Buscan anunciar “actividades no escolares” para alumnos que están terminando la primaria y secundaria

Desde el Gobierno nacional buscan además que se implemente un “semáforo epidemiológico” que les indique a gobernadores e intendentes cuándo podrán avanzar en el regreso a las clases presenciales.

Buscan anunciar “actividades no escolares” para alumnos que están terminando la primaria y secundaria
Nicolás Trotta, ministro de Educación de la Nación.

Este martes en la tarde desde el Ministerio de Educación nacional, presentaron un borrador ante la reunión con los 24 ministros de educación de las provincias, para tratar las negociaciones por la vuelta a clases presenciales.

Desde la cartera que dirige Nicolás Trotta presentaron dos líneas principales: por un lado, actividades “no escolares”, es decir, “actividades educativas y culturales”, que las jurisdicciones podrán hacer en clubes u otros espacios para revincular a los alumnos con más problemas educativos, y sumados a ellos los que están terminando la primaria y la secundaria. Esas actividades serán “a la medida” de cada jurisdicción, según detalló Clarín.

Pero el segundo capítulo de ese borrador es la presentación del “indicador epidemiológico objetivo” que permitirá orientar a las autoridades de ciudades de más de 500 mil habitantes sobre los riesgos de la vuelta a clases presenciales. Dicho indicador será una especie de “semáforo” o triage, en una escala de tres posibilidades: riesgo alto, moderado y bajo, que les indicará a gobernadores e intendentes cuándo podrían avanzar en el regreso progresivo y escalonado a las clases presenciales.

Todo esto seguirá en plena negociación entre el Gobierno nacional y las provincias, ya que la intención del Ministerio de Educación nacional es que, una vez presentadas estas líneas generales, sean los gobernadores quienes tomen la decisiones en sus territorios.

Qué son las actividades “no escolares”

Las “actividades no escolares” están enmarcadas en el “programa Acompañar”, que el Ministerio de Educación presentó a mediados de septiembre con el objetivo “acercar herramientas y contención a aquellas niñas, niños y adolescentes que hayan interrumpido el vínculo con la escuela para su reinserción escolar”.

El lunes el Ministerio de Educación emitió un comunicado en el que informó que se sumarán “los alumnos que finalizan ciclo (primaria o secundaria) según lo determina la priorización del regreso aprobado por el Consejo Federal de Educación, que también ha previsto un módulo especial entre febrero y abril para los estudiantes que finalicen la secundaria”.

Es decir que se trata de actividades artísticas, deportivas, recreativas, entre otras. Pero también hablan de “habilitar actividades en las escuelas con estudiantes del último año de primaria y secundaria junto a sus familias”.

Es por ello que la idea del Gobierno es que esas actividades sean “no escolares”, es decir, sin la presencia regular de docentes y fuera de una escuela. Por eso se está pensando en que las autoridades provinciales y municipales encuentren otros espacios más abiertos.

Los indicadores epidemiológicos

Según informó Clarín, la elaboración de un indicador objetivo surgió a partir de una sugerencia de la infectóloga y pediatra Angela Gentile, que es jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y forma parte del Consejo que asesora al Presidente.

Fue entonces que a partir de esa recomendación se puso a trabajar el Comité “ad hoc” del Ministerio de Educación que analiza el regreso a las clases.

Allí se decidió avanzar con la adaptación a la Argentina de los indicadores del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos. Es una agencia gubernamental que hace recomendaciones sanitarias, que cada distrito escolar de ese país puede seguir, y que allí no son obligatorios.

Los parámetros de esa agencia gubernamental estadounidense están divididos en tres “indicadores principales”, que son la cantidad de casos nuevos cada 100.000 personas en los últimos 14 días, el porcentaje de tests PCR positivos (positividad) en ese periodo y la capacidad de cada una de las escuelas para implementar cinco estrategias claves de mitigación del virus: uso correcto de barbijo; distanciamiento social; higiene respiratoria y de manos; limpieza y desinfección; y la capacidad de rastrear contactos.

Todo esto, más otros “indicadores secundarios” (como el índice de reproducción del virus "R" o la ocupación de camas en los hospitales, entre otros) “se meten dentro de una coctelera” y sale como resultado si el riesgo de las clases presenciales en un distrito o colegio determinado es bajo, menor, moderado, mayor o alto. Una escala de cinco posibilidades, que en la Argentina serán tres: bajo, moderado y alto.

Según pudo saber Clarín, la adaptación a la Argentina apunta básicamente al ítem de la positividad de los testeos (el porcentaje de tests PCR positivos en los últimos 14 días). Es que en la Argentina la cantidad de testeos es muy baja y, por lo tanto, la positividad muy alta. De modo que si siguieran los parámetros estadounidenses sería muy difícil pensar en algún tipo de retorno a las clases en cualquier lugar del país. Según los parámetros de la CDC el riesgo más bajo es una positividad menor al 3%; menor de 3 a 5%; medio de 5 a 8%; mayor de 8 a 10%; y alto más de 10%.

En la Argentina la positividad de los testeos está dando, en todos los territorios cifras muy por encima del 10%, de modo que, si se siguieran los criterios estadounidenses, en todas las escuelas de todo el país sería casi imposible volver en forma progresiva y escalonada a la escuela.

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