Científicos del Conicet encontraron un uso innovador para el maní que podría marcar un hito en la lucha contra el dengue. Un equipo liderado por los investigadores cordobeses Carola Sabini y Elio Soria descubrió que el tegumento del maní —la fina cáscara rojiza que recubre la semilla— tiene propiedades antivirales capaces de inactivar el virus del dengue en un 100%, según demostraron en estudios in vitro.
El hallazgo, publicado en octubre en la revista Plants, también evidenció que el extracto de la cáscara es seguro tanto in vitro como en pruebas preliminares en ratones. Esto lo posiciona como un prometedor candidato para el desarrollo de medicamentos o productos alimenticios con propiedades antivirales.
El mecanismo antiviral del tegumento radica en su capacidad para inhibir los primeros pasos de la infección del virus en las células. Actúa tanto como virucida —destruyendo el virus directamente— como profiláctico, previniendo la infección. Inicialmente, el equipo se centró en el serotipo DENV-2, uno de los más comunes en Argentina, aunque ya están evaluando su efectividad contra otros serotipos con resultados alentadores.
LAS FUTURAS APLICACIONES
Sabini explicó a Clarín que planean desarrollar un fitofármaco para tratar infecciones por dengue, además de bebidas funcionales y suplementos dietarios que podrían fortalecer el sistema inmunológico como medida preventiva. A diferencia de simplemente consumir maní con cáscara, estos productos concentrarían los compuestos bioactivos en dosis óptimas y seguras.
El estudio forma parte de años de investigación en el Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud (INICSA-UNC-Conicet), en colaboración con el Instituto de Biotecnología Ambiental y Salud (INBIAS-UNRC-Conicet). Sabini, cordobesa, microbióloga y experta en virología, destacó que eligieron el maní por sus múltiples propiedades y por su importancia económica en Córdoba, principal región productora del país.
Además de su impacto potencial en la salud pública, el proyecto resalta el valor de aprovechar recursos locales como el maní, ya utilizado en otras innovaciones como la generación de biomasa para electricidad.
Aunque los resultados iniciales son prometedores, los investigadores aún deben realizar ensayos en modelos animales para avanzar hacia el desarrollo de un medicamento. Los tiempos son difíciles de prever, pero el descubrimiento ya sienta las bases para un tratamiento innovador que podría reducir los efectos del dengue y prevenir nuevas infecciones.