El director de Flora y Fauna del Chubut, Fernando Bersano, confirmó hoy que “aparecieron al menos seis ballenas muertas en el Golfo Nuevo” cerca de la localidad de Puerto Pirámides, sobre el noreste de este distrito, por lo que se “trabaja en las autopsias para procurar establecer la causa” de los decesos.
El funcionario, en diálogo con Télam, dijo que no recuerda “una mortandad de estas características en tan poco tiempo” y prefirió no arriesgar posibles causas hasta tanto no culmine la tarea de los investigadores del Centro Nacional Patagónico, dependiente del Conicet.
La particularidad de los cadáveres es que no se encontraron en estado de putrefacción, lo cual lleva a deducir que la muerte es reciente y tampoco presentaban signos de debilidad pues, por el contrario, “tienen todo el aspecto de haber estado bien alimentados” explicó Bersano.
La zona del Golfo Nuevo fue noticia recientemente por la aparición de desperdicios plásticos en la costa proveniente de los desechos de la industria pesquera, pero se descarta que de allí pueda venir la mortandad masiva. ”La primera hipótesis para descartar es una floración de algas tóxicas como se difundió”, aclaró Bersano.
En la tarea de investigación trabajan de manera conjunta la Dirección de Fauna, el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) e investigadores del Centro Nacional Patagónico con sede en Puerto Madryn.
En Chubut se cuenta con un equipo experimentado en el estudio y seguimiento de ejemplares de ballenas francas australes (Eubalaena australis) que se encuentra por estos días con su mayor población en los golfos “Nuevo” y “San José” ubicados al sur y al norte de Península Valdés, espacios que le dan a ese accidente geográfico la caprichosa forma de hongo que se dibuja en el mapa.
Los primeros estudios y extracción de muestras se realizaron sobre dos de los ejemplares que fueron encontrados flotando y no se descarta que puedan existir más que aún no fueron divisados.
Los ejemplares son adultos y no presentaban lesiones, por lo que se presume que sus muertes se produjeron por algún tipo de ingesta con un agente que bien podrían ser microorganismos productores de toxinas.
Con los primeros informes se activó la alerta que puso en marcha la “Red de Fauna Costera” que alinea a todos los equipos de investigación y rescate.