Hasta los 17 años, Maycol Campos se dedicaba a jugar al fútbol. De hecho, llegó a estar en las inferiores del Gutiérrez Sport Club (“El Cele” maipucino). Pero un día, según sus propias palabras, se aburrió.
“En Argentina pareciera ser que el único deporte que hay es el fútbol. Y a mí me gustaba, pero cuando lo empecé a ver como un trabajo, dejó de divertirme. Y ahí descubrí la bicicleta, la sentí como más extrema y rebelde”, confiesa este mendocino de 37 años.
Desde los 16 años, Maycol practica BMX Freestyle (o Estilo Libre). Sí, la misma disciplina con que Jorge “Maligno” Torres le dio la única medalla de oro a la delegación argentina -hasta el momento- en su participación en los Juegos Olímpicos 2024.
De hecho, Maycol compitió con el célebre “Maligno” hace ya varios años. Fue en un certamen de BMX Freestyle en Punta Arenas, al Sur de Chile.
“Fue en 2008 y fui en representación de la Municipalidad de Maipú. Me acuerdo que ya en ese momento se veía la disciplina y constancia que tenía ‘Maligno’”, recuerda Maycol Campos.
“El día antes de la competencia, entrenando, se había caído y se había raspado la frente. Y me acuerdo que estaba muy enojado consigo mismo porque las cosas no le habían salido bien. Al día siguiente, ya en la competencia, se pudo despejar e hizo todo perfecto”, rememora el hombre, quien actualmente, además de competir, se dedica a fabricar rampas y obstáculos para pistas de BMX.
Hasta hace unos meses, Campos era el encargado del “pump truck” (pista donde se practica BMX) ubicado detrás de la cervecería 23 Ríos, en Luján de Cuyo. Y, actualmente -además de dedicarse a la práctica del BMX Freestyle y a correr en BMX Race-, es el encargado de preparar y mantener la pista de la ACBIM (Asociación Corredores de Bicicross Mendoza), en el Parque San Martin.
Y es su experiencia en la fabricación de estos objetos lo que impulsa a Campos a ofrecer su técnica para construir rampas en cualquier espacio que las municipalidades quieran destinar para la práctica del BMX, todo en post de la difusión y visibilidad de la disciplina.
Todo ello aprovechando el impulso que la medalla de Torres en París 2024 le puedan dar a ese deporte, que para algunos sigue siendo simplemente “perder el tiempo con las bicicletitas chiquitas”.
“Desde hace tiempo vengo hablando con la gente de la Municipalidad de Luján para que brinden un lugar para poner la pista, y yo construiría las rampas. Con tal de darle un servicio a la comunidad, yo estoy dispuesto a hacerlo donde sea”, se ofrece el freestyler.
Incluso, aclara que es fundamental que aquellos lugares proyectados como skateparks o pistas de BMX -con sus respetivas rampas y obstáculos- sean diseñados por referentes que entiendan del tema, y no simplemente por personas que instalen bloques de cemento y nada más.
EL MALIGNO, UN ÍDOLO QUE IDENTIFICA A TODOS
Existen dos tipos de BMX: el Race (que es, en definitiva, una competencia de carrera con obstáculos y donde gana quien llega primero) y el Freestyle o estilo libre (aquí el objetivo es hacer trucos y piruetas en la bicicleta).
Jorge Torres se destaca y ganó la presea justamente en este último. Y es al que Maycol Campos ha dedicado más de la mitad de su vida.
“De chico vivía a media cuadra de un taller de motocross. Cuando era adolescente trabajaba ayudando en el lugar y me llevaban a carreras de motos. Y ahí me enganché con las motos, bicicletas y cómo estaban vinculadas entre sí. Y descubrí el BMX, que es la abreviatura de Bicycle Motocross Xtreme”, cuenta el freestyler de 37 años.
De adolescentes, varios de los amigos del grupo se metieron en el mundo y “la movida” del BMX. Incluso, en una finca abandonada ubicada detrás del barrio donde vivían -en Gutiérrez-, crearon su primera gran pista.
Pero los años pasaron, muchos de los amigos del maipucino se alejaron del Estilo Libre y solamente Maycol único con esa pasión, que al día de hoy conserva.
“A los 18 años nos mudamos con mi familia a Coquimbito, y en un terreno que estaba al lado de mi casa, compré unas camionadas de tierra. Y empecé a practicar cómo hacer rampas, fue todo prueba – error”, cuenta el mendocino. Y aclara que, por lo general, se fabrican con tierra mojada y que dan forma a una especie de adobe.
ENTRE LOS MANDATOS Y LO QUE DICTA EL CORAZÓN
Entre los 20 y 23 años, Maycol Campos “colgó” la bici. No porque fuese lo que quería hacer, sino porque las críticas y prejuicios de su entorno más cercano comenzaron a incomodarle.
“Mi familia y una novia que tenía me decían que ‘dejara de joder con la bicicletita’ y saliera a buscar un trabajo. Eran todas críticas destructivas, y en un momento me dejé llevar por ellas. Empecé a trabajar en una empresa de transporte, pero no me quedaba nada de tiempo para la bici, y fue lo primero que tuve que dejar”, rememora.
Y a los 23 años, escuchando lo que su corazón le pedía a gritos, volvió 100% al BMX Freestyle, y ya dedicado a la competencia. Así recorrió diferentes pistas del país -especializado en la modalidad Dirt, que es la de saltos en la tierra dentro del BMX Freestyle-, y también comenzó a profesionalizarse en la fabricación de rampas y obstáculos para BMX.
También se acercó a la ACBIM por entonces, y eso le permitió estar hoy a cargo del mantenimiento de la pista y de la construcción y refacción de las rampas y obstáculos. De hecho, tuvo a su cargo la preparación del circuito para el campeonato argentino.
“Actualmente me dedico a hacer restauraciones en madera. Hago circuitos y rampas, preparo circuitos privados, y me gano la vida. Y con eso, compito”, detalla Maycol Campos.
Y si bien lo suyo fue siempre el Freestlyle, está compitiendo también en BMX Race. Y es que, a nivel institucional y de infraestructura, tiene mayor impulso y desarrollo la modalidad de carrera.
“El BMX Race es más antiguo, y hay muchos clubes y asociaciones. En lo que es Estilo Libre, en Mendoza no hay pistas, y por eso es que estoy tratando de hacer algo yo”, prosigue Campos.
Para el deportista, la principal diferencia entre las dos modalidades tiene que ver con la técnica y la libertad. Y es que, siempre de acuerdo a Campos, el BMX Race es una competencia de carrera y con su técnica. Mientras que, en el Estilo Libre, hay mayores licencias.
“Sos vos, lográs conocerte a vos mismo y sos libre con la bici. El objetivo es hacer saltos en los que se trata de volar, de pasar más segundos en el aire. Y de sacar las manos, dar giros de 360° y simplemente fluir”, reafirma. “Maligno ganó porque fluía, porque volaba”, insiste.
Y cierra destacando la reivindicación que significó el logro del “Maligno” Torres para una disciplina que ha sido injusta y permanentemente subestimada.
“Lo del Maligno es increíble, y por supuesto que está haciendo ver lo que es el deporte. No somos personas perdiendo el tiempo con una bicicletita chiquita en vez de ‘buscar laburo’. Somos una disciplina olímpica”, concluye.