27 de febrero de 2025 - 07:00

"Aprendí a vivir como alguien sano": historia del primer trasplante de riñón y páncreas en Mendoza

A una década del primer trasplante combinado para pacientes diabéticos en Mendoza, la nueva vida de Gabriel Cejas que animó a decenas de personas a operarse.

Gabriel Cejas, hace diez años, comenzó una nueva vida. Tuvo que “aprender a vivir como alguien sano, a vivir bien”. Lo más significativo para Cejas, el primer paciente diabético que se sometió a un trasplante combinado de riñón y páncreas en Mendoza, fueron esos cambios pequeñitos, pero que lo cambian todo. Ahora no se cuida en demasía en las comidas, puede planear con anticipación unas vacaciones u organizar una juntada con sus amigos, sin preocuparse de cómo saldrá de diálisis.

“Muchas veces quedaba internado, o descompuesto o muy débil. No sabía cómo me iba a sentir al otro día de la diálisis. Tenía miedo al principio porque conlleva un alto riesgo operarse, pero sabía que si no lo hacía hoy estaría muy mal. La diabetes es una enfermedad mortal”, confiesa este mendocino de 45 años, que hace una década dejó de ser diabético y aprovecha, cada vez que puede, para insistir en la importancia de donar órganos.

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"Tuve que aprender a vivir como alguien sano": la historia del primer trasplantado de riñón y páncreas en Mendoza

Historia de un trasplante: Volver a vivir

A Gabriel le diagnosticaron diabetes a los 13 años. No era fácil digerirlo. Factores emocionales, como la pérdida de una tía muy allegada y querida por él, más una golpiza que recibió en la calle desencadenaron precozmente en Cejas una enfermedad a la cual ya tenía predisposición genética.

Su diabetes fue avanzando rápidamente y, a los 29 años, Gabriel ya era un paciente en diálisis, ese tratamiento que asiste a los riñones cuando no pueden filtrar la sangre de manera adecuada. Así estuvo durante más de 5 años sometiéndose a una máquina cada tres días, mientras su páncreas también se deterioraba. Cuenta Gabriel que su carácter sociable lo ayudó a encontrar en la clínica un apoyo emocional. Incluso llegó a trabajar como administrativo en ese centro de salud por un tiempo y eso facilitó bastante la logística de su tratamiento.

Cejas ya estaba en la lista de espera para ser trasplantado de páncreas y riñón en Buenos Aires, pero un día lo llamaron de su obra social, OSEP, y le propusieron realizarse el trasplante combinado en Mendoza. Era el primero de la lista para entrar a una cirugía de ese tipo, con todo el riesgo que implicaba. Sin embargo, Gabriel disipó sus temores enseguida, enfocándose en “todo lo que iba a ganar si salía bien la operación”. Y no se equivocó.

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"Tuve que aprender a vivir como alguien sano": la historia del primer trasplantado de riñón y páncreas en Mendoza

“En estos diez años me cambió la vida. Cuando sos trasplantado de páncreas y riñón ya no tenés diabetes y no hacés más diálisis. Ya no me cuido en nada, mi vida es normal. Como y tomo de todo, pero cuido de no pasarme en nada. Hoy mi vida es buenísima comparada a ese momento antes de operarme”, dice el estudiante del profesorado de Lengua y Literatura, una carrera que se animó a estudiar después de la intervención.

El sueño de Gabriel es seguir viajando, conociendo nuevas personas, hacer intercambios de idiomas y recibirse de “profe”. Y, por qué no, encontrar a su amor. Hoy sus días son de gratitud por aquella familia anónima que decidió donar los órganos de su pariente fallecido, por el equipo médico que le dio la oportunidad de vivir de otra manera y a su familia, que lo contuvo "siempre”.

El trasplante de páncreas, un cambio de vida radical

El doble trasplante combinado de riñón y páncreas a Cejas se realizó en el Hospital Español, el 15 de septiembre de 2015. Desde entonces sigue siendo el único centro de alta complejidad de Mendoza y de la región de Cuyo activo para realizar este tipo de intervenciones, aunque no muy frecuentes, fundamentales para cambiar la calidad de vida a pacientes con diabetes avanzada.

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Diego Cutropia, cirujano y actual coordinador de los Programas de Trasplantes del Hospital Español.

Diego Cutropia, cirujano y actual coordinador de los Programas de Trasplantes del Hospital Español.

Diego Cutropia fue el cirujano responsable de realizar el primer trasplante de páncreas en Mendoza. Él, junto a un equipo de cirujanos, expertos en trasplante renal, lograron hacer la doble ablación y el implante de ambos órganos en el cuerpo de Gabriel Cejas. Los resultados de recuperación fueron “excelentes”, lo cual animó a más de 40 pacientes diabéticos a someterse a este tipo de intervención durante la última década.

En diálogo con Los Andes, Cutropia asegura que el trasplante de páncreas permite que el paciente diabético no dependa más de la insulina ni la diálisis. “Eso es lo que busca el trasplante de estas características: que los pacientes diabéticos dejen la diálisis. La gran mayoría es trasplantado de riñón. Mejoran muchísimo, pero siguen siendo diabéticos y siguen deteriorándose otros órganos con el tiempo. Entonces cuando al trasplante de riñón le sumás el trasplante de páncreas, lo sacas al paciente de esa situación de diabetes para siempre”, explica el actual coordinador de los Programas de Trasplantes del Hospital Español.

Por qué el trasplante combinado no es para todos

Si bien el riesgo de mortalidad del trasplante combinado no es “mucho mayor” que el de riñón solo, Cutropia asegura que la ablación (extracción de órganos) y el implante posterior “no es para todos los pacientes”. En este sentido, los requisitos son muy exigentes debido a la complejidad de la intervención, aclara el cirujano.

De hecho, se realiza un examen minucioso del paciente diabético para corroborar si está apto o no para poder someterse a tamaña cirugía. En concreto, debe estar en diálisis, tener entre 18 años y 50 años (incluso en ese rango etario dependerá en qué condiciones físicas se encuentra). El paciente no debe presentar problemas en su capacidad cardíaca, no debe tener caries ni otra infección. Tampoco haber tenido infartos previos, ni haber sido oncológico.

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Diego Cutropia, cirujano y actual coordinador de los Programas de Trasplantes del Hospital Español.

Diego Cutropia, cirujano y actual coordinador de los Programas de Trasplantes del Hospital Español.

El trasplante de páncreas para el paciente diabético es el menos frecuente, asegura Cutropia, ya que se realiza generalmente a quien no responde a la insulina y su riñón funciona normalmente.

En cualquier caso, el páncreas apto como donante suele pasar por controles muy estrictos. La edad máxima es de 45 años de la persona fallecida (en casi la totalidad de los casos, salvo excepciones muy puntuales), que donó su páncreas, ya que debe evitarse el deterioro de las células pancreáticas, propio de la edad, aclara el cirujano.

Cutropia asegura que la clave es que no baje la cantidad de donantes para que los pacientes que necesitan con urgencia un órgano o tejidos pasen menos tiempo en lista de espera. Asegura que el número en los últimos años “viene disminuyendo” a nivel nacional.

“La gente debe entender el tema de la donación. Se pasa mucho por alto si no se tiene a alguien en la familia padeciendo este problema. La gente no se da cuenta que puede salvar varias vidas siendo donantes”, agrega Cejas, agradecido por partida doble, a esas almas tan solidarias como anónimas.

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