Los más jóvenes, no tienen hijos o tienen uno solo y entre otras motivaciones manifiestan querer evitar conflictos o problemas económicos por causa de los hijos ante una separación. También ha habido casos de varones que llegan porque su pareja se realizó una interrupción voluntaria del embarazo y quieren evitarlo nuevamente. “Muchos consideran que paternar es una responsabilidad muy grande, hay personas que han manifestado cuestiones profesionales o porque quieren viajar”, agregó.
Además, hay coincidencia en que lo hacen personas de diverso poder adquisitivo pero que el contexto socioeconómico adverso también motiva a estas acciones.
Para Castro, que se pueda acceder de manera gratuita a algún tratamiento de fertilidad en caso de quererlo alguna vez también les da confianza para hacerlo aunque sostuvo que en la mayoría de los casos no tienen interés en tener hijos.
La cobertura por parte de las obras sociales y prepagas ha empujado la demanda. Efectivamente, la ley nacional N°26.130, sancionada en 2006 y las posteriores modificaciones, determinaron que las intervenciones de contracepción quirúrgica debían ser incorporadas al Plan Médico Obligatorio (PMO) por parte de las obras sociales y prepagas. De este modo, las intervenciones tienen cobertura al 100% lo que implica que son gratuitas para los usuarios de las prestadoras así como también del sistema público de salud. Es sustancial contar con información confiable al respecto ya que uno de los aspectos sustanciales que deben tenerse en cuenta es que en la mayoría de los casos se trata de procedimientos irreversibles.
