La historia, conmovedora e indignante por igual, viene dando que hablar en Mendoza desde la tarde – noche del domingo. Y es que una familia de puesteros encontró, completamente desorientado y deshidratado, a un ejemplar de oso melero deambulando por las inmediaciones de su campo en Las Catitas (Santa Rosa, al Este de Mendoza).
Mientras se investiga quién lo trajo a la provincia –en lo que constituye una clara infracción a la ley de fauna silvestre, ya que llegó como parte del circuito del tráfico ilegal-, el oso melero (también llamado oso hormiguero amazónico) continúa con su recuperación en el centro de rescate de la Fundación Cullunche. Y la buena noticia es que a última hora de anoche, el animal volvió a comer.
“Está estresado y es algo que se nota mucho. Durante las primeras horas en el lugar –llegó el lunes a la mañana- no comió nada y hasta desparramaba el alimento por todos lados. Pero anoche ya comió algo, y su estado de ánimo es bueno”, destacó la médica veterinaria Jennifer Ibarra, presidenta de la Fundación Cullunche y quien está llevando adelante el monitoreo y todo el proceso de recuperación del oso.
“Estamos trabajando codo a codo con el colega Pablo Aón, que es de Tucumán y es especialista en estos ejemplares, ya que trabaja mucho con ellos. Todo el día estamos hablando por teléfono, enviándonos fotos y videos para seguir la evolución del oso melero. El acompañamiento es permanente y me guía en todo momento”, contó Ibarra.
El hábitat natural de los osos meleros es el Norte y el Noreste Argentino, en especial en las selvas de montaña (como en Tucumán) y ya directamente en la Mesopotamia. Nada tienen que ver estos espacios con el árido campo mendocino donde fue hallado, y todas las sospechas sobre el arribo a Mendoza de este ejemplar de oso giran en torno a algún camionero que pueda haberlo traído escondido y de contrabando.
“Tiene una especie de diarrea que vamos a analizar. Creemos que puede llegar a tener que ver con el estrés o con el cambio de dieta. Hay que entender que cuando la fauna silvestre se estresa, bajan las defensas y todo se desbalancea. Entonces el objetivo es analizar la carga parasitaria”, resumió la veterinaria.
El inédito hallazgo
Cerca del mediodía del domingo pasado, la familia Argüello salió a recorrer su campo y los alambrados en el puesto La Difunta, ubicado al norte de Las Catitas. Fue en ese momento en que les llamó la atención encontrar en la tierra huellas con forma de “V”, de un tamaño también llamativo. “Eran como de un bebé”, se dijeron a sí mismos.
Ya entrada la tarde, tras seguir recorriendo la zona, se encontraron con un atípico visitante: un ejemplar de oso melero, parado en un algarrobo y alimentándose de hormigas. Con un cinto lograron sujetarlo, lo trasladaron hacia la reserva de biósfera de Ñacuñán (también en Santa Rosa) y allí los Guardaparques dieron aviso a las autoridades de Fauna Silvestre. Desde entonces quedo alojado en el centro de recuperación de la Fundación Cullunche.
“Desde que llegó, duerme bastante y está tranquilo. Ahora estamos viendo la posibilidad de llevarlo a una habitación más grande, para que esté suelto y tenga menos limitaciones. Tiene un tamaño de adulto –desde el hocico a la cola mide cerca de 80 centímetros- y está un poco desnutrido. Pesa 5 kilos, cuando su peso medio para la edad debería ser entre un kilo y un kilo y medio más”, destacó la veterinaria. Además, contó que llegó con una lesión en su cola (le falta la punta), y que bien podría haber sido producida por una trampa o por otro animal. “Ello no debería dificultar la liberación, por lo que hemos estado viendo”, acotó.
Qué está comiendo el oso melero rescatado
En su entorno, hábitat y vida natural, los osos meleros se alimentan de hormigas, termitas y sus respectivas larvas y huevos. También incluyen en su dieta insectos gregarios, por lo que es común verlos en panales de avispas y abejas, alimentándose de cera y miel. Por ello mismo reciben el nombre de osos meleros.
“Ahora que está en cautiverio, se le está dando –para reemplazar su dieta- leche y yogur deslactosados, además de miel, banana, alimento balanceado de gato y perro (de buena calidad) y manzana. Todo eso se procesa y se hace como una sopa, que es lo que se le sirve. Anoche ya comió un poquito y eso es bueno. El animalito está evolucionando, y eso es lo importante”, concluyó.