“El Hapkido es una arte marcial coreana que utiliza mucho los movimientos de manos y de brazos, que tiene combate, pero también reducción. Conocerlo da seguridad. Una persona que lo entrena, sabe eludir el peligro, y sabe cómo enfrentarse e imponerse. Pero siempre se apunta a evitar el ataque, a no buscarlo”. La frase pertenece al profesor y artista marcial mendocino, Jorge Olguín (62), quien hace 45 años enseña Taekwondo y la mencionada disciplina y quien es parte de la Asociación Mendocina de Taekwondo, de la que fue uno de los fundadores en 1986. “Aplicado a la defensa personal, el Hapkido es algo que está creciendo, ¡y mucho! Son muchas las mujeres que se han acercado con la idea de aprenderlo para sentirse más tranquilas”, continúa el referente, quien precisamente será el encargado de dictar una clase de Defensa Personal Femenina el próximo viernes.
“Aplicada como técnica de defensa personal, existen algunos protocolos que se deben aplicar. Nunca debe apuntarse a que sea la persona que intenta defenderse provocó la situación. Es decir, tiene que existir una necesidad, un episodio de peligro inminente. Y la acción no debe exceder el mal que la otra persona te va a provocar a vos”, resume Olguín, quien también aclaró que existe un marco legal para que precisamente la intervención cuadre como defensa personal.
“El Hapkido aporta cierta seguridad cuando uno o una está en la calle. Porque te permite entender tu cuerpo, hacer una canalización entera y conectamos con el cuerpo en cuanto a la respiración, la relajación y a actuar con sabiduría, además de saber cuándo actuar. Eso es clave, saber cómo actuar y como reaccionar según como te agarran”, destaca Mariel Funes (26), estudiante de Arquitectura y quien practica desde hace 13 años esta arte marcial.
“La idea es no buscar el peligro, no atraerlo ni provocarlo. La idea es saber evitar la situación”, agrega la joven.
Defensa personal y equilibrio espiritual
Jorge Olguín es séptimo Dan en Taekwondo y tercer Dan en Hapkido. Ambas artes marciales se consideran “hermanas” y tienen sus orígenes en Corea. “El Hapkido nació en 1945, después de la ocupación de Corea. Y es un arte marcial y una técnica en la que, a través del mismo cuerpo y sin armas, uno puede defenderse y reducir”, describe el experimentado instructor, quien desde 2015 se desempeña como árbitro nacional y desde 2017 es entrenador del seleccionado mendocino de formas (ejercicios individuales).
“Se trata de un arte marcial exclusiva de lo que tiene que ver con defensa personal. En este tiempo ya hemos dado seminarios y capacitaciones de forma individual a efectivos y efectivas de la Policía. Mediante el Hapkido se trabaja en la reducción o colocación de esposas. Incluso, aplicado en lo que es defensa personal, se puede reducir a otra persona y llevarla al piso sin ni siquiera golpearla”, describe el instructor.
Si bien no hay una edad límite para la práctica del Hapkido, se recomienda reforzarlo a partir de la adolescencia (hasta entonces, se pueden aprender algunas nociones). “En este momento, en este contexto de inseguridad y peligro, la mujer está pidiendo estos cursos. Y le interesa mucho todo lo que es el marco legal, para saber cómo actuar”, describe Olguín.
Precisamente en las capacitaciones especiales que ha dado a miembros de la Policía y en los talleres abiertos a mujeres en general –como el que dictará este viernes próximo-, el instructor hace un énfasis especial en los protocolos y el marco legal. “Para evitar excederse, incurrir en algo peligroso y que se vuelva en contra de la persona”, aclara. “En cuanto a los movimientos, el Hapkido utiliza todo el cuerpo. Y si bien reducir a una persona no es algo fácil, se puede lograr a través de golpes de piernas, brazos y puños; incluso tanto de frente como de espalda”, resume Olguín.
Además de la recomendación de no ser quien busca el peligro, sino –por el contrario- quien intenta eludirlo o evitarlo, el maestro mendocino también advierte que no hay que creerse que uno está en una película de acción de artes marciales. “Si tenés que defender tu vida frente a una persona que tiene un arma, es claro que es preferible no enfrentarse y proteger la vida. Nunca hay que exponerse, eso queda solo para las películas”, reflexiona.
En primera persona
Mariel Funes vive en Mendoza, tiene 26 años y lleva exactamente la mitad de su vida practicando Hapkido. “Siempre he entrenado y es una excelente herramienta en todos los sentidos, me permite canalizar el estrés. En malos momentos, por ejemplo, me ha ayudado muchísimo y me ha servido como complemento. Lo he trabajado de manera interdisciplinaria, como ayuda psicológica”, describe la joven, quien no duda en definir al Hapkido como “un estilo de vida”.
La joven se detiene, además, en distintos episodios en los que se ha sentido preparada para hacer frente gracias a este entrenamiento. “En cosas tan básicos como agarrar la mochila se puede llegar a aplicar. Yo voy y vengo caminando de la facultad todos los días, y a veces vuelvo tarde. Y, aunque no lo creas, hay maneras de agarrar la mochila para que no te la puedan sacar, tironear y ni siquiera abrirla. Incluso, hay maneras de respirar logrando adaptarse a la fuerza en el cuello, como para poder seguir respirando cuando te ahorcan. Entiendo que a veces cuesta –y mucho- andar por la calle, sobre todo de noche. Pero si uno bloquea a la persona, la deja totalmente inmovilizada y sale corriendo, uno puede quedar a salvo. La idea no es lastimar, ni agredir ni actuar violencia. Simplemente zafarnos”, describe la joven, quien –incluso- agrega que hasta se puede “aprender” una forma de caer de la bicicleta sin lastimarse con la práctica.
“El Hapkido ha ido evolucionando y sigue cambiando. Cada vez vamos puliendo más, imaginate que hay maneras de zafar hasta con una simple lapicera en la mano. La clave es poder entender u hacerlo con inteligencia y que sea puramente natural. Y está buenísimo que todos puedan entender el arte marcial y conocerla”, concluye con pasión.
Curso de defensa persona femenina en Mendoza
El instructor y profesor de artes marciales Jorge Olguín dictará el viernes 26 de agosto un curso de defensa personal para mujeres en Mendoza. El objetivo es justamente brindar herramientas técnicas y psicologías para solucionar una eventual situación de agresión física.
Entre los contenidos que se abordarán, se destaca el protocolo de prevención de situaciones violentas, el marco legal que ampara al accionar defensivo y las técnicas de defensa personal (golpes, defensas, evasiones, caídas), además de distintas recreaciones.
Para inscribirse hay que anotarse en este link - https://docs.google.com/document/d/18eXZR14UoilxLMBBj6r_QIqrb7xDN549/edit- y tiene un costo de 1.500 pesos por persona.
La cita es en San Martín 2839, de Ciudad de Mendoza, y comienza a las 20 (hay que presentarse 15 minutos antes para acreditación). Constará de dos módulos: de 20 a 20:50 –primero- y de 21:05 a 22 –segundo-.
En cuanto a la vestimenta y requisitos, la indicación es llevar ropa cómoda de gimnasia, zapatillas livianas, una botella de agua y una toalla.