Alrededor de 160 vacunas se están desarrollando contra el SARS-CoV-2 en todo el mundo, con el objetivo de llevar una al mercado en un tiempo récord para aliviar la crisis mundial. Una de ellas es la vacuna rusa, conocida como Sputnik V.
Inventada de forma artificial, sin ningún elemento del coronavirus en su composición, esta vacuna se presenta en forma liofilizada, es decir, como un polvo que se mezcla con un excipiente para disolverlo y luego administrarlo por vía intramuscular.
El fármaco utiliza una tecnología de adenovirus humano de dos vectores diferentes, Ad5 y Ad26, para una primera y una segunda inyección. Sin embargo, Sputnik V no contiene adenovirus humanos vivos, sino vectores adenovirales humanos que no son capaces de multiplicarse y son completamente seguros para la salud.
Se basa en una plataforma de vacuna de dos vectores ya existente, desarrollada en 2015 para tratar el ébola, que superó todas las fases de los ensayos clínicos y fue utilizada para derrotar la epidemia de esa enfermedad en África en 2017. Varias otras empresas están utilizando también plataformas basadas en vectores adenovirales humanos para sus vacunas contra el COVID-19, como Johnson & Johnson, que usa solo el vector Ad26, y la china CanSino, que emplea únicamente el Ad5.
Denis Lugunov, director del Centro Gamaleya y miembro de la Academia Rusa de Ciencias explicó sobre cómo se logró una vacuna en tan corto plazo: "La forma de trabajar con esta vacuna ha sido elaborada hace mucho tiempo. Lo que hicimos fue trabajar en una plataforma ya desarrollada. Cambiamos e insertamos una proteína que es responsable por la producción de la proteína S, teniendo la tecnología se puede desarrollar en breve plazo, haciendo las modificaciones. Fue un camino muy largo para el que tuvimos que trabajar minuciosamente”.
“Ha probado un 100% de efectividad en la población que fue vacunada. Nuestro mayor enfoque es la seguridad del ser humano al utilizar esta vacuna. La inmunidad duraría entre 1 y 2 años. En cuanto a los efectos colaterales, hay un pequeño porcentaje de personas que experimentaron fiebre, enrojecimiento en la zona de la inyección, pero no se presenta ninguna complicación grave ni moderada como ha sucedido con otras, y eso está relacionado con que nuestra vacuna presenta un gran nivel de purificación y tiene una ventaja ya que unifica dos vectores”, explicó Kirill Dmitriev, quien dirige el Fondo de Inversión Directo de Rusia.
Según Lugunov, hay 16 mil personas que ya han recibido la vacuna en etapa de ensayo clínico; todas las demás personas la recibieron inicialmente como voluntarios pero paralelamente también están vacunando al personal de la salud y otras especialidades: “También estamos llevando a cabo un plan de vacunación a personas que conforman los grupos de riesgo”.
De acuerdo con lo que destaca Infobae, fue el propio Dmitriev quien relató que sus padres de 74 años se inscribieron como voluntarios para aplicarse la vacuna Sputnik V y quedaron sorprendidos con los resultados: “Recibieron la vacuna y mi padre ha logrado niveles muy altos de anticuerpos de acuerdo a los estudios de sangre que se realizaron posteriormente; realmente quedaron muy entusiasmados. A mediados de noviembre vamos a recibir un gran volumen de información tras la participación de las 40 mil personas que nos permitirá realizar conclusiones”.
Por el momento, el 9 de septiembre comenzó la tercera fase de ensayos clínicos de Sputnik V, con la participación de 40.000 personas. Más de 60.000 voluntarios se inscribieron en Moscú para tomar parte en las pruebas y más de 40 países han expresado ya su interés en obtener la vacuna.
¿Cómo se coordinaría la vacunación en otros países? “Varios países se unirán a la investigación, entre ellos Emiratos Árabes Unidos, India, Venezuela, Egipto y Brasil. También estamos en vías de diálogo con Argentina y con Perú para poder realizar allí los ensayos clínicos. De hecho, en Argentina hay dos provincias que están a punto de suministrar los contratos para la vacuna, y pronto los hospitales realizarán los ensayos clínicos en la población. Tratamos de acelerar nuestro diálogo y esperamos poder completar esos acuerdos en noviembre”, apuntó Dmitriev.
Además, el especialista explicó que si bien están trabajando para satisfacer las necesidades de Rusia también es importante para ellos producir la vacuna en otros países como Brasil, Venezuela o México: “Serían mil millones de dosis”.
“No se puede apostar a una única vacuna contra el COVID-19. Cuantas más vacunas haya, más fácil será encontrar una solución para el nuevo coronavirus”, enfatizó Dmitriev. Por el momento, las más prometedoras son las de Moderna, Pfizer, Oxford- AstraZeneca y Sinopharm, que ya mostraron promisorios resultados.