Durante los poco más de seis meses de pandemia, la cantidad de denuncias por grooming se cuadruplicaron en Mendoza. Se trata de ciberacoso, una conducta de seducción por parte de un mayor a un menor por medios digitales.
Desde que se decretó el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio el 20 de marzo, las denuncias por esta causa rondan las 200, un 400% más que las registradas durante todo 2019. El año pasado se registraron alrededor de 100 durante todo el año, es decir, en 12 meses.
Así lo informó el fiscal de Delitos Informáticos, Santiago Garay, quien consideró que se trata de un tema de menor incidencia en el marco de la totalidad de los delitos cometidos por medios digitales. Es que estos últimos también registraron un incremento de 300% desde que inició el aislamiento.
Esto incluye todos los delitos informáticos como estafas, aquellos cometidos contra la integridad sexual, meterail de abuso sexual infantil y grooming.
Los afectados tienen entre 10 y 14 años, con mayor incidencia en torno a los 13 años. En Mendoza las redes que más se usan como canales para este tipo de delitos son Whatsapp y Facebook, sin embargo, los expertos aseguran que cualquier red o medio puede servir porque lo que despliega el groomer es una estrategia cada vez más cuidada.
A comienzos de octubre se presentó una propuesta a nivel nacional para prevenir este tipo de ciberacoso con la participación de áreas de gobierno, plataformas digitales y medios de comunicación. En ese marco se difundió que, según datos de Nación, el incremento en las denuncias a nivel nacional había sido de 135% en este mismo periodo.
Menos ingenuos
La estrategia habitual de quienes realizan grooming es tener un perfil falso en una red social, en un chat, un juego o cualquier otro medio en el cual aparecen como alguien de menor edad.
Así, apuntan a generar un vínculo de confianza con la víctima. Pueden solicitar material de índole sexual, que luego usan como mecanismo de extorsión para pedirle más y así se transforma en acoso.
En diálogo con Los Andes, el fiscal Garay detalló que el grooming es un proceso que se da en fases progresivas y que tiene por fin vulnerar la integridad sexual de un menor. Sin embargo, desde su punto de vista, niños, adolescentes y adultos ya no son tan ingenuos frente al tema ya que desde hace algunos años hay más información. Para el fiscal, en general, tienen recursos para detectarlo y evitar ser víctimas de la situación.
En ese sentido Garay aceptó que puede inferirse que hay más denuncias pero no más víctimas. “Hace unos años puede ser que no supieran los chicos, pero ahora ya saben y por eso hay aumento porque los chicos lo detectan y se denuncia más”, consideró.
Referentes en el tema expresaron que el incremento de estas situaciones está impulsado por la mayor conectividad que se produjo con la llegada de la pandemia. Los chicos tuvieron más tiempo disponible para estar en internet mientras que, incluso, muchos accedieron a dispositivos que antes no tenían debido a que han sido el medio para continuar con la escuela.
Bárbara Peñaloza, abogada especialista en Derecho Informático, destacó que esta mayor conexión más la desatención involuntaria por parte de los padres, que también están muchas horas conectados por las condiciones actuales, puede ser un factor.
“El delito del grooming tiene la característica de que se busca generar amistad y confianza por parte de la víctima. En el aislamiento esto de no poder estar con sus pares puede contribuir a generar un lazo con contacto en línea, por eso puede ser que los chicos estén bajando la guardia”, señaló la especialista.
También influye en algunos sectores el desconocimiento, tanto por parte de los chicos como de los padres. Es que a veces han escuchado sobre la temática pero desconocen cómo detectar el riesgo o cómo actuar. Por eso la abogada destacó la importancia de que los chicos reciban información de los padres pero también por parte de la escuela ya que está formando ciudadanos digitales.
Más tiempo de exposición aumenta el riesgo de sufrir alguna conducta criminal, dijo Jorge Chávez, abogado diplomado en Derecho y Tecnología. “En una edad en que la socialización es importantísima, en que se necesitan canales de comunicación, sentido de pertenencia, cuando los adolescentes empiezan a tomar decisiones con más independencia, con el confinamiento no socializan con nadie, no hay escuelas ni deportes. Entonces la situación los vuelca a internet porque la socialización van a buscarla en las redes sociales”, explicó.
Naturalización
El fiscal Garay señaló que el chico que accede a mandar fotos es uno que ya tiene manejo de las redes sociales y eso antes de los 9 años no sucede.
Explicó que en las redes puede pasar que los chicos incluyan amigos en grupos en los que no saben con certeza quién participa. “Ahí puede haber algún groomer que empieza a buscar víctimas y generalmente no llegan a consumar el envío de material, sino que queda en el pedido, porque los chicos están al tanto”, refirió Garay.
Por su parte, Chavez dijo que con el uso cada vez más habitual de comunicación digital -como videollamadas- empieza a naturalizarse y se pierden los cuidados. Así suceden ciertos accidentes, como gente que aparece “escasa de ropa” o que realiza prácticas no apropiadas. Por eso, elletrado advierte que muchas veces son los mismos chicos los que se exponen al subir ciertos contenidos.
Cómo prevenir riesgos sin invadir
Actividades en la casa como ejercicio, propuestas artísticas u otras alternativas son un mecanismo preventivo ya que deja menos tiempo disponible para las redes sociales u otros espacios por el estilo, según señaló el abogado Jorge Chávez.
En tanto, su colega Bárbara Peñaloza destacó que el control exhaustivo de los medios digitales por parte de los padres no es recomendable. “Debe resguardarse la privacidad. Se recomienda acompañar el acceso a la tecnología con educación digital”, aconsejó.
Remarcó que no se trata simplemente de entregar un dispositivo; debe ir acompañado de una explicación sobre que hay riesgos, cómo se tienen que cuidar, dar herramientas para que ante una situación de esta naturaleza puedan detectarla y defenderse.
Delito penal
En 2013, la Ley 26.904 incorporó el grooming como delito al Código Penal de la Nación. Allí se determina que el delito tiene penas de entre 6 meses y 4 años de prisión.
Refiere a quienes “por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contacten a una persona menor de edad con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”.