El Ministerio de Salud de Mendoza, junto a la Universidad Nacional de Cuyo y Aysam firmaron un convenio para rastrear la presencia de coronavirus en las cloacas del Gran Mendoza.
Según lo informaron desde el gobierno, el objetivo principal es detectar la presencia de ARN o rastros de SARS-CoV-2 en aguas residuales de las plantas de tratamiento Campo Espejo y Paramillo, con la intención de identificar zonas de aparición del virus y alertar al sistema sanitario provincial.
Otro de los objetivos que se persigue tras la suscripción del convenio es conocer la correspondencia entre la aparición de Covid-19 en aguas residuales y los reportes diarios de personas infectadas por departamento y en relación con cada planta de tratamiento.
La ministra de Salud de la provincia, Ana María Nadal, explicó que “Con esta información se podrán tomar medidas sanitarias con mayor precisión y mejor resultado. Por ejemplo, se podrá definir dónde instalar los operativos de testeos en una zona o barrio, de acuerdo a lo detectado en los sedimentos”.
En tanto, el docente e investigador Israel Vega detalló que “Se hará un seguimiento sistemático de las aguas servidas desde las colectoras que llegan a las plantas de Campo Espejo y El Paramillo, en Las Heras, y si se detectan fragmentos de ADN del coronavirus, trasladarse a los puntos previos a la entrada de estos líquidos a las plantas de tratamiento para seguir el rastro viral en los efluentes hasta determinar el origen”.
“El proyecto de implementación de un plan de alerta temprana mediante la detección y monitoreo de Sars-CoV-2 en aguas residuales del Gran Mendoza tiene el fin de lograr un oportuno acompañamiento de las políticas sanitarias y permitir un ajuste en tiempo real de las acciones socio-sanitarias”, concluyo Vega.
Según lo detallaron desde el gobierno, el trabajo se dividirá en tres etapas. La primera, de obtención del virus y evaluación de diferentes par de cebadores, cuya duración estimada será de 30 a 45 días. En segundo término, se hará la evaluación semanal de las muestras obtenidas en las plantas durante dos meses. Mientras que en una tercera instancia, de alrededor de un año de duración, se hará una evaluación sistemática de las plantas y su correlación con los reportes diarios de personas infectadas.