“Birra solidaria” se denomina la iniciativa impulsada por David Agüero en su bar Birra House, situado en calle Arístides Villanueva de Ciudad, que promueve intercambiar, entre las 17 y las 20, una pinta de cerveza artesanal por un alimento no perecedero a beneficio del comedor y merendero Arco Iris, en La Favorita.
La campaña se había iniciado antes de la pandemia y tuvo que ser interrumpida, aunque logró retomarse en septiembre con grandes resultados. Así, quienes deseen consumir una espumosa pinta artesanal en ese horario, deben llevar leche –el alimento más necesario- o cualquier otra mercadería que pueda ayudar al lugar.
“Las fábricas y distribuidoras con las que más trabajo se prendieron enseguida y ofrecen donaciones o importantes descuentos”, comentó David, quien está asociado con sus hermanos.
Antes de involucrarse de lleno con la campaña, el emprendedor visitó a Norma Moya, fundadora del merendero situado en la manzana 3, casa 23 de El Triángulo y que lleva 10 años de labor ininterrumpida. “Recién cuando fui al lugar y comprobé las necesidades y la voluntad de esta mujer, entendí que este proyecto debía concretarse. Y así lo hicimos. Necesitamos difusión y que el público se acerque”, dijo David, que vive en Las Heras y está esperando su segundo hijo.
“Me quedé encantado con Norma, quien junto a sus hijas y yernos recibe a más de 100 personas. La gente tiene hambre; la pandemia ha hecho estragos”, puntualizó en diálogo con Los Andes.
Por su parte, Norma contó que gracias a este aporte se abrió un día más el merendero y que hoy la ayuda que llega es a través de esta propuesta. “La demanda crece día a día y a veces ya no hay de dónde sacar ideas”, dijo la mujer.
“Birra solidaria” aspira a seguir creciendo y pretende que otros bares imiten la iniciativa. “Cuando uno plantea esto a los clientes y a las mismas fábricas de cerveza, se suman enseguida. Es sólo cuestión de imitar y de difundir a través de las redes”, dijo David.
Y sentenció: “No estoy solo en esto, porque de ese modo no podría. Es cierto que la idea partió de mí, pero hay mucha gente que me acompaña y sin la ayuda de los cerveceros nada podría hacer. Esto me llena el alma y demuestra que con poco se puede hacer muchísimo por la gente que la está pasando mal”.
La historia del comedor Arco Iris
A Norma Moya nunca le sobró nada, pero se le partía el corazón cada vez que observaba un niño con hambre en su barrio, situado en La Favorita. Con alma de líder y espíritu inquebrantable, comenzó a avizorar en 2010 la manera de asistirlos. Pensó en la importancia del deporte y también en amasar tortitas para amenizar la tarde y llenar el estómago.
Con la ayuda de sus hijas y otros voluntarios, la iniciativa se fue haciendo cada más grande. Tanto, que aún le cuesta creer que hoy se acerquen a retirar sus raciones nada menos que 165 personas, entre niños, adultos y adultos mayores.
Porque el merendero y comedor Arco Iris -que nació en el barrio Andino, pero luego se trasladó a El Triángulo- se consolidó de tal manera que hasta tiene una edificación de material que también tiene su historia: un grupo de arquitectos solidarios colaboró para su edificación.
Luego de más de 10 años de labor ininterrumpida, Norma sigue volcando el cuerpo y el alma a su misión. “La ayuda del Estado no es suficiente y me angustia no saber si contaremos con lo necesario en el día a día”, admitió. Y advirtió que se acercan personas en todo momento a buscar una ayuda.
Esta alma solidaria recordó que ni siquiera en 2001 había observado una situación tan acuciante y advirtió que la cuarentena fue “un antes y un después”. “He visto gente, que siempre había trabajado y jamás había tenido que pedir comida, hacer fila para retirar su vianda. La gente quedó fuera del sistema y se acabaron las changas”, dijo.
Superada en principio la etapa más crítica de la cuarentena y merced a la gran ayuda de la comunidad, se asistieron a muchísimas más familias de las que alguna vez se imaginó. “Pero ahora -confiesa- estoy angustiada nuevamente. La pobreza se acrecienta y no me siento preparada”.
En este mismo comedor, conmovidos por un artículo periodístico que daba cuenta de las necesidades extremas que existían, un grupo de arquitectos mendocinos con vocación de servicio puso manos a la obra y comenzó una misión solidaria: levantar un salón de usos múltiples.
Aquella nota, publicada en el invierno de 2018, expresaba el frío que padecían los niños que se acercaban a recibir su almuerzo. Un lugar humilde donde el techo de nylon solía volarse con un ventarrón. Fue entonces cuando nació esta ingeniosa red solidaria que inició la dirección de obra y comenzó a levantar un salón para distintos usos, además de dos sanitarios. Todo esto está a punto de concluirse.
Cómo y dónde ayudar
David Agüero recibe las donaciones en Arístides Villanueva 127 y su teléfono es el 261-6 801669. Quienes puedan realizar donaciones en comestibles para el merendero Arco Iris pueden llamar al teléfono de Norma Moya: 261-6515301.