Cada vez son más los médicos que suspenden la atención de obras sociales e incluso prepagas en Mendoza. Las condiciones de pago en este contexto económico les resultan insostenibles, según aseguran. Como contrapartida, los afiliados se encuentran con que, pese al aporte mensual, no tienen la cobertura, deben pagar particular o cambiar un médico con el que quizás se atendían desde hace mucho tiempo. Desde el lado de las obras sociales se asegura que tampoco pueden afrontar otros costos ni otras condiciones, aunque en lo que hay coincidencia entre los diversos sectores involucrados en el sistema de salud, es en que las cosas están muy complicadas de sobrellevar.
El neurólogo al que Florencia llevaba a su hijo dejó de recibir su obra social, OSPE. La opción era hacer la consulta particular: “No la pagué porque me cobraba 6.000 pesos, me pareció una locura, así que busqué otro, no me dio ninguna explicación de las causas”.
A Fernanda, la médica pediatra que atiende a sus hijos desde que nacieron dejó de recibirle Swiss Medical, una prepaga. Sus hijos tienen 4 y 7 años. “A principios de este año dejó de recibir la prepaga y me cobra la consulta, me hace la atención de cobrarme una consulta por los dos al menos para que les siga llevando la historia clínica y por el resto de las urgencias vamos donde nos reciben”, contó.
También agregó que no es el único caso: “Mi médico de cabecera, mi gineco-obstetra, en la clínica privada donde atendía con Swiss Medical no recibe más pero la sigue recibiendo en el hospital Italiano, aunque me ha dicho que no sabe hasta cuando, tuve que cambiar de lugar para que me atienda”.
Inflación y dólar
Para los médicos, según la especialidad, son varios factores que influyen pero sobre todo dos: valores atrasados y demoras en los pagos.
“Hay muchos que han dejado de atender obras sociales, incluso prepagas. Las obras sociales tienen valores muy atrasados y un promedio de 90 a 120 días para pagar. Con la inflación como está son inviables esas esperas financieras”, apuntó un cardiólogo.
José Lodovico, Presidente del Círculo Médico de Mendoza también reconoció que hay muchos médicos que han dejado de atender determinadas prestadoras. Dijo que generalmente son médicos que están organizados en asociaciones que abarcan su disciplina, en cuyo caso se hace valer el criterio de la asociación.
Explicó que fijan el valor de su consulta y a las mutuales que no lo pagan, terminan por suspenderles el servicio. Dio como ejemplo el caso de los médicos anestesistas, traumatólogos, dermatólogos, oftalmólogos, que son las especialidades en las que más frecuentemente hay dificultades en la atención.
Pero además agregó: “En determinados casos, cuando una obra social o prepaga tiene valores muy bajos los especialistas independientemente la dejan de atender, por motu proprio”.
Enrique Gandolfo, presidente de la Asociación Mendocina de Oftalmología, consideró que hoy la situación es muy crítica en la medicina.
“Es complejo y es difícil encontrar una solución a corto plazo, teniendo en cuenta la inflación y la variación del dólar, eso hace bastante insostenible realizar una práctica oftalmológica porque nuestros insumos están en dólares y teniendo en cuenta que no se pueden girar divisas al extranjero y con las trabajas a la importación hoy muchos insumos manejan dólar billete”, relató. Lo mismo sucede con la aparatología, ya que explicó que se les hace cada vez más costoso poder mantener un nivel alto en calidad porque su práctica depende 100% de ella y necesitan estar siempre a la vanguardia y en permanente evolución.
“Esto que hace que muchos profesionales terminen por no recibirlas y el paciente está obligado a hacerse atender por otros médicos o pagar un copago por la diferencia que no pueden solventar las prepagas y obras sociales”, manifestó el oftalmólogo. Y concluyó: “Esto es algo generalizado, todas están más o menos igual, estamos muy mal”.
Sin opciones
Hay casos más complejos como aquellos en que no quedan demasiados médicos de una especialidad disponibles. Eso hace casi imposible acceder a un turno en tiempo y forma.
Es el caso de Dermatología, a cuya asociación pertenece más del 98% de los especialistas de la provincia, según detalló Lucía Criach, profesional miembro de la entidad.
