Para Cristian Etem hoy será un domingo más. Si bien estará acompañado de sus seis hijos y de su esposa Andrea en su hogar de San Martín, no habrá regalos, ni festejos particulares. Es que para toda la familia, el verdadero Día del Padre es el 24 de agosto en honor al nacimiento de Merceditas, la hija de José de San Martín. Igualmente, recibirá con mucho amor todos los saludos, cariños y reconocimientos por su hermosa familia que seguramente le llegarán durante este día, al celebrarse en el todo país la jornada oficial para homenajear a todos los papás.
Cristian está casado desde hace 23 años y, como con su mujer no podían tener hijos, no dudó en recurrir a la adopción. “Soy un agradecido de Dios porque tuve la dicha de poder recibir a estos sesis maravillosos hijos, tres varones y tres mujeres”, dijo convencido.
Junto a Andrea ellos siempre soñaron con una familia numerosa. “Mi papá era uno de 14 hermanos, así que yo estaba acostumbrado a tener un familión”, contó.
Su primera visita a Tribunales, para manifestar su voluntad de adoptar, tuvo frutos al año siguiente cuando a él y a Andrea les entregaron la guarda preadoptiva de una bebé recién nacida que pesaba un kilo y medio. “Tuvo que pasar 42 días en incubadora y la acompañamos en todo el proceso hasta que pudimos traerla a la casa”, recordó Cristian, quien precisó que la llamaron María Guadalupe.
A los 11 meses llegó María Trinidad y a los tres años María Nazarena. “Aunque a veces se cree que es más difícil cuando uno ya tiene un hijo adoptado, no lo es tanto porque ya tenés los estudios de aptitud aprobados”, explicó.
Con la familia compuesta por tres nenas llegaron las ganas de tener un varón, aunque en ese momento vino acompañado de una fuerte decisión en lo laboral. “Yo había sido director de Deportes de San Martín en dos períodos, lo cual me llevaba mucho tiempo, y mi señora me dijo que para tener otro hijo necesitábamos más a papá en la casa”, recordó Cristian.
Inmediatamente estuvo de acuerdo, habló con el intendente y por esos días de 2011 renunció a ese cargo directivo. En ese momento se volvieron a inscribir para adoptar y en 2013 llegó la posibilidad de ser padres de tres varones, hermanitos de 2, 3 y 4 años. Después del período de adaptación y de todos los trámites correspondientes Jorge, Mariano y Alejandro pasaron a formar parte de la familia Etem.
La prioridad es el amor
A partir de allí la próxima acción fue vender el auto familiar y comprar una combi, para poder salir todos juntos, aunque al tiempo se les fundió. “Compramos un Fiat Uno y aunque íbamos apretados andábamos contentos los ocho adentro”, narró con amor.
Es que para la familia la prioridad nunca fue lo material. “Ser padre no es sólo que no falte comida y techo, lo económico es un medio de sustento, pero lo que más importa es la contención, el amor y estar en las buenas y en las malas”, expuso convencido.
Actualmente Cristian vive de su trabajo como profesor de educación física: da clases en escuelas secundarias y en un gimnasio que es de su propiedad. “Además, tenemos una finca de mi papá”, añadió. Años después de haber sido director de Deportes en la municipalidad se presentó para las internas en la intendencia, pero como no resultó electo, se alejó de la política.
Su esposa también trabaja como psicopedagoga y además “es el pilar de la casa”. “Si bien en este día saludo a los padres, yo venero y honro a las madres, porque aportan el equilibrio. Mi mujer es de hierro”, describió.
Por estos días toda la familia sigue viviendo junta en el mismo hogar y durante la cuarentena tuvo que enfrentar las mismas vicisitudes que todos los mendocinos. “Hemos estado acá encerrados y haciendo las tareas con los chicos. Mi señora compró una cama elástica para que gastaran energías”, relató con simpatía.
La adopción como el regalo más grande
Cristian Etem y Andrea, papás de seis “hijos del corazón”, siempre fueron muy sinceros con ellos al hablar de la adopción. “Es lo más sano contarles que nacieron de otra panza”, comentó el papá.
“Por eso agradecemos a las mamás que no pueden hacerse cargo de sus hijos y tienen el honor y generosidad de entregarlo a una familia adoptiva”, aseguró. A su vez remarcó la necesidad de acelerar los procesos de adopción ya que, si bien en su caso no tuvieron demasiadas demoras, sí conocen casos de padres que esperan años para formar sus familias. Como un mensaje para las familias que están pensando en tomar esta decisión aseguró que no deben tener miedo. “El regalo más grande que tenemos es el amor que ellos nos dan”, cerró.