Las dudas e incertidumbres sobre la alimentación saludable abundan en tiempos de buscadores e internet. ¿Realmente es mala el azúcar para el cuerpo? ¿Hay que comer grasas? ¿Y qué tipo de grasas o azúcares? La María Alejandra Rodríguez Zía, médica Clínica Endocrinóloga de la UBA arroja un poco de luz a tanta confusión.
“Cuando comemos grasa sola no se produce el estímulo de la única hormona necesaria para sintetizar grasa en el cuerpo, en cambio, cuando comemos azúcar, o sus derivados, es decir cualquier cosa que termine transformándose en azúcar en sangre si se estimula la salida de la insulina, que es la única hormona que va a originar toda una serie de mecanismos por los cuales se va a terminar sintetizando grasa en nuestro cuerpo”, inició ella.
Y siguió: “Cuando comemos grasa, la insulina se mantiene en reposo y el mecanismo que se origina justamente es el contrario a cuando comemos azúcar. Lo que ocurre al estar la insulina en reposo es que la grasa que comemos y la que tenemos en nuestro cuerpo se va degradando como fuente de energía. El misterio está en no consumir azúcar o las cosas que producen el aumento de azúcar en sangre para que no se sintetice la grasa en nuestro cuerpo porque la insulina está dormida”.
¿Qué es el azúcar?
Sin dudas lo contesta así: “Conocemos como azúcar a la sacarosa que es un producto industrializado que en realidad tiene muy pocos elementos que ha conservado de la naturaleza que es el originado de la caña de azúcar y de la remolacha. Luego la industria se encarga de hacer muchos pasos químicos hasta que quedan unos cristales con conservantes y blanqueadores. Estos están formados por un disacárido (sacarosa) formado por glucosa y fructosa”.
Para clarificar más María Alejandra Rodríguez Zía apuntó dos conceptos claros que ayudan a comprender qué sucede en el cuerpo cuando el azúcar hace de las suyas.
¿El azúcar es un alimento?
“Podríamos decir que no, o que sí y no. El término “alimento” viene de su raíz del latín “aquello que ayuda a crecer, nutrir”. Prácticamente, el azúcar como tal va a ayudar a dar energía de una manera rápida porque se puede quemar y producir energía si estamos hablando del azúcar que se transforma en glucosa en nuestra sangre y que entra a la célula. El problema es que en nuestro cuerpo las cosas no funcionan tan simplemente y por lo tanto si consideramos al alimento como algo que nos hace crecer entonces tenemos que contestar que el azúcar no es un alimento porque verdaderamente no está estructurando nuestro cuerpo”.
“Es importante hacer la diferencia porque cuando hablamos de sustancias que nos dan energía y que al mismo tiempo nos pueden ayudar a crecer ahí tenemos que hablar precisamente de las grasas. El azúcar puede ser un arma de doble filo. Por un lado, nos aporta calorías rápidas, es decir nos da energía, pero por el otro, no produce ninguna estructura, es decir no nos hace crecer”.
“La diferencia entre grasa y azúcar: las grasas si ayudan a producir energía y nos pueden ayudar a crecer y también estructuran nuestro cuerpo y el azúcar no. Solo produce un tipo de energía rápida o sencillamente se almacena como grasa. Podemos entonces vivir sin el azúcar. Si, y se puede conservar la salud sin el azúcar”.
¿Conviene consumir alimentos bajos en grasa?
La trampa en realidad está justamente en el enemigo blanco. La especialista lo deja muy claro con esta explicación:
“Cuando las empresas alimenticias venden sus productos con la etiqueta: “bajos en grasa” lo que hacen es eliminar la grasa pero añadir azúcar. Es 0% grasa, no engorda menos. A muchos productos le disminuyen el porcentaje de grasa y al no tener un sabor agradable, le añaden azúcar en reemplazo. Que bajen el 20% de algún ingrediente, no quiere decir que no le suban la cantidad de otro ingrediente”.
“La industria de los alimentos ni lerda ni perezosa tiene muchas razones por las cuales añadir los alimentos elaborados azúcar por ejemplo la de dar color, textura, la de producir una fermentación como por ejemplo el vinagre, el yogurt, el vino o la cerveza, conservar más tiempo los alimentos y por supuesto darles un sabor que tiene un camino desde las papilas gustativas a nuestro cerebro que lo hago altamente adictivo”.