“En la asociación tenemos varias obras sociales suspendidas porque es muy baja la suma que pagan (...) siempre el perjudicado es el paciente”, aceptó.
Lo que explican es que incluso hay prepagas que cobran cuotas altas a los afiliados pero muy poco las prestaciones.
La dermatóloga dio como ejemplo que algunas obras sociales pagan 650 a 700 pesos a tres o cuatro meses. “Nosotros hemos estudiado 11 años para ser médicos, más lo que nos descuentan el lugar donde trabajás (si es un centro) o la gerenciadora donde presentás la orden para cobrar, que te descuenta alrededor de 25%”, explicó.
Incluso hay muchos médicos jóvenes que ya se plantean no recibir obras sociales, pero claro, también los perjudica.
OSEP, la obra social de los empleados públicos y la más grande de la provincia, es un ejemplo de la complejidad del cuadro. Quienes trabajan para el estado están obligados a pertenecer, lo que los deja cautivos si no tienen el dinero para acceder a la atención por otros canales. Las redes sociales son un usual medio de descarga de sus pesares y la dirección de la entidad no tiene reparos en aceptar sus dificultades financieras.
“Los coseguros arriba de los $500, no hay turnos disponibles ni profesionales en la página, estudios de sangre y orina $800. No sé para que nos descuentan todos los meses si nunca hay turnos ni profesionales”, reclamaba una usuaria.
“Tenemos que pagar coseguros para todo, no hay turnos, no hay psicólogos, psiquiatras ni especialistas que atiendan a afiliados de OSEP. Hoy para tener una cama en el Hospital del Carmen hay que pedirle a Dios”, se quejó otra afiliada el 25 de julio.
“Ni el Hospital Universitario te quiere dar turno por OSEP. Te ofrecen particular y la consulta de un dentista es de 2000 pesos”, relató otra mujer.
Desde la obra social explicaron que no han tenido bajas de médicos, aunque saben que muchos cobran coseguros que están por fuera de lo convenido. Pero asimismo dijeron que no han recibido denuncias por falta de atención o cobros extra lo que les hace difícil intervenir. Están pagando 20 días atrasados, según convenio, que puede ser de 70 a 90 días es decir que se está haciendo efectivo a los 90 o 110 días. En general están pagando los servicios de abril.
“Nosotros manejamos las agendas, asignamos el turno y, cuando llega el afiliado, se dice que no atiende la obra social. Nosotros asignamos el turno, no nos enteramos que le dijeron eso, le cobran particular y a nosotros nos cobran como si lo hubiera atendido por la obra social”, relató director de OSEP, Carlos Funes.
Para conocer otros puntos de vista de una de las obras sociales más importantes, como es Osde, se consultó a esa obra social y desde allí manifestaron no haber recibido noticias ni quejas de ningún usuario que sufriera esta problemática.
Contexto complejo
“El criterio me parece que tiene que ser que se consensúen los valores de convenio porque ni todas las prepagas ni todas las obras sociales tienen un superávit operativo tan grande como para pagar los precios que cada asociación o especialidad pretende”, opinó Lodovico.
“Estuvimos en una pandemia dos años, las obras sociales recibieron ayuda del Estado pero las prepagas no, y tuvieron que mantener la cuota de los afiliados en el mismo precio por disposición de la Superintendencia de Servicios de Salud”, agregó.
Hizo referencia a que el Estado les agregó una enfermedad más que no estaba prevista y les supuso un aumento importante en los gastos. “Había muchos pacientes internados en UTI (terapia intensiva), muchos 15 días, se facturaba 2 millones de pesos y le hicieron frente con una cuota de principios de 2020, ya que en marzo de ese año se congeló la cuota por un año y medio”, detalló.
Para el médico se trató de un gasto extraordinario en un país en que muchos insumos que deben pagar las prepagas y obras sociales deben importarse, como medicamentos, prótesis, material descartable, órtesis. “Eso viene fijado en valor dólar, entonces las obras sociales no estaban en las mejores condiciones para afrontar ese gasto lo que hizo que tuvieran un déficit operativo al final de la pandemia”, refirió.
Lodovico dijo como conclusión que la atención de PAMI, OSEP y otras prestadoras se han resentido porque los valores de las prestaciones y en los gastos materiales hacen cada vez más inaccesible la cobertura.