Augusto Faure, es un mendocino de 27 años apasionado por las motos. En noviembre del 2021 corrió una carrera en Baja California, México y se convirtió en el primer piloto argentino en finalizar la categoría “Pro Moto Ironman”.
El mendocino, corrió casi 44 horas sin parar y se llevó el cuarto puesto, con lo que completó una gran participación.
Desde los cinco años que comparte su pasión por las dos ruedas. “Somos tres hermanos, los tres hemos corrido motocross siempre. Ellos me transmitieron la pasión”, comentó Augusto a diario Los Andes.
El joven de 27 años tiene una empresa de transporte y en sus tiempos libres se dedica a entrenar para seguir haciendo historia.
La baja 1000, una de las competiciones más duras
La Baja 1000 es una de las competiciones más duras del mundo y Augusto venía desde hace mucho tiempo planeando su participación.
“Siempre me llamó mucho la atención. En 2021 me contacté con un equipo de México, me alquilaron la moto y un equipo de asistencia”, comentó el piloto.
Y así fue como arrancó con todo. El joven piloto eligió la categoría más difícil, “Pro moto Ironman”. Esta categoría se diferencia del resto ya que un solo piloto es el encargado de correr mil doscientas millas (2 mil kilómetros aproximadamente).
Con el equipo en marcha, Faure arrancó con su entrenamiento. En sus ratos libres empezó a viajar en moto, de Mendoza a San Juan y después en parte de montaña.
“Tengo un trabajo que me demanda mucho tiempo, me preparé físicamente lo mejor posible. Simulé en los entrenamientos lo que más podía la carrera. Lo máximo que llegué a andar acá fueron 24 horas seguidas”, agregó.
Los obstáculos en el camino
En noviembre, Faure aterrizó en México junto a su papá, su hermano y un amigo, quienes lo acompañaron durante toda la carrera.
“La carrera largó a las 2 de la mañana. Pasas por todo tipo de terreno: tierra, arena, playa. La organización da a conocer un mes antes el circuito, por lo que uno se encuentra con el camino muy desgastado y roto”,
Una vez que arrancó la carrera, el mendocino tuvo complicaciones que jamás imaginó: “Se me hizo muy duro el circuito, porque en la milla 80, se me rompió la moto, la caja de cambio, y la moto quedó solo hasta cuarta, por lo que perdí mucho rendimiento”.
“Hice toda la camino cuidando el motor porque venía haciendo mucho ruido y pasé a cuidar mucho más la nota. Hasta la milla 500, la hice sin asistencia, porque hubo un problema con el equipo que yo había contratado, por lo que me quedé sin agua, sin comida y le iba echando aceite del que encontraba”.
“Después de la mitad de la competencia, me encontré con mi familia que iban siguiéndome en una camioneta particular y pude empezar a comer y hacerle un mínimo mantenimiento a la moto, que venía bastante rota desde el principio”.
Si embargo, nada impidió que Augusto finalizara la carrera. Después de 43 horas y 20 minutos el joven llegó a la meta final. “Terminar fue un sueño cumplido, es muy loca esa carrera. Es una experiencia impresionante”.
Actualmente el joven piloto está entrenando para seguir cumpliendo sus sueños. Esta vez se trata del Dakar: “Un Dakar en moto sería lo máximo, es mi sueño”.