Barrancas, antiguo poblado huarpe junto al río Mendoza

Es un sitio muy importante desde el punto de vista arqueológico. Los vecinos impulsan el rescate de esta zona de amplia riqueza turística, vitivinícola y petrolera.

Barrancas, antiguo poblado huarpe junto al río Mendoza
Los estudiantes de la escuela secundaria Huarpes de las Barrancas, realizaron replicas de casas huarpes y un sistema de riego de huertas. Foto: Mariana Villa / Los Andes

Al sur de Maipú, del otro lado del río Mendoza, se encuentra Barrancas, una zona de amplia riqueza desde tiempos precolombinos. Fue un importante asentamiento huarpe, allí se instalaron los evangelizadores prácticamente desde principios de la fundación de Mendoza. La zona atravesó distintas etapas productivas, extracción de áridos, petróleo y desde hace años, una parte del distrito es reconocido por sus viñedos y zona cultivada de alta calidad.

El nombre tiene origen en los grandes paredones junto al río Mendoza, cuenta con numerosos ríos secos por donde bajan aguas pluviales, formando barrancas y huayquerías.

En “Las Barrancas. Tres épocas para su historia”, del recordado Carlos Dolcemáscolo, ex miembro de la Junta de Estudios Históricos, señala que el Valle posee un valioso patrimonio espiritual y físico, creado a través de un proceso que inicia su registro documental hace alrededor de cuatro siglos. También destaca que hasta 1884, perteneció al departamento de San Martín y durante la gestión del gobernador Rufino Ortega fue incorporado a Maipú.

La capilla Histórica Nuestra Señora del Rosario fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1.972. Foto: Mariana Villa / Los Andes
La capilla Histórica Nuestra Señora del Rosario fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1.972. Foto: Mariana Villa / Los Andes

El historiador padre Pedro Lozano, de la Compañía de Jesús, escribió que a principios del siglo XVII, Las Barrancas “…estaba muy poblado de indios, y que a pesar de estar éstos tan cercanos a la ciudad de Mendoza, estaban en ese tiempo poco instruidos en la religión por lo que los primeros misioneros jesuitas tomaron con mucho empeño el ejercicio de su ministerio en ese paraje”.

La capilla de Nuestra Señora del Rosario es el ícono del lugar, fue declarada monumento histórico nacional en 1972. “Cuenta con una nave única simple y estrecha y de cada lado una scacristía y contrasacristía, con acabados rúsiticos, techos madera y caña y galerías los costados”, detalla Paula Heredia, de Patrimonio de la Municipalidad de Maipú. También comenta que ahora cuenta con un campanario nuevo, pero el original era una campana atada a un antiguo árbol, que los religiosos con la ayuda de los habitantes originarios lo colocaron en lo más alto del árbol, frente a la capilla.

Heredia resalta que desde hace años se viene reconstruyendo la historia de Barrancas, gracias al interés de los mismos pobladores de la zona, junto a docentes de las escuelas y empresas, bodegas la mayoría. Y citó el circuito turístico por el lugar que hasta hace un tiempo estaba habilitado, gracias a un acuerdo con la bodega Flichman. “Allí los vecinos invitaban a conocer el sitio, pero la pandemia ha limitado la actividad. Un grupo de estudiantes de la escuela secundaria realizó un importante rescate de la cultura originaria. Así, junto a profesores del establecimiento realizaron una huerta típica y una “casa pozo”, características de los huarpes que habitaron esta parte”, indica la responsable de Patrimonio del municipio. Y aclara que ahora Barrancas es zona Verde, no se pueden desarrollar actividades de alto impacto. El trabajo de los alumnos también resalta la problemática de este pueblo de menos de 10.000 habitantes. El hecho de estar junto al río, las inundaciones están al frente de las consideraciones, pero también señalan la falta de accesibilidad y mal estado de los caminos, a pesar de estar a menos de 30 kilómetros de la capital provincial.

Sobre la reserva arqueológica, el arqueólogo Carlos Rusconi visitó el lugar hace 60 años y en su obra “Poblaciones pre y post hispánicas de Mendoza”, destaca el hallazgo de numerosos fragmentos de alfarería grabada y pintada y más de 30 restos esqueléticos. Similares hallazgos se registraron en fincas como Furlotti y Toso.

Club de caza y pesca de Maipú. Foto: Mariana Villa / Los Andes
Club de caza y pesca de Maipú. Foto: Mariana Villa / Los Andes

Arqueólogos locales también han trabajado y aún lo hacen en el sitio. Hace unos años hallaron importantes enterratorios.

“Toda esa zona, además de Cruz de Piedra y Lunlunta, fue en donde los españoles se asentaron y comenzaron a desarrollar la agricultura, el cultivo de la vid, el olivo y el trigo”, expresa Lucio Ortiz, periodista, declarado hace unos por el municipio vecino ilustre de Maipú. Sobre la riqueza arqueológica cuenta que él con amigos muchas veces se han encontrado con restos de alfarería y puntas de flechas en el lugar. También recuerda que en los años 60 y 70 la construcción de un lago artificial y el emprendimiento de unos maipucinos que necesitaban un lugar de esparcimiento y de momentos al aire libre, formaron el Club de Caza y Pesca, sobre la margen sur del río Mendoza. “Durante muchos años y todavía continúa, se constituyó en un lugar de camping, para comer asados, reuniones familiares y de amigos”, cuenta Lucio. Y agrega: “y a su vez, un grupo de intrépidos armaron un circuito de motocross en los cerros de Barrancas y luego hicieron un segundo circuito más cerca del Club Caza y Pesca, donde se desarrollaron importantes competencias nacionales e internacionales”.

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