No son pocas las historias de amor que nacen en un nido confeccionado por cientos de libros, metafóricamente hablando. Esa idea del amor romántico mezclado con la literatura se ha convertido en una combinación mágica y de la que, entre otras cosas, nació la trama de “Notting Hill”.
Sin embargo, Mendoza –a más de 11.500 del barrio londinense que se popularizó con esta película-, también tiene una historia que no tiene nada que envidiarle a la que protagonizaron Julia Roberts y Hugh Grant en la pantalla grande. Porque hace 56 años, Luis María Da Souza y Lucía Bourguet se conocieron y se enamoraron en la biblioteca San Martín.
Y hace poco más de un mes, en ese mismo lugar donde ambos cruzaron sus vidas en 1968 y quedaron flechados en el instante, Luis –periodista retirado y escritor- presentó, junto a algunos compañeros de un taller literario, su primer libro de antologías.
“Nos unió el amor por las letras. Por eso mismo fue que, al presentar la antología, dije que a la biblioteca me unía el amor. Por la literatura, por un lado, y también porque hacía más de 50 años que había conocido a mi mujer en el lugar”, resume Luis, recordando aquella historia de amor que comenzó casi por casualidad durante una feria del libro en la puerta de la biblioteca ubicada en La Alameda de la Ciudad de Mendoza.
AMOR A PRIMERA LECTURA
Luis María Da Souza tiene 78 años y Lucy Bourguet, 75. Llevan 53 años casados y tienen cuatro hijos. Además, el árbol genealógico se ramifica de forma descendiente en nueve nietos, y el décimo que está en camino.
Los inicios de esta historia de amor se remontan a la década del ‘60. Con 21 años, en 1966 Luis María entró a trabajar como periodista en diario Los Andes. Le habían otorgado una prórroga para completar el servicio militar, pero ya en 1968 debió cumplir con este deber finalmente.
“Me tocó hacer el servicio militar en Uspallata. Y, a quienes éramos de Mendoza, nos tocaba salir cada 15 días. Pero quienes venían de otras provincias, tenían salidas cada tres meses. Me había hecho amigo de un porteño y conseguimos que a él le dieran permiso cada 15 días también”, recapitula Luis sobre el comienzo de esta historia de amor.
Fue durante una de estas salidas quincenales donde Luis María y su amigo se quedaban en casa del primero de ellos como si fuesen hermanos, que decidieron acercarse a una de las tradicionales ediciones de la feria del libro que, por entonces, se hacían en la puerta de la biblioteca San Martín.
Era la primavera de 1968 ya, y la propuesta de disfrutar del sol mendocino colándose por la copa de los árboles de la Alameda mientras caminaban mirando libros les pareció un plan perfecto. Porque cada kiosquito se instalaba en el lugar invitaba a los transeúntes a ojear –y hojear- los ejemplares.
En uno de esos stands estaban Lucy Bourguet y una amiga, dos jóvenes apasionadas por la literatura que se encargaban de vender los ejemplares, así como también de mantener cualquier conversación literaria que pudiese surgir.
Además de ya haber estado trabajando como periodista, Luis María estaba estudiando Filosofía y Letras. Y todo lo que tuviese que ver con literatura era algo que despertaba el interés de quien, entonces, era un joven de 23 años.
“Nos paramos en el quiosquito donde estaba Lucy, nos pusimos a hablar y ella me dijo su nombre. Yo le pregunté qué era de otro hombre de apellido Bourguet que trabajaba en el diario Los Andes conmigo y era mi jefe de noticias en aquel momento. Y ella me contó que eran hermanos”, rememora el periodista y escritor.
Tras ese primer encuentro, siguieron saliendo hasta que en 1971 Luis María y Lucy se casaron. “Ese día, en la feria del libro, empezó a nacer esta sociedad de familia que ya lleva más de 55 años”, agrega, entre risas.
SIEMPRE SE VUELVE AL PRIMER AMOR
Tiempo después de conocerse, Lucía comenzó a trabajar en la biblioteca San Martín. Allí pasó por todas las funciones: desde bibliotecaria hasta en la sala de diapositivas, donde hoy se exhibe una fotografía de ella. Y hace 10 años se retiró como subdirectora.
“Mi mujer guarda un entrañable amor por la biblioteca San Martín. Por los amigos que hizo allí, por sus libros y la gente con quien trabajó. Conocimos allí al dibujante Federico ‘Chipo’ Céspedes y a otros tantos personajes del arte”, repasa Luis.
Por esto mismo fue que el regreso a la sala de este espacio fue tan simbólico para ellos y para toda la familia.
“Mi papá siempre escribió. Hasta que se jubiló lo hizo como periodista. Hoy, como cuentista, escritor. Y presentó una antología, la primera de la que participa, junto a sus compañeros del Taller de la Palabra, que coordina Mercedes Fernández. Fue muy emocionante verlo y escucharlo, sobre todo, cuando comentó lo importante que era presentar ese libro en la biblioteca San Martín, lugar donde había conocido a mi mamá hace más de 50 años”, escribió la hija de Luis y de Lucy, Florencia Da Souza en su cuenta de Instagram hace unos días.
UNA VIDA JUNTO A LAS LETRAS
El viernes 7 de junio se conmemoró el Día del Periodista en Argentina. Y es una fecha que, durante años, Luis María Da Souza honró con su trabajo y su pluma.
Entre 1965 y 1978 trabajó en Los Andes. Y ese año decidió continuar con su carrera en el Diario Mendoza. Además, desde 1976 y hasta hace no mucho tiempo fue colaborador en La Nación.
Además participó como corresponsal en revistas como La Opinión y Somos. Entre 1967 y 1975 también se desempeñó como redactor de la oficina de prensa del Gobierno de Mendoza, mientras que –una vez que dejó los medios de comunicación- trabajó en el área de prensa institucional.
“Soy un gran lector. Tenía una gran biblioteca de la que estoy muy orgulloso. Con el inglés de la secundaria y un diccionario leí en su momento todos los libros de ‘El Señor de los Anillos’ y de Ray Bradbury, entre otros”, recuerda.
También serán por siempre parte de sus recuerdos aquellas noches de truco en pequeños bodegones en los que conoció a una incipiente Mercedes Sosa, quien estaba comenzando con sus presentaciones en vivo previo al surgimiento del Nuevo Cancionero Cuyano.
O aquellas noches encerrado en el baño de su casa, porque era el mejor lugar de donde podía escuchar a su vecino, Eduardo “Mamadera” Aragón, uno de los fundadores de ese Nuevo Cancionero.
“Siempre consideré que era muy difícil la convivencia entre el periodista y el escritor. A pesar de que los dos usan la misma herramienta, la usan de forma distinta. Uno para contar realidades, otro para contar ficciones”, describe Luis María Da Souza sobre los dos oficios a los que se ha dedicado en su vida.