El Gobierno nacional intensificó en las últimas horas las gestiones para traer otro cargamento de las vacunas rusas contra el coronavirus para evitar así que se interrumpa el plan para inmunizar a la población: en la Capital Federal ya advirtieron que este fin de semana se quedarán sin dosis y la misma situación atraviesan otras jurisdicciones.
Por lo pronto, las tratativas que encaró la ministra de Salud, Carla Vizzotti, para acceder a una nueva partida de la medicación que desarrolló el instituto ruso Gamaleya, denominada Sputnik V, siguen abiertas.
Aunque inicialmente se habló de unas 500.000 dosis, en la Casa Rosada salieron a aclarar que aún se desconoce el número exacto y que todo depende de la respuesta de las autoridades rusas. Y aclararon que el dato se informará cuando el avión de Aerolíneas Argentinas esté cargado en Moscú.
Vizzotti y los otros funcionarios del gobierno nacional involucrados con las gestiones para acceder a la medicación contra el coronavirus priorizaron los trabajos para que en las próximas horas parta el avión de AA hacia Rusia, con la esperanza de que ese cargamento evite un freno en el ya lento plan de inmunización.
El primero en advertir la situación fue el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien en la víspera advirtió que este fin de semana se quedará sin vacunas en su jurisdicción. “El panorama es preocupante. Si no entran más vacunas, este fin de semana nos quedamos sin vacunas”, dijo en declaraciones a TN.
La situación que describió Rodríguez Larreta es generalizada e inclusive más alarmante en provincias como Córdoba, en donde los turnos para aplicar la primera dosis de la medicación se terminarán este miércoles y luego habrá que esperar que ingresen nuevas dosis. Tal como lo indicó La Voz, allí solamente queda un remanente de segundas dosis.
El apremiante faltante se explica porque la última partida de vacunas contra el coronavirus llegó al país el pasado 1 de marzo: fueron 732.500 dosis (702.400 del primer componente y 30.100 del segundo) de la Sputnik V.
Con aquel último ingreso, el país recibió un total de 4.050.540 de dosis, cifra que incluyó 2.470.540 dosis de Sputnik V; 580.000 dosis de la Covishield, desarrollada por la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca y producida en India; y 1.000.000 de dosis de la vacuna china Sinopharm.
Los números oficiales indican que, hasta este miércoles 17 de marzo, se repartieron en las distintas jurisdicciones un total de 3.823.465 de dosis. Con ellas, 2.170.116 de personas recibieron la primera aplicación, y 497.987 completaron el tratamiento con la segunda.
Pero de esas 2.668.103 aplicaciones, solamente el 36.3% se destinó a las personas que integran el grupo de riesgo del coronavirus, ya sea porque son mayores de 60 años (805.545 aplicaciones) o porque tienen complicaciones de salud (165.074 aplicaciones).
Esos son los guarismos que más preocupan sobre un plan de vacunación “lento”, en parte, por la extrema demanda internacional para acceder a la medicación contra la pandemia. El propio infectólogo Eduardo López, uno de los que integra el comité que asesora al presidente Alberto Fernández, cuestionó la marcha del operativo para inocular a la población y alertó, sobre todo, por el escenario que afrontan los pacientes de riesgo ante el golpe de una segunda ola y las nuevas cepas, como la de Brasil.
“La tasa de letalidad es alrededor de los 72 y 74 años. Y este grupo se está vacunando muy lentamente. Son 7,4 millones, para hacer números redondos, y si tenemos que dar dos dosis tenemos que dar 15 millones de dosis y la Argentina no ha recibido ni la mitad de esa cantidad de dosis para ese grupo. Con lo cual, estamos muy atrasados en la provisión de vacunas y, a su vez, entre la distribución de vacunas y la aplicación hay un desfasaje de un 35%, según los datos oficiales”, precisó López.
El cuello de botella
A partir del escándalo que se generó cuando se conoció que en el Ministerio de Salud funcionó un “Vacunatorio VIP”, con el que un grupo de selectos empresarios y dirigentes políticos recibieron la medicación de manera anticipada y por el que echaron a Ginés González García de la cartera sanitaria, el Gobierno nacional creó un Monitor Público para darle transparencia al plan oficial.
Y los datos que figuran allí indican que el ránking de las jurisdicciones que más vacunas recibieron lo lideran Buenos Aires (1.456.605), Capital Federal (357.325), Santa Fe (296.200), Córdoba (295.500) y Mendoza (161.250). La distribución se realiza bajo criterios poblacionales y luego cada administración define los parámetros del cronograma para aplicar la medicación.
Según esos guarismos, a Córdoba solamente le queda aplicar el 21,7 por ciento de las dosis recibidas: 187660 recibieron la primera dosis y 43571, la segunda. En tanto, Mendoza, cuenta todavía con el 41,3 por ciento de lo enviado: 80567 recibieron la primera dosis y 14056, la segunda.
En Capital Federal y en la provincia de Buenos Aires el ritmo es similar, ya que ambas tienen hasta este miércoles un stock equivalente al 23,9% y 26,9% de lo recibido. Un elemento a tener en cuenta, es que la administración de Rodríguez Larreta aún no comenzó a vacunar a mayores de 80, mientras que en el territorio que administra Axel Kicillof avanzan con la inmunización de ese grupo etario y de otras personas del grupo de riesgo.
La esperanza oficial
El Gobierno espera que las dosis que lleguen ahora de Rusia permitan continuar con el programa hasta la semana próxima, cuando deberían arribar al país 3.000.000 de dosis de la china Sinopharm.
Por lo pronto, esa es la proyección más clara sobre el futuro inmediato aunque el infectólogo López también se encargó de impulsar los pedidos para que la Casa Rosada amplíe las conversaciones con otros laboratorios.
“Creo que hay que ir a trabajar con otros laboratorios, llámese Janssen, de Johnson & Johnson, que ya tiene la vacuna aprobada en los Estados Unidos, hay que volver a tratar de negociar con Pfizer, nosotros necesitamos negociar con múltiples laboratorios para tener más cantidad de vacunas”, apeló.
Pero más allá de las expresiones de deseo, el acceso a las vacunas se convirtió en una verdadera odisea. A saber, recientemente la compañía AstraZeneca, que produce la medicación que desarrolló la universidad de Oxford y una primera fase la realiza en la Argentina, informó que logró un acuerdo con los Estados Unidos para acelerar la terminación de su producto ante las complicaciones que afrontan sus laboratorios en México.
En el interín, el Gobierno espera que en los próximos días la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorice el uso de la vacuna Sinopharm en personas mayores de 60 años.
El estado de situación es muy diferente al que auguró en febrero pasado el ex ministro González García cuando proyectó, durante una presentación en el Congreso de la Nación, que la Argentina accedería a 30 millones de vacunas.
El entonces titular de la cartera sanitaria repasó que se habían concretado gestiones para acceder a 23,4 millones (entre las partidas de Sputnik y AstraZeneca), y 9 millones de COVAX (fondo de la Organización Mundial de la Salud).
Por aquel entonces se hablaba de negociaciones abiertas con la firma china CanSino, Pfizer, Janssen de Johnson & Johnson, Moderna y el Instituto brasileño Butantan que produce la vacuna Sinovac Biotech.