A toda hora es intenso el tránsito en el carril Cervantes, de Godoy Cruz. Autos que se dirigen hacia calle Remedios Escalada, en Dorrego, y otros que circulan hacia el Este, por Progreso, con dirección al carril Rodríguez Peña. Hace muchos años, más de 60, ese punto hoy marcado por el carril Cervantes, la calle Progreso y el canal Cacique Guaymallén fueron un gran cañaveral, hasta que se construyó el barrio para el personal de Agua y Energía de la provincia.
“Plan I”, se llamó al principio. Pero, pronto, los historiadores que llegaron al sitio advirtieron al municipio y a los propios vecinos que las casas estaban dentro de un terreno donde se había librado una sangrienta lucha entre unitarios y federales. La famosa Batalla del Pilar, que finalmente le dio el nombre al conjunto habitacional, ubicado a pocas cuadras de la plaza departamental.
“El 22 de setiembre de 1829 se produjo ese enfrentamiento entre unitarios y federales, que no tenía vinculación alguna con la política sanvicentina (Godoy Cruz en ese entonces se denominaba San Vicente). Habían pasado casi 10 meses del asesinato de Dorrego, que dio inicio a las hostilidades entre ambos grupos, y es aquí, en este lugar, donde se desarrolló uno de los combates”, comenta la historiadora Fabiana Mastrangelo y resalta que allí, en el zanjón, había un pilar que dividía las aguas de riego. Agrega que se trataba del Pilar de Sobremonte, que data de la época colonial.
Mastrangelo cuenta que entre las personas que fallecieron en el enfrentamiento se destaca la figura de Francisco Narciso Laprida, el líder unitario sanjuanino que presidió el Congreso de Tucumán durante la declaración de la Independencia el 9 de julio de 1816.
Previamente le habían dado muerte a Francisco Aldao, hermano de Félix Alado, al mando de las tropas federales. Vale señalar que algunos investigadores resaltan que un muy joven Domingo Faustino Sarmiento estuvo bajo las órdenes de Laprida en esa batalla y logró escapar de las armas de los federales, quienes fueron los vencedores. Justamente Laprida no tuvo la misma suerte y fue perseguido y ejecutado.
“Quien relata muy bien este enfrentamiento, casi como un testigo, es Damián Hudson en sus Recuerdos Históricos sobre la Provincia de Cuyo”, indica Mastrángelo, y recita las palabras de Hudson: “He ahí el sangriento triunfo alcanzado de un partido sobre otro, en la ciudad culta y pacífica de Mendoza, ofreciendo el ominoso, el degradante espectáculo de la ferocidad con que se desencadenan las pasiones en las guerras civiles”.
La historiadora toma las palabras de Hudson y resalta que fue un hecho que realmente sorprendió a la gente en un lugar que se encuentra a ocho cuadras de la plaza y la capilla de San Vicente. “Borges le dedicó su Poema conjetural al destino trágico de su pariente lejano, Laprida. Su final fue similar al de muchos de los protagonistas de nuestra historia: hombres doctos e intelectuales devenidos en soldados de la patria”, explica la historiadora de Godoy Cruz, que invita a la comunidad a participar de los cursos que periódicamente realizan sobre la gesta sanmartiniana y abordan temas de la historia local. En este sentido cuenta que en agosto se dictará un curso virtual con puntaje de la DGE para docentes y público en general.
En la plazoleta de Cervantes y Progreso, hace unos años fue reinaugurado el busto de Laprida y el municipio de Godoy Cruz y el gobierno de San Juan colocaron plaquetas recordatorias de aquel hecho de sangre. También se puede observar un mural alusivo de aquella batalla.
“Mi mamá me contaba que este lugar era un gran cañaveral y que al principio el barrio se llamaba Plan I de Agua y Energía, pero luego, por los hechos sucedidos aquí, pasó a llamarse Batalla del Pilar”, comenta Ana Fader, quien vive a muy pocos metros de la plazoleta. Y agrega: “Mi papá, Carlos también me contó que cuando comenzó la construcción al barrio lo llamaban El Cañaveral. Se trata de un barrio lindo, residencial”.
Uno de los vecinos recordados en el barrio es Alejo Calderón, expresidente de la Unión Vecinal y exconcejal del Partido Vecinalista Tomás Godoy Cruz. En una nota realizada por Los Andes hace unos años, explicó que la construcción del barrio se inició en 1954, en las primeras manzanas que rodeaban Alsina, Cervantes, el carril Progreso y Ricardo Rojas.
La mayoría de los que allí se establecieron eran empleados de Agua y Energía, pero en las etapas siguientes se incorporaron trabajadores de YPF, mercantiles, de Gas del Estado, municipales y de otros gremios.